Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 28 de febrero del 2021.

HISTORIA EN BREVE

  • Siempre que su sistema inmunológico esté en óptimas condiciones, su cuerpo puede vencer a la mayoría o a casi todos los invasores virales
  • El betacaroteno es una forma de vitamina A soluble en agua que no proporciona beneficios de estimulación inmunológica. Para eso, necesita la forma soluble en grasa, así que asegúrese de tomar vitamina A emulsionada
  • Ante los primeros signos de enfermedad, Brownstein recomienda tomar 100 000 unidades de vitamina A y 50 000 unidades de vitamina D3 por día, durante cuatro días, junto con 1000 miligramos de vitamina C por hora durante las horas de vigilia hasta que los síntomas disminuyan. También se recomienda nebulizar peróxido con yodo
  • El peróxido de hidrógeno es un desinfectante tópico que mata los virus por contacto. También es una terapia oxidativa que estimula la vía redox, estimula la producción de energía y repara las células. También mejora la oxigenación y podría tener un efecto desintoxicante en sus pulmones

El Dr. David Brownstein ha tratado con éxito a más de 200 pacientes utilizando peróxido de hidrógeno nebulizado, lo que se ha convertido en mi intervención favorita contra el COVID-19 y otras infecciones de las vías respiratorias superiores.

En la edición de julio del año 2020 de Science, Public Health Policy, and the Law se publicaron los casos de 107 pacientes con COVID-19 que fueron tratados con peróxido nebulizado y otros remedios, incluyendo a las vitaminas A, C y D por vía oral, yodo, peróxido de hidrógeno por vía intravenosa y vitamina C, así como ozono por vía intramuscular. Todos los pacientes sobrevivieron.

Peróxido nebulizado y yodo

Cuando se realizó esta entrevista, la cantidad de pacientes tratados exitosamente con estas estrategias naturales superó los 230. Ahora el Dr. Brownstein publicó un libro que describe su enfoque, titulado: “A Holistic Approach to Viruses”.

“Entre nuestros pacientes con COVID-19, no tenemos muertes”, dice. “Tuvimos un par de hospitalizaciones, pero en realidad fueron muy pocas, comparadas con lo que deberían ser según las estadísticas informadas. Utilizamos el mismo protocolo para la gripe y las enfermedades similares desde hace más de 25 años.

Un paciente me llamó durante el fin de semana y me dijo: “De las cosas que me diste pude notar que solo 2 me hicieron sentir mejor”. Le di el protocolo completo de vitamina A, C, D por vía oral y yodo con peróxido nebulizado.

El paciente agregó: “Olvidé usar el yodo el primer y segundo día. Cuando me preguntaste al respecto, lo volví a agregar a mi tratamiento. Eso marcó la diferencia. Mi mucosidad disminuyó y mi respiración mejoró. También olvidé poner el yodo en el nebulizador, y cuando hice ambas cosas al mismo tiempo (el yodo por vía oral y el peróxido de hidrógeno nebulizado con yodo) todo mejoró”

Su respiración fue mejoro entre un 80 % y 90 % poco después de la primera o segunda dosis de yodo. Él es otra historia de éxito que tuvimos y bastó con apoyar el sistema inmunológico de las personas durante estos tiempos de enfermedad viral. Les suplico a mis colegas que agreguen yodo en cualquier régimen que sigan para tratar a pacientes con enfermedades similares a la gripe como el COVID-19.”

El tratamiento a tiempo elimina las secuales

En mi reciente entrevista con el Dr. Vladimir Zelenko, en la que analizamos el tratamiento con hidroxicloroquina, se señaló que ninguno de los pacientes que trató durante los primeros cinco días de la aparición de los síntomas desarrolló secuelas.

En general, está también ha sido la experiencia de Brownstein. De los 107 pacientes iniciales incluidos en su informe de caso, el 2 % desarrolló secuelas. Esto marca un contraste entre 20 % al 40 % que se reportó en otros lugares.

