Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 22 de septiembre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Un estudio realizado en junio de 2020 reportó que las tasas de tabaquismo a nivel nacional tienen una correlación inversa con la mortalidad por COVID-19. En países con clima caluroso, cada punto porcentual de incremento en la tasa de tabaquismo se relacionó con una mortalidad menor de 0.147 por 100 000 habitantes
  • Sin embargo, una revisión sistemática y un metaanálisis de 22 estudios descubrió que fumar incrementaba el riesgo de padecer síntomas más graves entre los pacientes hospitalizados con COVID-19, sobre todo en los pacientes más jóvenes que no tenían diabetes
  • Una revisión de septiembre de 2020 descubrió que los pacientes con antecedentes de tabaquismo (ya sea actual o anterior) tenían, en promedio un 91 % de probabilidades de tener complicaciones más graves a causa del COVID-19 que los pacientes que nunca habían fumado
  • Investigaciones recientes demuestran que la nicotina incrementa la expresión de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2, por sus siglas en inglés) en las células epiteliales bronquiales

¿Fumar incrementará el riesgo de sufrir complicaciones graves a causa del COVID-19 y morir? Cabe destacar que gran parte de la investigación que analiza el tabaquismo convencional ha descubierto que las tasas de mortalidad tienden a ser más bajas en los fumadores en comparación con los no fumadores.

Sin embargo, los resultados no son del todo homogéneos, ya que algunos estudios han llegado a la conclusión contraria.

Vapear los cigarros electrónicos, por otro lado, parece incrementar los riesgos para los adultos jóvenes, que tienen un riesgo muy bajo de contraer COVID-19. Aún no está claro qué podría explicar las diferencias entre los cigarros convencionales y el vapeo, aunque se han propuesto algunos mecanismos hipotéticos de por qué fumar no incrementa la gravedad y la letalidad del COVID-19.

¿Los fumadores convencionales tienen un aumento de riesgo?

El 14 de junio de 2020, un estudio publicado en el servidor de preinpresión medRxiv reportó que las tasas nacionales de tabaquismo tenían una correlación inversa con la mortalidad por COVID-19.

Para evitar confusión por temperatura (el calor tiende a reducir el riesgo de infección por SARS-CoV-2), los investigadores analizaron 20 de los países más calientes y 20 de los más fríos, y ahí compararon las tasas de mortalidad por COVID-19 entre fumadores y no fumadores. De acuerdo con los autores:

“En los países cálidos, fríos y el grupo combinado, se observó una correlación inversa muy significativa entre la prevalencia diaria actual del tabaquismo y la tasa de mortalidad por COVID-19.

En los países con climas cálidos, cada punto porcentual de incremento en la tasa de tabaquismo, se relacionó con una reducción de la mortalidad de 0.147 por 100 000 habitantes. Esto dio como resultado tasas de mortalidad más altas en los países con las tasas de tabaquismo más bajas en relación con las tasas de tabaquismo más altas. En el grupo combinado, la mortalidad disminuyó en 0.257 por cada 100 000 habitantes.

Estos hallazgos añaden información a la investigación de una relación inversa entre el tabaquismo actual y el COVID-19 sintomático grave. Sin embargo, llegamos a la conclusión de que la diferencia de mortalidad entre los países con mayor y menor consumo de tabaco parece muy grande para deberse solo a los efectos del tabaquismo.

Es sorprendente el efecto beneficioso del tabaquismo, pero también es compatible con una serie de mecanismos hipotéticos que merecen una investigación:

  • Los estudios demuestran que fumar altera la expresión de ACE2, lo que podría causar complicaciones de COVID-19 o un avance hacia una patología pulmonar grave.
  • La nicotina tiene actividad antiinflamatoria y también parece alterar la expresión de ACE2.
  • Se sabe que el óxido nítrico en el humo del cigarro es eficaz en el tratamiento de la hipertensión pulmonar y ha demostrado tener efectos antivirales in vitro, incluso contra el SARS-CoV-2.
  • Fumar tiene efectos complicados en el sistema inmunológico que involucran tanto la regulación ascendente como descendente y cualquiera podría, sola o en conjunto, dificultar el avance del COVID-19.
  • Los fumadores están expuestos a vapores calientes que podrían estimular la inmunidad en el tracto respiratorio a través de diversos mecanismos relacionados con el calor (por ejemplo, proteínas de choque térmico)”.

