Por Es Fácil ser Verde, 13 de julio de 2018

Los permacultures buscamos mejorar la calidad de vida de la población bien por medio de proyectos que ayuden al desarrollo social o bien por medio de proyectos de mejora del medio ambiente y relacionados.

Embarcarse en el mundo de la permacultura es excitante pero, por ello mismo, puede resultar abrumador si no das los pasos adecuados y evitas los errores más típicos.

Aquí te explico los 7 pasos que te ayudarán a tener éxito en tu camino permacultor.

1.Define tu sueño

Escribe en un papel o en una pizarra a dónde quieres llegar, tu objetivo final, tu visión. Planea, explora cómo quieres que sea tu casa, tu granja, tu piso, tu jardín urbano, tu vida, qué quieres aportar a la comunidad en términos de tiempo, conocimiento, alimento, felicidad o bienestar real, qué huella quieres dejar en este mundo.

Define tu sueño

Esto es lo que quieres conseguir a largo plazo, es tu objetivo general. Pueden ser uno o varios. Por ejemplo, los míos podrían ser “crear una escuela de permacultura que contribuya a cambiar el mundo y vivir en un entorno maravilloso, en una casa sostenible donde mis hijos puedan desarrollarse de otra manera y aprender una forma diferente de estar en el mundo y de interactuar con los demás”

  1. Aplaca la prisa

Es fácil dejarse llevar por el ritmo frenético que nos impone la sociedad en la que vivimos. Eso te lleva a tomar decisiones atropelladas.

Aparca la prisa

Dedica un tiempo a pensar en las acciones que tienes que hacer para conseguir ese sueño que has definido en el primer paso. Por ejemplo, “mudarme al campo”, “estudiar permacultura”, “ganar dinero”, “reservar un par de horas diarias para pensar en mi proyecto” etc

Define los pasos pequeños o hitos realistas y abarcables por los que has de pasar hasta conseguir tu objetivo final. Para cada uno de esto hitos piensa cuándo tiempo necesitas para conseguirlo, cómo es de importante para alcanzar tu sueño y qué acciones necesitas llevar a cabo para ello. Luego ordénalos en una secuencia temporal y según su importancia. Si alguno es aún muy complejo, vuelve a partirlo en hitos más pequeños. Como ocurre con la mayoría de las cosas en la vida, la parte crítica para conseguir lo que deseas no es la planificación sino el compromiso con el proceso de planificación.

Empieza con algo que te sea fácil abarcar mientras aún estás aprendiendo. Esto te va a evitar que cometas grandes errores. Según vayas aprendiendo, hagas pruebas, descubras cómo son las cosas en tu terreno, añade un hito nuevo a tu camino.

Disfruta en tu camino de todos estos hitos que son lentos y realizables. En permacultura, mantenerte crítico, lento y con los pies en la tierra es fundamental para no desviarte de tu camino.

  1. Obsérvate a ti mismo

Los permacultores trabajamos con la naturaleza y no en contra de ella. Párate y dedica un tiempo a pensar en tu naturaleza como ser humano. Piensa qué quieres hacer, cómo quieres hacerlo y qué ritmo te dice tu cuerpo que has de llevar. Trabaja con tu naturaleza y con tu fuerza real, utiliza tu energía, pon a trabajar tus recursos internos. Descubre cómo reacciona tu cuerpo a las estaciones, a la gente que te rodea y a las diferentes horas y situaciones del día. Si el cuerpo te dice que necesitas descansar o ir más lento, ajusta tus hitos y descansa.

Obsérvate con atención

Respeta tu cuerpo y tu mente. Deja por un momento a un lado lo que te han dicho de cómo debías ser o qué debías ser y mira quién eres. Sólo observando y respetando tu naturaleza puedes aprender a respetar y a observar lo que te rodea.

