Por Fernando Bejarano, RAPAM, 01 de diciembre de 2023.

Conferencia Internacional de Agroecología y

Autosuficiencia Alimentaria en un mundo multipolar 

28 de noviembre al 2 de diciembre 2023, Oaxaca, Oax, México

Eje 3. Experiencias y alianzas para prescindir del glifosato y los transgénicos: avances en humanidades, ciencias y tecnologías, políticas públicas, acciones de las organizaciones y movimientos sociales

Como resultado del diálogo e intercambio de experiencias, por medio de un taller de debate con participantes de 7 países, formularios aplicados a integrantes de Proyectos Nacionales de Investigación e Incidencia, ubicados en más de 20 estados de la república, que trabajan en línea con el Programa Nacional Estratégico de Soberanía Alimentaria; junto con lo derivado de las ponencias y la mesa de diálogo del Eje 3, con la participación de más de 400 personas, se conformaron los siguientes planteamientos y propuestas:

 

1.      Decimos no a los tratados de libre comercio que buscan perpetuar el modelo agroindustrial corporativo, basado en el despojo, la privatización, la concentración y el control de las semillas y variedades vegetales, en combinación con agrotóxicos.

2.     Exigimos que, en el marco de la controversia del TMEC sobre maíz transgénico, Estados Unidos respete la soberanía de México, que emana de la autodeterminación del pueblo, para decidir sobre su sistema alimentario. Además de que, en todo caso, presenten pruebas científicas, sin conflicto de interés, que demuestren que el maíz genéticamente modificado (GM) no daña la salud de la población mexicana, que tiene un alto y diverso consumo de maíz.

3.     Damos respaldo internacional al Decreto presidencial de México que, con bases científicas y jurídicas sólidas, protege los derechos humanos y cumple con el principio precautorio, estableciendo acciones para que no se siembre maíz transgénico ni se utilice en la alimentación humana, además de avanzar en su sustitución para otros fines, junto con la restricción a las importaciones de glifosato, sentando un precedente relevante para la lucha global por la vida y la protección de la salud, el ambiente y la riqueza biocultural.

4.    Resaltamos la importancia de garantizar el acceso libre al conocimiento y los beneficios derivados de la ciencia, sobre los daños y riesgos asociados a los organismos genéticamente modificados (OGM) y plaguicidas altamente peligrosos (PAP), como parte del ejercicio pleno del derecho humano a la ciencia.

5.     Rechazamos el proceso europeo que, con información sesgada y parcial, en perjuicio de la salud de su población, el ambiente y el bien común, ha extendido la autorización del glifosato por 10 años más, a través de la Comisión Europea.

6.     Los países tienen el derecho a defender su soberanía alimentaria por encima de intereses comerciales corporativos y derechos de particulares que pongan en riesgo la salud humana y ambiental de sus territorios. Es necesario que los Estados cumplan con sus obligaciones en materia de derechos humanos y apliquen el principio precautorio, consagrado en la declaración de Río de Janeiro sobre el medio ambiente y el desarrollo.

7.     Las semillas nativas deben ser libres de propiedad intelectual y deben respetarse los derechos de las y los campesinos que las han domesticado, mejorado, diversificado y salvaguardado, en beneficio de la humanidad. No a las actas de la Unión de Protección de Obtenciones Vegetales (UPOV).

8.     El glifosato es un plaguicida altamente peligroso, éste y otros PAP, como paraquat, 2,4-D, dicamba, glufosinato de amonio, atrazina, clorpirifos, fipronil, etc., son sustancias que no contribuyen al ejercicio del derecho a la alimentación y deben ser eliminadas de los sistemas agroalimentarios a nivel mundial.

9.     Los transgénicos deben quedar fuera de los sistemas agroalimentarios. Estas tecnologías son medios de despojo y privatización de los bienes comunes que atentan contra la soberanía alimentaria de los países.

10.  Es necesario avanzar en la transición agroecológica que permite la existencia y reproducción de sistemas agroalimentarios saludables, justos, equitativos, de calidad, accesibles y culturalmente adecuados.

11.    Los transgénicos tienen una estrecha relación con la comida chatarra que no contribuye a mejorar la nutrición y la salud de los pueblos del mundo.

12.   Hay una convicción internacional del éxito de los sistemas agroalimentarios libres de agrotóxicos, como el glifosato; estas agriculturas y sus formas ecológicas de manejar las arvenses requieren de todo el respaldo social  y de los Estados  para su fortalecimiento.

13.   La diversidad de los maíces nativos representa un bien alimentario, de alta calidad nutricional y adecuado para los pueblos del mundo, se requiere de políticas que los protejan de la posible contaminación transgénica y otros riesgos.

14.  Es necesaria la implementación de políticas públicas que fomenten la alimentación saludable, libre de agrotóxicos y cultivos GM, así como el etiquetado de productos que privilegien los derechos de los consumidores.

15.   Es urgente crear una red internacional de intercambio de información y diálogo, con la actualidad de las luchas contra los agrotóxicos y los transgénicos, que pugnan por la defensa de las semillas nativas y libres; que permita tomar posicionamientos y acciones conjuntas.

16.   Las organizaciones de base social son fundamentales en la transformación de los sistemas agroalimentarios, realizando acciones como: las ferias de semillas, los diálogos e intercambios campesino a campesino, los reservorios de semillas locales, el mejoramiento participativo de semillas nativas, entre otras.

17.   Es importante fortalecer los conocimientos campesinos y los saberes ancestrales para la protección de las semillas nativas y los bienes naturales con modelos replicables, en beneficio de las próximas generaciones.

A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.