Por Agustina Fontirroig, Intriper.

Sin embargo, lo cierto es que, con el avance y modernización de la tecnología y por sobre todo una mayor conciencia ambiental de la sociedad, los agricultores y los gobiernos, este escenario, que parecía un tanto utópico, está cerca de convertirse en realidad en Dinamarca.

El país escandinavo, que abarca la península de Jutlandia y variadas islas de alrededor, presenta entre sus objetivos y trabajo a futuro y de corto plazo, lograr que la cantidad de tierra cultivada de manera orgánica se duplique. Cabe destacar que en gran medida, Dinamarca ya es un país modelo y referente en cuando al desarrollo de una producción y comercialización orgánica. De hecho, por ejemplo, en el año 2015, Dinamarca invertía un total de 35 millones de euros para mejorar este tipo de agricultura.

También es importante mencionar que no se trata de un compromiso que se ha asumido y obtenido en resultados de un día para el otro, sino más bien que se trata de un desafío sostenido en el tiempo por más de 25 años. Gran parte de las leyes de protección de la naturaleza promulgadas en el territorio nacional, entre las cuales se encuentran el uso consciente de agua y pesticidas, ya son parte de la rutina de los daneses que trabajan en el campo.

A partir de esto, una de las principales metas a alcanzar con el avance de la agricultura orgánica será lograr que el 60% de los alimentos en escuelas, hospitales y comedores en general sea orgánico.

Se trata de un número que promediaría unas 800,000 comidas al día. Además, Dinamarca estudiará una reforma completa del grado escolar para incluir temas como nutrición, agricultura natural y alimentación saludable libre de pesticidas.

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