Otros estudios han descubierto que existe un bajo riesgo cuando las personas fuman cigarros convencionales

Un metaanálisis anterior publicado en mayo de 2020, que analizó cinco estudios diferentes, tampoco pudo encontrar una relación entre el tabaquismo convencional y la gravedad del COVID-19.

Sin embargo, una segunda revisión sistemática y metaanálisis de 22 estudios descubrió que fumar incrementaba el riesgo de padecer síntomas más graves en los pacientes hospitalizados con COVID-19, sobre todo los pacientes más jóvenes que no tenían diabetes. De acuerdo con el sitio web Healio:

“Descubrieron que fumar incrementaba el riesgo de tener complicaciones a causa del COVID-19 (RM = 1.34…). Sin embargo, los investigadores descubrieron que existía una diferencia entre el tabaquismo y la gravedad de la enfermedad en los estudios chinos (RM = 1.48…) y los estudios estadounidenses (… RM = 0.65…).

“Esta diferencia podría explicarse por la edad y los casos de diabetes de la población no china, ya que demostramos que son importantes moderadores del riesgo, o también podría deberse a diferencias más grandes en las comorbilidades y el cuidado”, dijeron los investigadores.

En especial, entre los estudios en los que menos del 15 % de los pacientes tenían diabetes, el tabaquismo incrementó el riesgo de enfermedad grave (RM = 1.66…). Sin embargo, entre los estudios en los que el 15 % o más de los pacientes tenía diabetes, “hubo una tendencia a una relación negativa” (RM = 0.7 …) según los investigadores.

Karanasos y sus colegas también reportaron que fumar no se relacionó con una mayor mortalidad por COVID-19. Después de restringir su análisis a estudios que “informaban explícitamente sobre el tabaquismo actual”, los investigadores dijeron que la relación entre el tabaquismo y la gravedad de la enfermedad ya no tenía importancia estadística”.

El tabaquismo está relacionado con el avance del COVID-19

Yo no considero que fumar proporcione algún beneficio en particular. Un tercer metaanálisis de 19 estudios, publicado en la edición de septiembre de 2020 de la revista Nicotine & Tobacco Research, cuestiona estos hallazgos inversos y demuestra que después de todo, fumar podría tener algunos efectos negativos.

Descubrieron que los pacientes con antecedentes de tabaquismo (ya sea actual o anterior) tenían en promedio una razón de momios (RM) del 91 % de sufrir complicaciones más graves a causa del COVID-19 que los pacientes que nunca habían fumado. De acuerdo con los autores:

“En nuestro metanálisis se incluyeron a 11 590 pacientes con COVID-19, 2133 (18.4%) experimentaron avance de la enfermedad y 731 (6.3%) tenían antecedentes de tabaquismo. Un total de 218 pacientes con antecedentes de tabaquismo (29.8 %) experimentaron avance de la enfermedad, en comparación con el 17.6 % de los pacientes que no eran fumadores.

El metanálisis demostró una relación entre el tabaquismo y la avance del COVID-19 (RM 1.91…). Hubo heterogeneidad moderada entre los estudios, pero no hubo evidencia significativa de sesgo de publicación”.

Vapear incrementa el riesgo de contraer COVID-19 en los jóvenes

Los adolescentes y adultos jóvenes que solo vapean o fuman tanto cigarros convencionales como electrónicos también tienen un riesgo mucho mayor de dar positivo a la prueba del SARS-CoV-2 y de presentar síntomas de la enfermedad. Sin embargo, todavía no está claro si en este grupo de edad, en realidad incrementa el riesgo de sufrir complicaciones a causa del COVID -19, ya que los datos se obtuvieron a través de encuestas en línea, no datos hospitalarios ni médicos.

