Por Ecoticias, 21 de noviembre de 2016

En peligro de extinción

Pero en el refugio de montaña de estas mariposas, en los bosques de robles, abetos y pinos que bordean este pequeño pueblo agrícola, se esconde una nueva amenaza para su hábitat de invierno: la lujuria por cultivar los lucrativos aguacates, que el mercado de los Estados Unidos requiere cada día en mayores cantidades.

Estimulados por la creciente demanda de esta fruta, los agricultores en el estado occidental de Michoacán están despejando tierras para dar cabida a huertos de aguacate, talando árboles autóctonos que forman un amortiguador vital alrededor de los bosques de montaña donde anidan los monarcas.

Si bien es cierto que durante años se ha cultivado aguacates, melocotones y otros frutos cerca del pueblo, lo que pasa ahora se denuncia por parte de los activistas, como “mega negocio” que está acabando con la flora natural y con los ecosistemas de los que depende la monarca para su supervivencia.

Aputzio se asienta en el borde occidental de la reserva de la biosfera de la mariposa monarca, un área protegida de 135.000 acres, donde las mariposas descansan durante la temporada invernal en los bosques de oyamel o abeto nativo.

El número de mariposas se ha reducido drásticamente en los últimos años, debido a que la maleza disminuyó en los Estados Unidos donde pasan los veranos y a que la deforestación afectó su hábitat en México.

Los ambientalistas suelen esperar la llegada de las mariposas conteniendo el aliento, ya que cada vez el número de ejemplares que viaja hacia el sur es menor, por lo que la conservación del santuario de invierno se entiende que es fundamental para la supervivencia de la especie.

Aguacate versus mariposas

Según los cálculos de los especialistas, cada estadounidense consumió el doble de aguacates en 2015 de lo que lo hacía en 2008 y el 80 % de esas frutas provenían de las plantaciones que se encuentran en el estado de Michoacán.

Y es que Michoacán es único estado mexicano autorizado para exportar aguacates a los Estados Unidos, por las autoridades estadounidenses, que prohíben los de otras regiones del país por temor a diversas plagas.

Si bien las exportaciones han ayudado a la economía de la región, la cara oscura de este “negocio” es que quienes pagan las consecuencias son las mariposas monarcas, ya que en los últimos veinte años miles de hectáreas de bosques de las tierras altas centrales de Michoacán (el hábitat de invierno de las monarcas) se convirtieron en huertos de aguacates.