Por el Dr. Mercola, 25 de septiembre de 2018

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Volunteers Struggle to Stop Garbage Washing Ashore in Manila Bay

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Voluntarios luchan por detener la basura que aparece en la bahía de Manila, Filipinas

(video disponible en tagalo solamente)

Historia en Breve

  • Las diminutas partículas de plástico no solo transitan alrededor de las criaturas marinas sino que se acumulan en sus órganos y sistemas circulatorios
  • La exposición a los microplásticos ha exhibido ser catastrófica a lo largo de múltiples generaciones de zooplancton y supone una posible extinción

El plástico que se amontona en las costas de la bahía de Manila en las Filipinas es inquietante, y quizás lo primero que se le vino a la mente tras mirar el video anterior es: “¿De dónde sale todo ese plástico?”

Proviene de todo el mundo, en forma de bolsas de plástico, botellas, utensilios, popotes, microfibras y mucho más, los cuales conforman grandes desechos y aproximadamente 15 billones de toneladas de microscópicas partículas de plástico, o microplásticos, que flotan en el océano.1

Probablemente ya haya visto las terribles imágenes de distintas tortugas marinas y otras especies marinas enredadas entre las bolsas de plástico o los anillos de sujeción para las latas, pero algunos de los plásticos más perniciosos pueden ser aquellos que no se pueden detectar con facilidad; algunos ni siquiera pueden verse a simple vista.

Puesto que el tamaño de los microplásticos es de aproximadamente 5 milímetros y sus longitudes son microscópicas, los peces, plancton y otras especies marinas los llegan a consumir de la misma manera que lo hacen las criaturas terrestres (esto incluye a los humanos).

Las consecuencias que esto tendrá en el futuro aún están por verse, pero los estudios realizados hasta la fecha han descrito un panorama funesto.

Los microplásticos pueden dañar los órganos y lixiviar sustancias químicas venenosas

Se estima que cada año se producen cerca de 300 millones de toneladas de plástico, de las cuales más de la mitad se destina a productos de uso único. La mayoría de las botellas, bolsas, popotes y otros residuos desechables de plástico terminan en nuestros océanos y alcanzan una cifra superior a los 8 millones de toneladas al año.2

Los remolinos oceánicos de “contaminación plástica”3 ahora cubren alrededor de 40 % de las superficies oceánicas del mundo ya que son arrastrados por las mismas corrientes.4

En 2008, algunos investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sídney demostraron que las diminutas partículas de plástico no solo transitan alrededor de las criaturas marinas, tal y como se llegó a pensar en el pasado.

Por ejemplo, el estudio reveló que los microplásticos que consumieron los mejillones se acumularon primero en el intestino pero, en 3 días, se trasladaron al sistema circulatorio donde permanecieron por más de 48 días.5

Los microplásticos que transitan por el torrente sanguíneo y los órganos no solo pueden causar daños físicos como inflamación, sino que también pueden filtrar sustancias químicas venenosas, como las que se agregan al plástico y aquellas que obtienen del agua circundante.

Por ejemplo, esas minúsculas perlas de plástico, llamadas microperlas, que alguna vez fueron ampliamente utilizadas en productos para el cuidado personal, pueden concentrar tales toxinas en niveles más altos que 100 000 a 1 millón de veces, en comparación con los niveles encontrados en el agua de mar.6

Muchas formas de vida marina, como plancton, peces, aves marinas y ballenas consumen las perlas cuya apariencia es similar a la de las huevas de pescado. Según un estudio realizado en 2015, puede haber hasta 236 000 toneladas de microperlas en las columnas de agua de nuestros océanos.7

Asimismo, se ha demostrado que la exposición a los microplásticos ha tenido efectos catastróficos a lo largo de múltiples generaciones y supone una posible extinción. Cuando los investigadores expusieron los microplásticos al zooplancton Daphnia magna, este experimentó menos tasas de crecimiento y reproducción.

Los nacidos del plancton expuesto a los plásticos siguieron exhibiendo un menor crecimiento y reproducción, así como una menor tasa de crecimiento demográfico, a pesar de haber sido criado en agua limpia.