“La historia algún día contará que el desastre del COVID-19 fueron los poderes que dijeron que no había nada que pudiéramos hacer. Solo permanecer en casa, encerrarse en el sótano, estar en cuarentena lejos de su familia, utilizar cubrebocas y respetar el distanciamiento social. Sin terapias ni nada, solo esperar hasta que salga la vacuna.

Esto causó más de 400 000 muertes. Tal vez las cifras de muertes sean exageradas, pero mucha gente ha muerto porque los gobiernos, las autoridades, la AMA y todos los demás, han dicho que ‘No hay nada que ofrecer’ y ‘No contribuya con nada porque no realizaremos estudios aleatorizados, doble ciego ni controlados por placebo, y si los médicos los hacen, los vamos a censurar y a responsabilizar’. Ese ha sido el mayor desastre”, dice Brownstein.

La mayoría de las personas no tienen inmunoestimulantes básicos

Es importante reconocer que mientras su sistema inmunológico esté en buenas condiciones, su cuerpo puede vencer a la mayoría o a casi todos los invasores virales. El funcionamiento de su sistema inmunológico depende de una nutrición adecuada, no de medicamentos o vacunas. El uso de suplementos nutricionales por parte de Brownstein y otras estrategias de refuerzo inmunológico se remonta a décadas, mucho antes de que existieran medicamentos antivirales disponibles.

Señala que la mayoría de las personas tiene niveles bajos de vitamina C, por ejemplo, la cual beneficia tanto a su sistema inmunológico innato como al adaptativo. Casi el 90 % de sus pacientes también tienen deficiencia de vitamina D, que es otro regulador inmunológico muy importante. Tiene receptores de vitamina D tanto en su sistema inmunológico innato como en el adaptativo. La deficiencia de vitamina D también se relaciona con la sepsis.

Muchas personas también tienen deficiencia de vitamina A. Aquí, el problema está en los detalles. El betacaroteno es una forma de vitamina A soluble en agua, que no proporciona beneficios de estimulación inmunológica. Para eso necesita la forma soluble en grasa. Por lo tanto, asegúrese de tomar vitamina A emulsionada.

“El betacaroteno no le proporciona al sistema inmunológico los efectos de la vitamina A”, dice Brownstein. “La vitamina A ayuda a minimizar la tormenta de citoquinas. También minimiza los factores inflamatorios como IL-6, IL-10, IL-8 e IL-12 y reduce el TNF alfa. Los glóbulos blancos necesitan vitamina A ya que es esencial para su funcionamiento. Por lo tanto, ayuda a que el sistema inmunológico innato y el adaptativo se defiendan”.

Vitaminas A, C, D y yodo

Desde hace décadas, Brownstein ha recetado vitaminas A, C y D a sus pacientes y, ante los primeros signos de enfermedad, les indica que aumenten las dosis a 100 000 unidades de vitamina A y 50 000 unidades de vitamina D3 por día, durante cuatro días, junto con 1000 miligramos de vitamina C por hora durante las horas de vigilia hasta que los síntomas disminuyan.

“Esas fueron las tres primeras cosas que hice”, dice Brownstein. “Descubrí que cuando las personas contraían gripe o una enfermedad similar a la gripe, y de inmediato comenzaban a tomar estas tres cosas, mejoraban en 24 horas. Fue increíble.

Unos años más tarde supe del yodo, comencé a hacer pruebas y descubrí que el 97 % de las personas tienen deficiencia de yodo. La mayoría presentaba deficiencias notables y cumplía las normas de la OMS de deficiencia grave de yodo. Entonces, agregué yodo a ese protocolo.

Mi dosis promedio de yodo para la mayoría de las personas es (si no tienen problemas glandulares como problemas en los senos, próstata, tiroides, páncreas, ovarios, útero) alrededor de 12.5 miligramos al día. Si tienen problemas con esas glándulas, la dosis sería más elevada.

La dosis promedio de yodo que recomiendo a lo largo de los años es de 25 miligramos al día. Y es una combinación de yodo y yoduro, que se encuentra en la solución de Lugol. Eso se agregó muy rápido a ese régimen y marcó una gran diferencia. A las personas les gustó. Y además se sintieron mejor”.