De esta manera puedes ajustar tus hitos y decidir cosas como, por ejemplo,que el invierno, para ti, es bueno para estudiar, planificar y aprender y mejorar la sostenibilidad de tu vivienda con sistemas de ahorro de agua, evitando pérdidas de calor…y la primavera es el momento de salir, relacionarte con otros, ir a cursos, trabajar la tierra etc

  1. Medita cada paso antes de darlo

Analiza los problemas, necesidades y resultados que esperas antes de dar cada paso. Esto nos resulta un poco pesado a los que, como yo, queremos estar con las manos en la tierra y, a menudo, lo obviamos confiando en que somos capaces de hacerlo de cabeza e improvisar en el momento. Sin embargo es un paso muy importante pues, si no, nos vamos a encontrar con que nos ocurren cosas como que el canto del gallo le molesta al vecino, que mi estufa necesita un mantenimiento que no había previsto, que no sé qué hacer con los 100 huevos a las semanas que ponen mis gallinas, o que tengo más calabazas de las que podría comerme en 3 años.

Medita cada paso antes de darlo

Hacer una análisis en papel de lo que necesitas, los problemas que pueden ocurrir y lo que esperas obtener de cada paso de tu camino minimizará las sorpresas desagradables y que se desinfle tu entusiasmo.

  1. Haz una planificación en fases

¿Te has encontrado queriendo hacer todo a la vez y, de hecho, haciéndolo? ¿Has empezado a hacer el jardín, la huerta, el bosque comestible, a construir el gallinero y a hacer tu propio compost todo en un año? Yo, sí.

El sentimiento de urgencia mezclado con la excitación de los comienzos es una receta segura para el desencanto. Puedes evitarlo parándote, respirando y sentándote a diseñar un plan en fases.

Planifica las fases de desarrollo de tu diseño

Trabaja sólo en una cosa cada vez. Enfoca tu atención y tus esfuerzos en una sola parte de tu diseño. Un plan en fases va en consonancia con un principio fundamental de la permacultura: “Concentra los recursos”.

Cuando te ocupas y dedicas tu tiempo, tus esfuerzos, tus conocimientos y tu concentración a un proyecto o esfuerzo bien definido, éste es un éxito. Cuando te dedicas a mil cosas a la vez, tu esfuerzo se diluye y te lleva al fracaso. Reserva tiempo (meses, años, semanas) a fases específicas de tu proyecto permacultor y céntrate en ellas. Por ejemplo: el primer año creas los sistemas de gestión del agua y los accesos, el segundo construyes las estructuras que vas a necesitar, el tercero creas tu huerta permacultora y plantas la zona cercana a tu vivienda, el cuarto comienzas el bosque comestible, el quinto año añades los animales etc

  1. Crea una red de colaboradores

Todo en permacultura, al igual que en la naturaleza, se realiza mediante una red de conexiones que relaciona unos de los elementos del sistema con los demás sea para reciclar nutrientes mediante tu jardín o bien para reciclar los recursos disponibles en tu comunidad.

Crea una red de colaboradores

Ser permacultor no implica convertirse en un experto en cada área posible de la vida. Al igual que diseñamos los elementos del sistema, diseñamos el sistema social. La permacultura nos enseña a interconectarnos entre nosotros, aportando cada uno lo que mejor sabemos hacer y colaborando unos con otros.El comercio, el intercambio, el uso de recursos locales y la creación de redes locales de conocimiento construyen tu interdependencia.

  1. ¿Y si no quiero ser granjero?

Descubre qué sabes y qué te gusta hacer y cómo puede contribuir positivamente en el mundo. Quizás tu talento o deseo oculto no es ser granjero o ganadero sino ser abogado, político, científico, diseñador, comerciante, fontanero, conferenciante, escritor, ingeniero etc.

El mundo sostenible que queremos construir mediante el uso de la permacultura necesita personas con todo tipo de conocimientos y aptitudes. Comprométete con gestionar tu negocio con mentalidad permacultora, es decir, crea modelos que conserven los recursos, reciclen, reduzcan el consumo sin sentido, aumenten la justicia social, respeten la naturaleza, aumenten la capacidad de salir adelante por sí mismas de las persnas etc..Sé la voz y el abogado del cambio desde tu propia tribuna.

Aporta tu conocimiento

Si eres un profesional con talento, tu contribución a la sostenibilidad puedes hacerla desde tu propio trabajo y área de expertizaje. El conocimiento es un recurso y, como tal, compartir ese recurso es tan beneficioso para la comunidad como cultivar tu huerta.