Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 12 de mayo de 2021.

HISTORIA EN BREVE

  • Seis mineros en Mojiang, China, se infectaron con un coronavirus de murciélago en el año 2012. Tres murieron de una enfermedad casi idéntica al COVID-19 después de mucho tiempo
  • La “teoría del paso de los mineros de Mojiang” propone un precursor del SARS-CoV-2 conocido como RaTG13, que enfermó a los mineros y, una vez dentro de estos pacientes, mutó en el SARS-CoV-2
  • Las muestras de la mina y de cuatro de los mineros hospitalizados se enviaron al Instituto de Virología de Wuhan (WIV) en el año 2012, de donde es posible que el virus haya escapado a finales del 2019
  • La Dra. Shi Zheng-Li dirige el laboratorio de bioseguridad nivel 4 en Wuhan. Estudió el virus RaTG13 y realizó investigaciones de ganancia de función sobre coronavirus, en las que se manipulan los virus para incrementar su infectividad o patogenicidad

“¿De dónde vino el virus mortal que paralizó el mundo?” Esta es la pregunta que realizó la periodista Liz Hayes en el episodio del 14 de abril de 2021 del programa de televisión “60 Minutes Australia: Under Investigation”. “Es uno de los mayores misterios que hemos enfrentado”.

¿Evolucionó en una mina de cobre infestada de murciélagos en Mojiang, en el suroeste de China? Seis mineros que trabajaban allí se infectaron en el año 2012 y tres murieron de una enfermedad casi idéntica al COVID-19.

La llamada “teoría del paso de los mineros de Mojiang” propone un precursor del SARS-CoV-2, el RaTG13, un virus recolectado de esa misma mina que enfermó a los mineros y que mutó al SARS-CoV-2.

La prueba del RaTG13 cuando se descubrió por primera vez demostró que la infección que sufrieron los mineros había sido causada por un coronavirus similar al SARS de los murciélagos de herradura.

Uno de los mineros pasó cinco meses en el hospital antes de ceder a la infección. Se cree que este tiempo es suficiente para que el virus haya mutado al SARS-CoV-2, un virus que es un 96 % idéntico, de forma genética, al RaTG13.

Las muestras de la mina y de cuatro de los mineros hospitalizados se enviaron al Instituto de Virología de Wuhan (WIV) en el año 2012, de donde es posible que el virus haya escapado a finales del 2019.

El origen de laboratorio no se puede excluir

De acuerdo con el asesor adjunto de seguridad nacional de Estados Unidos, Matthew Pottinger, “existe una creciente evidencia de que el laboratorio es tal vez la fuente más creíble” del SARS-CoV-2.

David Asher, ex investigador principal del grupo de trabajo del Departamento de Estado de los Estados Unidos que investigó los orígenes del COVID-19, también dijo que los datos que recopilaron “nos hicieron creer que era muy probable que el Instituto de Wuhan fuera la fuente de la pandemia de COVID”.

En la mesa redonda de expertos del programa “60 Minutes Australia” estaba Nikolai Petrovsky, profesor de endocrinología en la Facultad de Medicina de la Universidad Flinders en Adelaide, Australia. Él también insiste en que “no podemos excluir un origen de laboratorio para el virus”, y su propia investigación forma la base de esta opinión.

Su equipo ha tratado de identificar una forma en la que los animales podrían haberse mezclado para dar lugar al SARS-CoV-2, y finalmente concluyó que no podría ser un virus de origen natural. Petrovsky declaró que era mucho más probable que el virus se hubiera creado en un laboratorio, sin utilizar ingeniería genética, al cultivarlo en diferentes tipos de células animales.

Para adaptar el virus a los humanos, se pudo haber cultivado en células que tienen el receptor ACE2 humano. Con el tiempo, el virus se adaptaría y tendría la capacidad de unirse al receptor humano.

Este espacio investigativo también presenta al Dr. Jonathan Latham, un biólogo molecular y virólogo que desarrolló la “teoría del paso de los mineros de Mojiang”.

¿Se trata de una teoría de conspiración?

El profesor de microbiología Robert Garry, de la Escuela de Medicina de Tulane en Nueva Orleans, descarta la teoría de que los científicos ocultan el origen del virus como “pura conspiración”.

Aunque está de acuerdo en que el WIV albergaba el RaTG13 y que ha trabajado con este y otros coronavirus de murciélago, cree que es imposible que el RaTG13 haya mutado a SARS-CoV-2, ya sea en el laboratorio o dentro de los mineros enfermos. “Eso tardaría unos 50 años de evolución natural”, le dice a Hayes. Latham responde a este tipo de crítica y dice:

“La forma de pensar en esto, es decir, si toda la evidencia que estaba a favor de un escape de laboratorio estuviera a favor del origen natural, o si la evidencia a favor del origen natural estuviera del lado de un escape de laboratorio, no habría ningún desacuerdo al respecto de lo que sucedió aquí”.