Con el paso del tiempo, descubrió muchos casos que describían el tratamiento de la neumonía, la bronquitis y otros problemas pulmonares con yodo nebulizado. Como resultado, también agregó eso a su régimen antiviral.

Si utiliza una solución de Lugol al 5 %, solo agregue una gota a su nebulizador después de llenarlo con la solución de peróxido diluido. Si utiliza la solución de Lugol al 2 %, la cual puede conseguir sin receta, agregue dos gotas.

Peróxido por vía intravenosa, vitamina C y ozono

Unos años después conoció el peróxido de hidrógeno, que se puede utilizar tanto por vía intravenosa como en un nebulizador. El hecho de que su cuerpo produzca de forma natural grandes cantidades de peróxido de hidrógeno en todas sus células puede indicarle su importancia.

“Comencé a usar peróxido por vía intravenosa y nebulizado, y en una solución mezclé el peróxido nebulizado con yodo nebulizado. Agregar peróxido de hidrógeno nebulizado a una dilución al 0.04 % y una gota de solución de Lugol al 5 %, la cual proporciona 6.25 miligramos de yodo, ayudó a muchas personas con problemas pulmonares, neumonía, cáncer de pulmón o EPOC, tos, dificultad para respirar, sibilancias y cosas similares”.

Con el tiempo, comenzó a agregar vitamina C por vía intravenosa, peróxido de hidrógeno y ozonoterapia. Cuando surgió el COVID-19 en el invierno del año 2020, Brownstein decidió probar este protocolo antiviral básico y descubrió que funcionaba contra la infección por SARS-CoV-2 y cualquier otra infección viral.

Durante la primera ola en marzo y abril del 2020, ninguno de los miembros del personal se enfermó. Con el tiempo, un miembro del personal se enfermó y contagió a muchas personas. Todos recibieron tratamiento y se recuperaron con éxito. “Ahora tenemos una oficina con inmunidad colectiva”, dice Brownstein. “El 87 % de nosotros tenemos anticuerpos contra el COVID-19”.

Conceptos básicos sobre el peróxido nebulizado

Adopté el peróxido nebulizado desde que surgió la pandemia de COVID-19 y he recibido muchos informes anecdóticos de personas que lo han utilizado con éxito, incluso en etapas más avanzadas. De acuerdo con la experiencia de Brownstein, ahora también recomiendo agregar yodo al nebulizador, ya que parece hacerlo aún más efectivo.

Tenga en cuenta que el peróxido se debe diluir con solución salina. Recomiendo diluirlo al 0.1 %. Brownstein recomienda diluirlo al 0.04 %. Tom Levy recomienda 3 % o más. De preferencia utilice peróxido de hidrógeno de grado alimenticio, ya que no tiene estabilizadores dañinos. Si lo prediluye al 0.04 % y lo refrigera, mantendrá sus propiedades durante casi tres meses. Si hace una dilución al 0.1 %, conservará más sus propiedades.

Si no puede conseguir la solución salina, puede prepararla al mezclar una cucharadita de sal sin procesar (como la sal del Himalaya, sal celta o sal real de Redmond) en medio litro de agua. Creará una solución salina al 0.9 %, que es casi la concentración que se encuentra en los fluidos corporales. Utilice esa solución salina y luego diluya el peróxido de hidrógeno como se describe en esta tabla.

dilución de peróxido de hidrógeno

No mezcle el peróxido con agua pura destilada, ya que esto podría causar daños fisiológicos. La sal es la clave. Sin embargo, puede preparar su solución salina con agua destilada.

Además, para optimizar sus beneficios, asegúrese de comprar un nebulizador eléctrico. Las versiones portátiles de batería no son tan efectivas. Como señala Brownstein, en casi todos los casos en los que los pacientes no mejoraban, era porque utilizaban un nebulizador de mano. Cuando se utilizó un nebulizador más potente que podía llevar el peróxido a los pulmones, el tratamiento comenzó a funcionar como debería.