Una investigación realizada por investigadores de la Universidad de Stanford, publicada en línea el 11 de agosto de 2020, en la revista Journal of Adolescent Health, descubrió que los adolescentes y adultos jóvenes que fumaban cigarros convencionales o electrónicos tenían una probabilidad de 2.6 a 9 veces mayor de dar positivo a la prueba del SARS-CoV-2.

Los que vapeaban también tenían una probabilidad 5 veces mayor de presentar síntomas relacionados con el COVID-19 y recibir un diagnóstico del mismo en comparación con los que no lo hacían.

(Para ser más claro, dar positivo no significa que esté enfermo. La mayoría de las personas que dan positivo son asintomáticas). En un comunicado de prensa, la autora principal y erudita postdoctoral Shivani Mathur Gaiha, Ph. D., señaló:

“Es posible que los jóvenes crean que su edad los protege de contraer el virus o que no experimentarán síntomas de COVID-19, pero los datos demuestran que eso no es cierto. Este estudio nos demuestra que los jóvenes que usan vaporizadores o hacen uso de los 2 [cigarros electrónicos y convencionales] tienen un riesgo elevado”.

En total, 4351 participantes entre las edades de 13 y 24 años completaron las encuestas en línea, las cuáles incluían preguntas sobre los hábitos de fumar y vapear, si habían experimentado síntomas de COVID-19 y si habían sido evaluados o diagnosticados con SARS-CoV- 2. De acuerdo con Stanford:

“Los jóvenes que habían fumado tanto cigarros convencionales como electrónicos en los 30 días anteriores tenían una probabilidad de casi cinco veces mayor de experimentar síntomas de COVID-19, como tos, fiebre, cansancio y dificultad para respirar que aquellos que nunca fumaron ni vapearon.

Esto podría explicar por qué también eran más propensos a dar positivo a la prueba de COVID-19. Dependiendo de qué productos de nicotina usaban y con qué frecuencia, los jóvenes que fumaban, vapeaban o ambos, tenían una probabilidad entre 2.6 y 9 veces mayor de dar positivo a las pruebas de COVID-19 que los no lo hacían.

Entre los participantes a los que se les hizo la prueba de COVID-19, los que alguna vez fumaron cigarros electrónicos tenían una probabilidad 5 veces mayor de ser diagnosticados con COVID-19 que los nunca fumaron.

Los que habían fumado tanto cigarros electrónicos como convencionales en los 30 días anteriores, eran 6.8 veces más propensos a ser diagnosticados con la enfermedad”.

Teorías preliminares para explicar el efecto del vapeo con el COVID-19

Como lo indicaron algunos de los estudios citados anteriormente, el estudio de Stanford no descubrió relación entre el diagnóstico del COVID-19 y el tabaquismo de cigarros convencionales.

En cuanto a por qué vapear, pero no fumar cigarros de forma convencional, incrementa su riesgo de dar positivo o de presentar síntomas de SARS-CoV-2. La revista Wired citó algunas teorías propuestas por la coautora Bonnie Halpern-Felsher, profesora de pediatría en la Universidad de Stanford:

“Halpern-Felsher tiene algunas teorías. Los fumadores podrían tener más daño pulmonar, y eso los hace más susceptibles al virus. O tal vez se deba a que se tocan la boca con la mano con más frecuencia que otras personas, o que compartan vaporizadores, lo que incrementa la probabilidad de estar expuestos.

También podría ser que el virus se propague a través de las partículas de aerosol que exhalan los vapeadores. ‘Tosas estas son hipótesis’, señala. ‘Alguien debe hacer realizar una investigación’”.

Vapear podría ser más peligroso que fumar de manera convencional

En general, las investigaciones sugieren que, en comparación con fumar cigarrillos convencionales, el vapeo podría ser más inflamatorio y dañino para los pulmones. He analizado dicha evidencia en artículos anteriores, incluyendo “La cifra de lesiones pulmonares por el hábito de vapear ha aumentado a casi 300 casos“.