Como señaló Petrovsky, lo que sí sabemos es que el SARS-CoV-2 proviene de un murciélago. La pregunta es ¿cómo desarrolló la capacidad de infectar a los humanos? Aquí hay varias opciones. Es posible que haya mutado a través de una o más especies intermedias. El problema es que no hay evidencia de SARS-CoV-2 en ninguna otra especie.

Es posible que se hayan utilizado investigaciones de ganancia de función

La Dra. Shi Zheng-Li, también conocida como “la mujer murciélago” debido a su extenso trabajo con virus y enfermedades relacionadas con los murciélagos, dirige el laboratorio de bioseguridad nivel 4 en Wuhan. Se sabe que estudió el virus RaTG13. Además, se sabe que el WIV realizó una investigación de ganancia de función, en la que se manipularon patógenos para incrementar su infectividad o patogenicidad.

En otras palabras, los patógenos se alteran a propósito para hacerlos más peligrosos. Este es el principio de la guerra biológica y la razón por la qué creo que la investigación de ganancia de función se debe prohibir en todo el mundo, independientemente de cómo se haga.

Como explicó la profesora Raina Macintyre, epidemióloga y profesora de bioseguridad global en la Universidad de Nueva Gales del Sur, existen diferentes formas en las que un virus se puede manipular de forma genética en el laboratorio.

Una técnica bien establecida consiste en pasar el virus a través de un animal huésped vivo. En otras palabras, infecta al animal una y otra vez hasta que el virus desarrolla la capacidad de infectar y afectar a ese animal. “En teoría, acelera la naturaleza”, le dice Macintyre a Hayes. “Acelera la evolución en cientos de miles de años”.

Como señaló el abogado de derechos humanos Jason Yat-Sen Li, al diseñar un virus a propósito para infectar a los humanos de forma artificial, podríamos involuntariamente causar una pandemia que acabe con la humanidad. Él, como yo y muchos otros, cree que este tipo de investigación no se debe realizar, ya que los riesgos son muy grandes.

Estados Unidos eludió la suspensión de ganancia de función

Cabe destacar que, como señala Petrovsky, durante los pocos años en que la investigación de ganancia de función estuvo prohibida en los Estados Unidos, esa investigación se trasladó al WIV.

Además, después de que se levantara la suspensión de Estados Unidos en el 2017, se creó una junta de revisión especial para el control y supervisión de patógenos potenciales pandémicos, o Marco de revisión de P3CO, dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS), para evaluar si las donaciones de la investigación de ganancia de función valían la pena los riesgos y para garantizar que se establezcan las protecciones adecuadas antes de que se apruebe la investigación.

De acuerdo con el profesor de la Universidad de Rutgers, Richard Ebright, una donación de los Institutos Nacionales de Salud para la investigación relacionada con la modificación de los coronavirus de murciélagos en el WIV se infiltró porque el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID por sus siglas en inglés) no la marcó para su revisión. En otras palabras, el WIV recibió fondos federales para lo que Ebright describe como una investigación de ganancia de función del NIAID, sin que primero haya pasado la revisión de la junta de revisión del HHS.

La Organización Mundial de la Salud realizó una investigación que no funcionó

Hayes entrevista a Dominic Dwyer, profesor de inmunología y enfermedades infecciosas en la Universidad de Sydney, Australia, quien visitó el WIV como parte del equipo de investigación formado por China y la Organización Mundial de la Salud. En ese momento, Dwyer creía que investigar al WIV como fuente del virus “era parte de su misión”, y que la hipótesis de la fuga de laboratorio era “muy razonable”, “porque era algo que ya había sucedido antes”.

Si el virus proviene del laboratorio, surgen preguntas adicionales. ¿Escapó? ¿O se llevó a cabo una investigación más malvada y el virus se liberó a propósito?

Dwyer enfatizó que una investigación exitosa requeriría la total cooperación de los chinos. Resulta que la investigación no fue del todo exitosa. De hecho, hay evidencia que sugiere que fue otro intento para ocultar la verdad. El equipo, cuyos miembros fueron aprobados por las autoridades chinas, no tenía acceso ilimitado a los datos del WIV, sino que tenía que depender de lo que les proporcionaran sus homólogos chinos.

El 9 de febrero del 2021, el líder del equipo, el científico danés de zoonosis y seguridad alimentaria Ben Embarek, anunció que el WIV y otros dos laboratorios de bioseguridad nivel 4 en Wuhan, China, no tenían nada que ver con el brote de COVID-19, al igual que descartó la teoría de que el virus se había escapado de un laboratorio.

En cambio, decidieron enfocarse en la teoría de que el SARS-CoV-2 pudo originarse en el mercado de Wuhan por los envíos de alimentos congelados desde otras áreas de China, donde se sabe que residen murciélagos portadores de coronavirus, o que incluso proviene de otros países.

De acuerdo con Embarek, los funcionarios del WIV “son los mejores para ignorar las afirmaciones y dar respuestas” sobre la posibilidad de una fuga de laboratorio. Sin embargo, es un razonamiento difícil de creer. Como señaló GM Watch, “desafía el sentido común: los sospechosos en una investigación no se deben tratar como ‘los mejores’ para anular cualquier posible cargo en su contra”.

