Por Guillermo Castillo Ramírez, Desinformémonos, 07 de marzo de 2024.

Particularmente, el cambio climático se produce por el desarrollo y expansión del capitalismo, en el constante proceso de generación de riqueza (mediante la intervención del medio biofísico), lo que supone un incremento de la desigualdad y la destrucción de la naturaleza.

Según información de la ONU, y de un informe del Banco Mundial del 2021, se estima que para 2050 se podría alcanzar la cifra histórica de 216 millones de personas afectadas a nivel mundial por el desplazamiento interno forzado por motivos climáticos, donde África Subsahariana sería la región más afectada (cerca de 86 millones), después el Este de Asia y el Pacífico (con poco menos de 50 millones), seguiría el Sur de Asia (aproximadamente 40 millones), posteriormente el Norte de África (con 40 millones), luego Latinoamérica (con 17 millones), y Europa del Este y Asia Central (aproximadamente 5 millones). Este escenario no es inevitable, pero, si no se toman una serie de acciones drásticas y urgentes, podría volverse realidad. Dichas acciones remiten a procesos puntuales como: reducción de los gases de efecto invernadero a nivel global y regional; diseño de políticas públicas nacionales e internacionales (de prevención, contención y repuesta) para enfrentar dichos procesos; reducción de la vulnerabilidad socio material de las poblaciones más expuestas; diagnósticos y estudios más integrales y profundos sobre el cambio climático y su relación con el desplazamiento interno forzado.

El desplazamiento interno forzado por motivos climáticos, si bien es un proceso global y compete a todos, no tiene los mismos efectos y repercusiones para todos, y tampoco todos somos igualmente responsables del mismo. Por un lado, estos procesos afectan mucho más a las poblaciones precarizadas y vulnerables, especialmente en los países pobres. Por otro lado, y esto es muy drástico, dichos desplazamientos están relacionados con el cambio climático derivado principalmente de la huella de carbono y los gases de efecto invernadero, que, a su vez, son generados durante los procesos económicos de empresas multinacionales. De hecho, según informes de la ONU, más de la mitad de la producción anual mundial de dichos gases se concentra en un grupo pequeño de países (China, EUA, India, Indonesia, la Unión Europea); y, en términos per cápita, EUA sigue siendo el principal país productor de huella de carbono a nivel global.

En este sentido urge recordar que, si bien se requieren acciones de todos y en todo el orbe para contener el cambio climático (y sus perniciosos efectos), también se necesitan sobre todo estrategias puntuales que, de manera diferenciada y selectiva, atribuyan responsabilidades específicas y puntuales a los grandes productores de gases de efectos invernaderos (corporaciones transnacionales y Estados-nacionales con economías de altos ingresos); ellos son los grandes productores y responsables del cambio climático, y, en consecuencia, del desplazamiento interno forzado por motivos climáticos.

A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.