Recomiendo comprar todo lo que necesita con anticipación, para que pueda protegerse a usted mismo o a su familia en cualquier momento. No puede esperar días para que llegue su pedido y comenzar el tratamiento.

Mecanismos de acción

¿Qué tiene el peróxido de hidrógeno que hace que este tratamiento nebulizador funcione tan bien? Obviamente, el peróxido regular es un desinfectante tópico que mata los virus al contacto. Pero también parece tener un efecto de mensajero secundario. Brownstein explica:

“Es una terapia oxidativa. Todos estamos un poco condicionados a que los antioxidantes sean buenos y los oxidantes sean malos, pero en realidad, necesita un equilibrio entre ellos. Se llama redox. Es como un sube y baja. Necesita oxidantes para estimular la descomposición de las células viejas y del tejido viejo y lesionado, al igual que necesita antioxidantes para estimular la reparación de esas células y de los tejidos viejos.

Entonces, los oxidantes tienen un beneficio. Estimulan la vía redox y con el peróxido de hidrógeno, ozono y la vitamina C en dosis altas logramos estimular esta vía redox para mover los electrones.

Cuando mueve los electrones puede producir moléculas de energía, ATP, estimular la reparación de células y de las células STEM, y hacer que las cosas se muevan de nuevo. El cuerpo humano produce una gran cantidad de peróxido. Se produce en todo el cuerpo en cada célula. Si se tratara de una terapia oxidante peligrosa, ¿por qué produciríamos tantas cantidades?

Utilizar pequeñas cantidades de peróxido, ya sea por vía intravenosa o con un nebulizador, tiene un buen efecto clínico. No veo efectos negativos con eso. La vitamina C también estimula la producción de peróxido cuando se utiliza en dosis altas”.

Además de tener efectos antivirales, el peróxido nebulizado también mejorará la oxigenación, la respiración en general y puede ser muy un tratamiento muy eficaz para las personas que fuman. Esto tiene sentido ya que el peróxido se descompone en su cuerpo como agua y oxígeno. Brownstein cree que también tiene un efecto desintoxicante en los pulmones.

Es interesante destacar que Brownstein y sus colegas nunca utilizaron ninguno de los regímenes de medicamentos que muchos médicos recomiendan, como la ivermectina o la hidroxicloroquina.

Aunque investigó en la literatura científica y descubrió que hay una amplia evidencia que respalda su uso y seguridad, todos sus pacientes se recuperaron sin utilizar estos medicamentos, por lo que nunca recetó ninguno de ellos. Brownstein ni siquiera usó zinc, que es una intervención nutricional básica para las infecciones virales.

Para los pacientes que viajan y se preocupan por contraer el COVID-19, les recuerda que solo lleven su nebulizador, peróxido de hidrógeno y yodo debidamente diluidos. De esa manera, pueden nebulizar cuando lleguen a su destino, lo que efectivamente matará cualquier patógeno al que puedan haber estado expuestos durante sus viajes.

Remedios que debe evitar

Además de saber qué llevar y qué hacer, también es importante saber qué debe evitar. Los ejemplos incluyen al Tamiflu que, cuando funciona, podría disminuir la enfermedad sintomática durante solo un par de horas en el mejor de los casos, pero a la vez presenta importantes riesgos de efectos secundarios. Brownstein también desaconseja el uso de Tylenol y de otros antipiréticos como la aspirina y el ibuprofeno. La razón de esto es porque no desea suprimir la capacidad de su cuerpo para tener fiebre. Brownstein explica:

“La fiebre tiene un propósito. Fuimos diseñados de una forma perfecta para sobrevivir a las enfermedades virales, vivir hasta la vejez y siempre tener un buen funcionamiento cerebral. Si apoyamos al cuerpo, le proporcionamos los nutrientes básicos que necesita, las materias primas básicas y el apoyo que necesita, puede hacer cosas muy interesantes.

El problema es que en el mundo tóxico en el que vivimos, las enzimas están envenenadas y los receptores bloqueados. Consumimos todos estos medicamentos que envenenan a las enzimas y bloquean los receptores. La fiebre es su amiga y si se presenta es por una razón. A las bacterias y a los virus no les gusta una temperatura corporal elevada. Por eso sucede.

