Por Newsroom Infobae, Infobae, 10 de diciembre de 2023.

Así lo resumió este domingo en una entrevista con EFE Cary Fowler, el enviado especial del Gobierno de los EE.UU. para la seguridad alimentaria global, en los márgenes de la cumbre del clima de las Naciones Unidas (COP28), donde se discute el futuro climático mundial y que dedica la jornada de hoy específicamente a la agricultura y la alimentación.

Fowler, experto agrónomo, vino a Dubái a presentar la denominada Visión para unas Cosechas y Suelos Adaptados (VACS, en inglés), iniciativa del gobierno estadounidense para desarrollar sistemas alimentarios resistentes al cambio climático e impulsar la productividad agrícola, así como mejorar la nutrición mediante el desarrollo de cultivos diversos y el desarrollo de terrenos fértiles.

Fowler apuntó que el VACS, cuyo proyecto inicial se centra en África, es también de interés para Iberoamérica, con su propuesta de impulsar intercambios de información y conocimiento para ofrecer a los agricultores pequeños y medianos opciones adaptadas para sus condiciones y preferencias locales.

“Esta visión es que hay que volver a lo básico y cuidar los fundamentos que son los que impiden la inseguridad alimentaria en todo el mundo. Lo primero es que necesitamos construir suelos fértiles: eso es la base de todo sistema agrícola. Y lo segundo es que los cultivos que crezcan allí deben ser diversos y resilientes, adaptados al clima del ambiente. Eso es lo que promovemos”, dijo el alto funcionario.

En ese sentido, Fowler apuntó que en Iberoamérica hay “cultivos maravillosos” y que lo que hay que hacer es “reconocer su potencial de ofrecer buena nutrición y seguridad alimentaria”.

“Ésta no depende de dos o tres cultivos. Necesitamos diversidad de cultivos. (…) Históricamente el mundo no ha invertido mucho en esto, sólo en maíz, trigo, algo en las patatas y el arroz… Sólo un puñado de cultivos. No queremos retirar las inversiones en eso, pues necesitamos que se adapten al cambio climático, pero queremos expandir el énfasis en cosechas tradicionales e indígenas”, apuntó.

De ésas, lo que hay que hacer es ver cuáles ofrecen buena nutrición y cuáles tienen potencial para superar los desafíos del cambio climático.

“Luego, lo que queremos es que los agricultores trabajen en esos cultivos, para mejorar su producción. Queremos que los desarrollen, queremos que tengan semillas, que lleguen al mercado”, añadió.

Fowler apuntó que promocionar el uso de estos alimentos, que “por definición” son producidos por pequeños granjeros, también redundará en empoderar a estos grupos sociales y particularmente a las mujeres, responsables de esta producción en África, Asia y en muchos lugares de Iberoamérica.

“Y empoderar a las mujeres granjeras, dándoles variedades que son más productivas de cultivos indígenas nutritivos, eso automáticamente tendrá un efecto en la nutrición infantil y podrá atender el descorazonador problema de la malnutrición”, añadió

Este enfoque también abordará, según el funcionario estadounidense, el problema de la deforestación tan presente en la región, vinculado precisamente al desarrollo en la zona “de cultivos improductivos”.

“En otras palabras, bajo rendimiento y deforestación van unidos históricamente (…) Así, la idea es simplemente incrementar la producción de una gran variedad de cultivos para mejorar la salud y nutrición de la gente y por tanto rebajar el incentivo para cortar árboles y deforestar”, culminó.

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