El hecho de que el vapeo dañe su sistema vascular podría ofrecer una pista de por qué parece más riesgoso en términos de COVID-19. Se ha demostrado que los cambios vasculares relacionados con enfermedades cardiovasculares aparecen casi de inmediato cuando se usan ciertos líquidos aromatizados para vapear.

Eso no quiere decir que fumar cigarros convencionales no dañe su sistema vascular, por supuesto que lo daña. Pero el vapeo podría causar esos efectos secundarios más rápido.

Aunque el COVID-19 afecta los pulmones, en realidad parece ser más un trastorno sanguíneo y vascular que una enfermedad respiratoria, ya que lo que los efectos vasculares del vapeo pueden ser un buen punto de partida para encontrar la respuesta.

Algunas de las investigaciones más recientes sugieren que el avance de la enfermedad de COVID-19 se puede explicar por el efecto del virus SARS-CoV-2 en el sistema renina-angiotensina, un regulador central de las funciones cardiovasculares. También se descubrió que el virus incrementa la producción de ácido hialurónico en los pulmones.

El ácido hialurónico puede absorber más de 1000 veces su propio peso en líquido, y cuando se combina con el líquido acumulado en los pulmones (lo que puede ocurrir solo por vapear), forma un hidrogel espeso que dificulta su capacidad para respirar.

Descubra más sobre esto en mi artículo: “La hipótesis de la bradicinina explica las complicaciones del COVID-19“. Ahora bien, nada de esto explica por completo por qué los cigarros tradicionales no tienen el mismo grado de influencia en su riesgo de COVID-19 que el vapeo.

La nicotina incrementa la expresión de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) en los pulmones

La diferencia entre vapear y fumar cigarros convencionales se vuelve aún más rara cuando se tiene en cuenta una investigación reciente que demuestra que la nicotina incrementa la expresión de ACE2 en las células epiteliales bronquiales.

Debido a que los receptores ACE2 son el punto de entrada celular del SARS-CoV-2, todas las formas de nicotina deberían, en teoría, incrementar el riesgo de infección por SARS-CoV-2 en los pulmones.

Podría ser que vapear sea peor en este sentido porque incrementa el riesgo de neumonía, pero, de nuevo, los cigarros tradicionales también incrementan el riesgo de neumonía.

Una teoría presentada en un artículo por correspondencia del European Respiratory Journal tiene que ver con los diferentes efectos que tienen el humo del cigarro y los vapores de los cigarros electrónicos en las células epiteliales y musculares lisas de las vías respiratorias. De acuerdo con los autores:

“Comparamos el humo del cigarro convencional con el electrónico y el IOQS en las células epiteliales y musculares de las vías respiratorias. Todos los biomarcadores patológicos se elevaron en células expuestas a partículas de aerosol de cigarros electrónicos e IQOS, que incluían quimiocina CXCL8, proteínas de la matriz extracelular y marcadores de disfunción mitocondrial.

Encontramos estos productos tóxicos para las células, evidente por la disminución de la viabilidad e integridad celular. De manera más devastadora, el vapeo también interfirió con la energía celular.

Nuestros resultados corroboran aún más la investigación actual de que los cigarros electrónicos y los IOQS son perjudiciales con el incremento del estrés oxidativo, inflamación, infecciones y la remodelación de las vías respiratorias en los pulmones de estos usuarios de dispositivos”.

Aún no existe una respuesta concluyente a estas preguntas. En general, creo que es razonable asumir que todas las formas de fumar dañarán los pulmones y el sistema cardiovascular hasta cierto punto, y de hecho incrementarán el riesgo de infecciones de todo tipo, incluyendo el SARS-CoV-2.

En realidad, no creo que sea prudente asumir que fumar cigarros crea algún tipo de protección contra el virus. Si le preocupa su salud, dejar de fumar o vapear es una buena estrategia.

A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.