Intenta hacer que el ambiente sea inhóspito para un patógeno. Entonces, eso es lo peor que puede hacer en esa situación, a menos que la fiebre sea demasiado alta, una fiebre de más de 38 grados Celsius, tal vez 40 °C., puede causar problemas cerebrales, convulsiones y hasta la muerte.

Pero la mayoría de las personas no tienen fiebre tan alta cuando se enferman. Tienen fiebre de bajo grado, de 37.5 °C. a 38 °C. Por esa razón le digo a los pacientes que no tomen nada. Solo apoye a su cuerpo y deje que haga lo suyo.

Puede controlar su temperatura mucho mejor que usando antipiréticos como el Tylenol o ibuprofeno al tomar un baño tibio o un baño de esponja con agua tibia. Un baño con sal de Epsom fue eficaz para mis pacientes con COVID y ha sido un remedio ideal para otras enfermedades virales a lo largo de los años”.

Problemas sobre el consumo de Tylenol

El Tylenol en particular también es problemático por otras razones. Es importante destacar que envenena la enzima que produce el glutatión, un antioxidante muy potente que su cuerpo produce de forma intracelular. Cuando se trata de una infección bacteriana o viral, desea que su cuerpo produzca más glutatión para apoyar a las células afectadas. Si toma Tylenol, simplemente bloquea ese proceso.

“El Tylenol también tiene una ventana terapéutica reducida, lo que significa que si excede la dosis recomendada en la etiqueta puede contraer toxicidad por Tylenol. El hígado comienza a descomponerse y las personas mueren a causa de esto”, advierte Brownstein.

“El tratamiento para la toxicidad por Tylenol es la N-acetilcisteína (NAC) por vía intravenosa, que es el precursor de la producción de glutatión. Por eso le digo a mis pacientes que eviten tomar Tylenol.

Y en cuanto al Motrin, ibuprofeno y aspirina, al comienzo de la crisis vi a tres pacientes que me dijeron que cuando tomaron la primera dosis de Motrin para la fiebre, colapsaron, su sistema no funcionó y presentaron problemas respiratorios. Todo empeoró una o dos horas después de la primera dosis de ibuprofeno.

Hubo un artículo que planteaba la hipótesis de que tomar ibuprofeno y AINE podría empeorar el COVID-19, ya se puede afectar el receptor ACE2 y hacer que el virus sea más propenso a adherirse a él. Eso aún no se ha probado. Pero, creo que es porque bloquea la respuesta natural a la fiebre del cuerpo, algo que en definitiva no es bueno”.

Volver a lo básico

Brownstein enfatiza que no se trata solo de tomar ciertos suplementos o de nebulizar cuando está enfermo. También es necesario cuidar su alimentación. El mejor tratamiento es la prevención, que se logra a través de una alimentación adecuada y un estilo de vida saludable.

Dicho esto, en caso de enfermarse gravemente y si aún no ha eliminado los alimentos procesados que contienen azúcar y grasas nocivas, en particular el ácido linoleico omega-6 (LA), este es el momento de hacerlo.

La investigación en realidad sugiere que el LA puede incrementar su riesgo de contraer el COVID-19, ya que el LA es parte de la estrategia que usa el virus SARS COV-2 para infectar sus células. Por lo tanto, debe limitar los aceites vegetales y otras fuentes de LA, al igual que debe concentrarse en consumir alimentos enteros y orgánicos.

Comer “limpio” y tratar cualquier posible deficiencia nutricional pueden ayudarlo a prevenir infecciones graves. Como señaló Brownstein:

“Es necesario tener un sistema inmunológico fuerte. Ya que un sistema inmunológico resistente combatirá todo. Y mire, el SARS COVID-2 ya está aquí y llegó para quedarse. Existirá el SARS-CoV-3, CoV-4 o CoV-5 o alguna otra enfermedad, razón por la cual debemos tener un sistema inmunológico fuerte”.

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