“En general, estos resultados indican que recuperar la D. magna de la exposición crónica a los microplásticos puede tomar varias generaciones, y que la exposición continua a los microplásticos a través de las generaciones puede causar la extinción de la población”, explicaron los investigadores.8

Los microplásticos pueden estar acumulándose en los alimentos, agua potable y aire

La mayoría de los estudios sobre plásticos en el medioambiente se enfocan en un solo tipo de plástico y además utilizan períodos de exposición relativamente cortos. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja, con organismos expuestos a múltiples tipos en diferentes etapas a lo largo de su vida.

En la actualidad, un grupo de investigadores están averiguando cómo las microfibras de poliéster pueden estar afectando a los microorganismos en el suelo, en especial porque los lodos residuales, que se aplican como fertilizante en la agricultura industrial, están repletos de microfibras.9

Los expertos descubrieron que los microplásticos sí provocaron diversos cambios en el suelo, como una alteración de la densidad del material, retención de agua y actividad microbiana.

También se sabe que los microplásticos se acumulan en los alimentos marinos destinados para el consumo humano. En un estudio sobre los mercados pesqueros de California e Indonesia, se encontró que una cuarta parte de los pescados tenían plásticos en sus entrañas.10 También se encontraron plásticos y otros desechos artificiales en el 33 % de los mariscos analizados.11

En un estudio realizado en entornos de agua dulce, el 83 % de los pescados también tenían residuos plásticos en sus intestinos, sobre todo microplásticos, y en especial microfibras.12 También se descubrió que las microfibras son el tipo predominante de microplástico encontrado en las muestras de cerveza, agua del grifo y sal marina.

“De acuerdo con las pautas para el consumidor, nuestros resultados indican que todos los años la persona promedio consume más de 5800 partículas de desechos sintéticos provenientes de estas 3 fuentes, cuya mayor contribución proviene del agua del grifo (88 %)”, según los investigadores de PLOS One.13

Incluso el aire que respira puede ser una fuente de exposición a los microplásticos que, literalmente, caen del cielo. La revista científica Scientific American informó lo siguiente al respecto:14

“Stephanie Wright, investigadora adjunta en King’s College London, está tratando de precisar mejor la cantidad de microfibras a las que están expuestos los seres humanos y si los microplásticos transportados por el aire podrían penetrar en los pulmones.

La experta, también se está asociando con la unidad de toxicología de la universidad con el fin de examinar su colección de tejido pulmonar en busca de signos de microfibras y daños relacionados”.

Estamos reciclando menos, no más: ¿Acaso el plástico debería ser retornable?

A pesar de que la realidad de la contaminación de plástico ocupa un lugar más preponderante y jamás antes visto, las tasas de reciclaje siguen siendo pésimas en gran parte del mundo.

En los Estados Unidos se generan anualmente casi 260 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos (RSU), pero solo 90 millones de toneladas de estos RSU se reciclan o se convierten en composta, lo que representa una tasa de reciclaje cercana al 35 %.15 Una disminución respecto al 37 % en 1995.16

Aunque la mayoría de las botellas de plástico para el agua y sodas están hechas de tereftalato de polietileno (PET, por sus siglas en inglés) que es altamente reciclable, la mayoría de estas botellas terminan contaminado los océanos y vertederos.

El diario The Guardian informó que fueron recicladas menos de la mitad de las botellas de plástico que se compraron en 2016, y solo el 7 % se convirtieron en botellas nuevas.

Por el contrario, Noruega recicla hasta el 97 % de sus botellas de plástico, esto gracias a un impuesto medioambiental que los productores de plástico en dicho país deben pagar, si no alcanzan un objetivo de reciclaje del 95 % o más.

Los productores que alcanzan el objetivo no tienen que pagar el impuesto, y la mayoría logra cumplirlo al establecer un depósito de aproximadamente 15 a 30 centavos por cada botella de plástico.

Las máquinas expendedoras inversas están disponibles en toda Noruega, como en las escuelas, tiendas de abarrotes y más, lo cual facilita que los consumidores regresen sus botellas de plástico para su reciclaje y se les devuelva su depósito. Además de la simplicidad del sistema, en Noruega las empresas solo pueden fabricar botellas de plástico con 2 resinas de PET.