Embarek también declaró que los accidentes de laboratorio son “extremadamente raros”, por lo que es “muy poco probable que algo pueda escapar de un lugar así”. Este es otro argumento poco convincente que se contradice con todos los datos disponibles.

En el año 2014, el Grupo de Trabajo de Cambridge declaró que solo en Estados Unidos “los incidentes de bioseguridad que involucran patógenos regulados ocurren en un promedio de más de dos veces por semana” y que un laboratorio de virología de Beijing liberó por accidente el virus del SARS original en no menos de cuatro ocasiones distintas. Tres de esos cuatro casos provocaron brotes.

La OMS se retractó después de una reacción violenta

Muchos expertos denuncian el conflicto de intereses en esta investigación de la OMS, al considerarla una farsa y un truco político para exonerar al gobierno chino. Dos docenas de científicos y expertos en políticas firmaron una carta abierta donde solicitan una investigación independiente y transparente sobre el origen del virus y además enumeran una serie de fallas en la investigación conjunta entre la OMS y China, incluyendo la ausencia de evidencia que demuestre un origen totalmente natural del SARS-CoV-2.

En cuestión de días, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se retractó de las afirmaciones realizadas por el equipo y dijo: “Quiero aclarar que todas las hipótesis siguen abiertas y requieren más estudios”. Quizás se dio cuenta de que la OMS estaba a punto de cometer un error de relaciones públicas tan grave que nunca se recuperaría.

Ghebreyesus y otros 13 líderes mundiales se unieron al gobierno de los Estados Unidos para expresar “frustración con el nivel de acceso que China otorgó a una misión internacional a Wuhan”.

De acuerdo con Ghebreyesus, el equipo “no realizó un diagnostico ‘lo suficientemente extenso’ sobre la posibilidad de que el virus se haya introducido en los humanos a través de un incidente de laboratorio”, lo que, por lo tanto, necesitará estudios adicionales con “un intercambio de datos más oportuno y completo”.

¿Es posible que el encubrimiento inicial haya causado la pandemia?

Como señaló Hayes, muchos países occidentales creen que China no solo ocultó el origen de la pandemia, sino que también minimizó su gravedad. Testigos en China afirman que sabían que el virus se propagaba de persona a persona, sin embargo, las autoridades chinas dijeron que la transmisión de persona a persona era poco probable y que los casos eran muy limitados.

Los médicos chinos también declararon que se les ordenó mentir sobre la rapidez y la facilidad con la que se propagaba el virus. Las autoridades chinas también permitieron las celebraciones de Año Nuevo a pesar de los evidentes riesgos.

El profesor Chen Hong, director de estudios australianos de la Universidad Normal del Este de China en Hong Kong, defiende al gobierno chino y le dice a Hayes que la culpa debe recaer en los funcionarios locales, no en el CCP. Ellos, como a todos los demás, los tomaron por sorpresa y no sabían con qué lidiaban, dice.

Sin embargo, de acuerdo con Asher, quien es un ex investigador principal del grupo de trabajo sobre coronavirus del Departamento de Estado de los Estados Unidos, tres trabajadores del WIV que trabajaron con el coronavirus RatG13 parecen haber sido el primer grupo de casos de COVID-19. Se enfermaron con síntomas del COVID-19 en octubre de 2019, dos meses antes de que se pronunciaran las primeras palabras sobre el virus. Al menos uno de los trabajadores requirió hospitalización.

Con las investigaciones de ganancia de función, los riesgos son enormes y el beneficio es mínimo

Si queremos evitar que estalle otra pandemia similar en el futuro, es crucial llegar al fondo del origen del SARS-CoV-2. Y si hay una investigación de ganancia de función involucrada, necesitamos saberlo, de modo que se puedan tomar las medidas necesarias para prevenir otra fuga o para desmantelar y prohibir por completo este tipo de investigaciones por el bien de la humanidad.

Cuando se crea un riesgo el beneficio es secundario. Cualquier beneficio científico o médico que se obtiene de este tipo de investigación es mínimo en comparación con los grandes riesgos que implica liberar patógenos armados, y no importa si es de forma accidental o intencional. Y muchos expertos comparten mi opinión en varias publicaciones científicas.

Si consideramos el potencial de una pandemia masivamente letal, creo que es seguro decir que los laboratorios BSL 3 y 4 representan una amenaza grave y muy real para la humanidad.

Los hechos históricos nos dicen que ya se han producido exposiciones y liberaciones accidentales, y solo nos queda agradecer que ninguna haya cobrado la vida de decenas de millones, como se predijo al comienzo de la pandemia de COVID-19.

Al ver cómo los científicos descubrieron una forma de mutar el SARS-CoV-2 de manera que evite los anticuerpos humanos, hoy más que nunca es muy importante tener una discusión franca y abierta sobre las cualidades científicas de este tipo de trabajo.

A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.