Por Angélica Enciso L., La Jornada, 15 de enero de 2024.

Mientras en Estados Unidos Monsanto enfrenta alrededor de 125 mil demandas por presuntos daños que el glifosato ha ocasionado en la gente y hay casos que los demandantes han ganado, en México la empresa busca detener judicialmente la eliminación gradual y sustitución del químico en el agro, planteada por el gobierno federal para dar paso a una transición agroecológica, a pesar de las centenas de pruebas científicas que existen, sostiene Erica Hagman Aguilar, directora de Políticas y Normativa de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem).

Incluso Estados Unidos no llevó al panel de controversias el glifosato, únicamente el asunto del maíz transgénico. Sumado a los juicios en curso en ese país por el uso de este químico, hay publicaciones de sus propias agencias de salud que han señalado la asociación de esta sustancia con marcadores moleculares de toxicidad.

Hasta los años 90, las ventas del glifosato eran bajas, pero fue a mediados de esa década que se asoció al maíz y la soya transgénica, y fue cuando su comercio creció exponencialmente. Más de 50 por ciento del glifosato en el mundo se utiliza con los transgénicos, y más de 70 por ciento de maíz y soya son tolerantes a glifosato. Es el modelo de negocio, el paquete tecnológico.

En el país hay dos juicios de amparo contra los decretos presidenciales; uno es contra el decreto vigente de sustitución paulatina del glifosato y otro es el recurso de revisión de un juicio de Monsanto contra el decreto de 2020 que llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual, al señalar que ya estaba abrogado, lo envió en septiembre al cuarto tribunal colegiado en materia administrativa.

Ahí se determinó no sobreseer el juicio y ante el reclamo de la empresa de que se le impidió importar glifosato, el magistrado Ricardo Gallardo determinó estudiar el fondo del asunto. Hace unos días presentó un proyecto a favor de la empresa, pero ante los argumentos en contra de los otros dos magistrados decidió retirarlo.

Al Poder Judicial se han presentado centenas de pruebas documentales de los daños que ocasiona el glifosato a la salud y al medio ambiente, sostiene Hagman Aguilar. Recuerda que desde 2021, una vez que una de las autoridades demandadas fue el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), el cual está integrado a la Cibiogem, se reunieron unas 230 pruebas documentales donde se contrargumentaba lo que planteaba Monsanto, con información científica se sostuvo que el glifosato sí causa daño por su presencia en todo el ambiente, en la atmósfera, cuerpos de agua, en los ecosistemas en general.

También se mencionó la presencia del químico en fluidos humanos: en Estados Unidos la Encuesta Nacional de Salud apuntó a que 80 por ciento de la población tiene glifosato en la orina, lo mismo se ha hecho en Francia, donde se demostró que había en 90 por ciento de la poblacóin de ese país, en sangre y en la leche materna.

En México se habla de la presencia del químico en niños y adolescentes en Jalisco, se encontró en alimentos, hay productos en supermercados, como totopos, tostadas y cereales, donde 90 por ciento de las muestras en promedio tenían transgenes y se encontró glifosato en 60 por ciento de las muestras.

Agrega que a escala internacional se ha encontrado en granos, alimentos, vino, cerveza y agua potable. Asimismo, en productos de higiene personal elaborados con algodón –ya que también hay cultivos transgénicos–, como cotonetes, tampones y gasas. Además hay residuos de glifosato en alimentos para el ganado.

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