El director general de la empresa Polymateria, Niall Dunne, declaró para Huffington Post: “Más tarde alinearon toda la cadena de valor, todos los municipios, máquinas y procesos de reciclaje, y obtuvieron grandes resultados”.17

Polymateria está produciendo plásticos reciclables o biodegradables de última generación y esta es otra estrategia para reducir un poco del plástico que entra al flujo de desechos.

En los Estados Unidos se ha sugerido la idea de establecer depósitos para obtener botellas de plástico, pero esta fue cabildeada por los fabricantes cuya preocupación era que el aumento del precio pudiera afectar sus ventas.

Incluso en áreas donde se han construido centros de devolución de botellas, como California, no han sido muy frecuentados, y de hecho han disminuido en un 40 % en los últimos 2 años.18

Los ataques contra el plástico comienzan a surgir

Un creciente movimiento de “ataques contra el plástico” también está surgiendo en el Reino Unido, Hong Kong, Corea del Sur y Canadá, donde los compradores adquieren sus víveres, les quitan todo su empaque de plástico y se lo devuelven a la tienda.

Los carritos abarrotados con desechos plásticos, que muchos no son reciclables, representan una imagen reveladora que ayuda a aumentar la conciencia de cuánto plástico desechable se les pone a los alimentos empacados.

El British Retail Consortium (BRC) ha dicho que están haciendo grandes progresos para reducir el desperdicio de plástico, como la opción de optar por utensilios y popotes que no estén hechos con plástico, colocar tomates en bandejas de cartón y dejar que los clientes utilicen sus propios contenedores para guardar el pescado y la carne.

Aun así, la producción mundial de plástico continúa al alza, al aumentar de poco más de 300 millones de toneladas métricas en 2014, a un estimado de 625 millones de toneladas en 2038.

Mientras que los fabricantes de plástico promocionan las ventajas de sus productos para ayudar a que los alimentos permanezcan frescos por más tiempo, recorran distancias más largas y eviten la contaminación, aquellos inmiscuidos en el movimiento contra el plástico afirman que las personas deben comprar comida local y adquirir cantidades sensatas que no vayan a desperdiciar.

Además de utilizar recipientes reutilizables en sus refrigeradores para evitar los plásticos desechables.19

La suspensión progresiva de las bolsas de plástico

Otro aspecto positivo en la lucha contra el desperdicio de plástico es que los supermercados Kroger, una de las cadenas más grandes de los Estados Unidos, anunciaron que eliminarán de manera paulatina las bolsas de plástico de sus tiendas para prescindir por completo de su uso en 2025. La cadena está alentando a sus clientes a que utilicen bolsas reutilizables para sus víveres.

Otras compañías y gobiernos que también se han sumado al movimiento son:20

  • Starbucks y Marriott International, que tienen planes para eliminar los popotes de plástico de sus instalaciones
  • California, que ha prohibido el uso de bolsas desechables de uso único en supermercados y grandes almacenes
  • Kenia, que prohibió las bolsas de plástico en 2017

Si todavía usa bolsas plásticas de supermercado, tenga en cuenta que, por lo general no se pueden depositar en su contenedor de reciclaje. Las plantas de reciclaje municipales no suelen reciclar las bolsas de plástico porque pueden quedar atrapadas en su maquinaria y causar daños.

Sin embargo, muchas tiendas de comestibles cuentan con botes de recolección donde se pueden colocar las bolsas de plástico para que se reciclen. Sin embargo, resulta mejor utilizar bolsas reutilizables y deshacerse por completo de las de plástico.

Artículos comunes que no pueden reciclarse

Muchas personas tiran artículos cuestionables en sus contenedores de reciclaje con la esperanza de que puedan reciclarse, pero la realidad es que ciertos artículos que no se pueden reciclar simplemente se tirarán a la basura en el centro de reciclaje.

Y lo que es peor, algunos de los artículos pueden terminar contaminando cargas enteras de materiales reciclables que de otro modo se habrían destinado a otros usos. Además de las bolsas de plástico, a continuación, se muestran otros artículos que tampoco pueden reciclarse (para verificar las pautas de reciclaje en su área, comuníquese con su institución local):

Cualquier producto más pequeño que una hoja pequeña de papel pósit, ya que es demasiado pequeño para ser categorizado correctamente. Esto incluye las tapas de plástico, a menos que las atornille a la botella.

