Por Ecoosfera, 27 de mayo de 2019

Los efectos del cambio climático no solamente ocurren en la atmósfera, sino también a nivel social. Una estimación del Banco Mundial indica que, para el año 2050, 143 millones de personas se convertirán en migrantes y refugiados climáticos.

Se están desarrollando muchas estimaciones para producir modelos estadísticos capaces de prevenir las situaciones en las que millones de personas dejan su lugar de origen para establecerse en otros.

Y si en nuestros días vemos caravanas de migrantes moviéndose de un país a otro escapando de la violencia, en unas décadas las migraciones serán motivadas por la imprevisibilidad climática: los trabajadores del campo y de la costa tendrán que buscar opciones de supervivencia en los centros urbanos.

Esta situación podría repetirse en África subsahariana, el sureste asiático y América Latina.

El cambio climático produce desplazamientos y migraciones ya en nuestros días (Imagen: Occupy.com)

Éxodos del futuro

Sin embargo, estar listos para las movilizaciones humanas de escala bíblica implica asumir cosas que no podemos saber aún. Aunque existen factores objetivos que pueden preverse, como el aumento del nivel del mar y el derretimiento de los casquetes polares, las reacciones de la población no son una ciencia exacta.

Hoy en día, 258 millones de personas ya viven fuera de su lugar de origen, debido a inundaciones y sequías, entre otras causas.

Por otra parte, factores como las tasas de natalidad y mortalidad de cada población determinarán los escenarios reales. Además, los modelos actuales se enfocan en las migraciones al interior de los países, porque los datos históricos indican que los refugiados no viajan distancias extremas si pueden establecerse en otro lugar dentro de su propio país, en donde el idioma y las costumbres no sean tan diferentes a los que dejan atrás.

Las migraciones podrían concentrarse en África subsahariana, el sureste asiático y América Latina (Imagen: Fair Planet)

El fin de este tipo de proyecciones es advertir a los gobiernos de tomar las medidas oportunas para los cambios de población en una situación sumamente imprevisible. Dirigir presupuesto a la creación de hospitales y escuelas, además de vivienda y empleos, también es una acción oportuna para prepararse contra el cambio climático.