Por Ecoticias, 11 de noviembre de 2016

Estos son algunos consejos para que, quienes se decidan por generar su propio compost, lo hagan de forma segura y sencilla. Todos los pasos son importantes y deben ser tenidos en cuenta, si se quiere obtener un producto de buena calidad, sin contaminantes y efectivo a la hora de abonar nuestros cultivos.

Opta por un contenedor de compost adecuado Debe ser compacto, con una muy buena ventilación y no es necesario que ocupe un enorme espacio, sino que debería poder colocarse en cualquier jardín o en patios pequeños.

Lo importante es que esté en contacto con la tierra en la base. Elije el lugar ideal

Lo mejor es colocarlo en un sitio plano y donde pueda drenar sin inconvenientes, lo que garantizará que el exceso de agua se evacue fácilmente.

Esto también ayuda a que los micro y macro organismos (desde las bacterias a las lombrices) puedan acceder y participar activamente del proceso.

Ciertos animales hacen el trabajo más duro

La naturaleza nos ha proporcionado la unidad de eliminación de residuos perfecta: las bacterias y las lombrices.

Pueden vivir en la oscuridad y su manjar predilecto es el material de desecho que se emplea para compostar, por lo que tras alimentarse lo convierten en líquidos y en abono sólido y nutritivo.

En el caso de decantarse por el Vermicompostaje o sea el que se basa en el trabajo de las lombrices, hay tres especies básicas: la llamada “estercolera” (Eisenia foetida), la lombriz roja de tierra (Lumbricus rubellus) y la lombriz tigre ( Eisenia andrei).

Cualquiera de ellas se puede conseguir fácilmente y son excepcionales a la hora de compostar con eficiencia.

Pon el material adecuado

En general casi todo lo que desechamos es útil para compostar: las cáscaras y desechos de frutas y verduras, las bolsitas de té y residuos de café y los restos de podas de plantas y de hierba son los que más rápidamente se descomponen y proporcionan una buena cantidad de nitrógeno y humedad al compost.

También es bueno incluir cajas de huevos de cartón, papel arrugado y hojas caídas.

Estos elementos demoran más en compostar, pero proporcionan fibra y carbono y forman “bolsas de aire” que refrescan la mezcla.

Las cáscaras de huevo trituradas aportan una buena cantidad de calcio y otros minerales útiles.

Lo que NO se debe usar para compostar

Ciertas cosas nunca deben ser empleadas en compostaje como la carne o los productos lácteos, plantas enfermas, deposiciones fecales de ninguna especie (ni humanas ni de animales), porque cualquiera de estos elementos generará olores no deseados y puede constituirse en un foco de plagas o infecciones.

También se deben evitar las malezas perennes (como el diente de león o el cardo) o las malas hierbas que contengan semillas. Algo fundamental a tener en cuenta es que los plásticos, el vidrio y los metales NO son adecuados para el compostaje y deben reciclarse por separado.

Mantener el equilibrio correcto

La clave para un buen compost reside en obtener la mezcla correcta.

Es necesario mantener la cantidad de elementos secos equilibrados con la de húmedos. También es importante asegurarse de que hay suficiente aire, por lo que al menos una vez al mes se recomienda realizar un mezclado manual.

Ayudas extra

Existen ciertos compuestos que se venden en viveros orgánicos llamados activadores de compost y que son básicamente enzimas que ayudan a acelerar el proceso natural, consiguiendo un compost oscuro, rico y desmenuzable en menos de la mitad del tiempo que lleva el proceso natural.

¿Qué hacer con las hojas caídas?

Todas las hojas caídas se pueden emplear como una buena fuente de compost.

Puede añadirse de inmediato una buena cantidad de las mismas al contenedor, pero si hay hojas en exceso éstas se pueden reciclar aparte en recipientes adecuados (bolsas o compostadores de alambre), ya que, al ser biodegradables, comenzarán allí el proceso de descomposición.

La idea es recolectar todas las hojas caídas e ir almacenándolas para que se conviertan en un potente mejorador de suelos.

Al ser rico en humedad, el material resultante es ideal para usar en macetas como alternativa a la turba.

Y también puede emplearse para dar el equilibrio necesario al compostador.

El compost terminado

Cuando el compost esté listo tendrá un color marrón oscuro, casi negro, una textura esponjosa y será rico en nutrientes.

Se debe colocar en los macizos de flores o en las huertas orgánicas extendiéndolo y mezclándolo con la tierra, esto ayudará a retener la humedad, al tiempo que abonará los cultivos y plantas, sin necesidad de recurrir a ningún producto químico.