Solo asegúrese de vaciar primero todo el líquido, de lo contrario la botella será desechada.

Plástico amorfo
Sobres acolchados con burbujas Papel encerado y revestimientos de papel encerado (como los que se encuentran en las cajas de pizza)
Pañales Aparatos electrónicos
Vasos de papel con revestimientos brillantes, como tazas para bebidas calientes Recipientes de alimentos de papel con revestimiento de plástico
Bolsas de papas hechas de aluminio Cajas de pizza grasosas (si arranca la tapa limpia de cartón, sí se puede reciclar)
Las tapas de aluminio de los envases de yogur (sin embargo, las bandejas y latas de aluminio para pasteles pueden aceptarse siempre que elimine la mayor cantidad posible de alimentos)  

¿Qué puede hacer para reducir el desperdicio de plástico?

Con la cantidad de plástico que se utiliza en todo el mundo, puede parecer una verdadera proeza reducir su consumo, pero es posible hacerlo con una pieza de plástico a la vez. No subestime el impacto que una sola persona puede tener al poner en marcha cambios sencillos en su vida diaria.

¿Realmente extrañará ese popote de plástico con su agua? ¿Realmente necesitará una bolsa desechable para llevar a casa 1 o 2 artículos de la tienda?

En los Estados Unidos, es fundamental que repensemos la cultura del usar y desechar que tenemos como sociedad y seamos más creativos de forma sostenible. Lo ideal es que procure comprar productos que no estén hechos o empacados en plástico.

Otro punto importante es elegir productos que se puedan reutilizar en lugar de aquellos que son de uso único, una medida que es factible en la mayoría de los casos. Optar por las siguientes medidas lo ayudará a adentrarse en un estilo de vida donde su desperdicio será mínimo y, al mismo tiempo, su contribución en la contaminación de plásticos no llegará a los océanos:

Utilice bolsas reutilizables cuando vaya a comprar sus víveres Lleve sus propios recipientes a los restaurantes para guardar los restos de comida
Lleve consigo su propia taza para tomar café y botellas de agua hechas de vidrio que pueda llenar desde su casa en lugar de comprar agua embotellada. Pida que no envuelvan en plástico su periódico o ropa lavada en seco
Almacene alimentos en recipientes de vidrio o frascos de cristal en lugar de recipientes de plástico y bolsas de plástico para congelar Evite los utensilios desechables y popotes, asimismo, en la medida de lo posible compre sus alimentos en mayoreo
Opte por rastrillos para afeitar que no sean desechables, productos lavables para la higiene femenina, pañales de tela y juguetes para bebés hechos de madera y no de plástico Evite los alimentos procesados (que se almacenan en bolsas de plástico). Compre productos frescos en su lugar, y absténgase de utilizar bolsas de plástico

 

Boyan Slat, el joven creador de ‘The Ocean Cleanup’ y su sueño de limpiar los océanos

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La limpieza del océano puede devolvernos la esperanza

Es fácil reducir la cantidad de remolinos de plástico en los océanos del mundo, como la gran mancha de basura en el Pacífico también llamada “isla de basura”, que cubre 1.6 millones de kilómetros cuadrados (casi 618 000 millas cuadradas) de la superficie del océano Pacífico, por lo que es la mayor masa de plástico en el océano en todo el mundo.

Ocean Cleanup, una organización sin fines de lucro que desarrolla tecnologías avanzadas para eliminar el plástico de los océanos, estimó que nos llevaría miles de años limpiar esta mancha de basura con redes y embarcaciones convencionales, pero afortunadamente tienen otro plan.

Un sistema de recolección pasiva que, según sus estimaciones, en 5 años podrían eliminar la mitad del plástico que se encuentra en la mancha.

Con ayuda de las fuerzas oceánicas naturales, como el viento, olas y corrientes, el sistema canaliza el plástico hacia una costa artificial. El plástico es recogido por un buque de apoyo o “camión de basura marítimo” y es llevado a la tierra. Esperemos que el sistema sea un éxito, y que todos podamos unirnos con el fin de reducir la cantidad de plásticos que se generan, usan y desechan.