Por Alejandro Calvillo, Sin Embargo, 09 de junio de 2022.

La muy prestigiada revista científica The Lancet, hecha popular por su papel en la difusión de investigaciones referida a la pandemia de la COVID-19, desde hace años ha venido publicando una serie de artículos que exponen las estrategias de las grandes corporaciones del tabaco, el alcohol y los alimentos y bebidas ultraprocesadas para bloquear las políticas de salud pública. En la literatura científica se ha identificado como “vectores” a estas corporaciones y sus prácticas, es decir, se les expone como transmisores de enfermedades. Es un hecho que en un gran número de naciones los productos de estas corporaciones son la principal causa de enfermedad y muerte, como lo es en el caso de México.

The Lancet recién publicó el artículo “El Manual de estrategias de salud pública: ideas para desafiar estas estrategias corporativas” de Jennifer Lacy-Nichols, Robert Marten y Eric Crosbie. Desde hace años se habla en inglés del playbook de las grandes corporaciones que se ven amenazadas por regulaciones en salud o medioambientales que son promovidas para detener los daños que generan sus productos y/o sus prácticas productivas.

Como se menciona en el artículo, estas corporaciones, que representan parte de las economías más poderosas del mundo, cuentan con recursos multimillonarios para defender sus ganancias, para garantizar que sigan creciendo. No importan las consecuencias en salud o en el medio ambiente, el objetivo son las ganancias. Para ello han implementado una serie de estrategias. En The Lancet se reconocen estas estrategias:

Intimidar y difamar a los críticos (p.ej. lo hemos sufrido en carne propia); atacar y socavar la ciencia legítima (p.ej. las críticas al INSP y a académicos independientes);

Formular y reformular el debate (argumentar que el problema radica en las malas decisiones de las personas);

Acciones de camuflaje (p.ej. organizaciones patrocinadas por Coca Cola como Federación Mexicana de Diabetes, Mexicanos Activos, etc, niegan el impacto de las bebidas azucaradas y ponen la responsabilidad en falta de actividad física);

Influenciar en el proceso político (p.ej. puertas giratorias entre empresas o organismos empresariales y legislativo y ejecutivo);

Desarrollar alternativas corporativas a las políticas (p.ej. autorregulación para evitar regulación, etiquetados engañosos);

Implementar la Responsabilidad Social Corporativa y Asociaciones (p.ej. parecer como empresas que cuidan la salud, el agua y a las comunidades);

Evitar y evadir las regulaciones y políticas (p.ej. amparos en contra del etiquetado de advertencia, evasión fiscal, mantener sus productos en las escuelas).

Estas estrategias no son implementadas por las corporaciones para evitar daños menores. Hablamos de que estas estrategias combaten, detienen y/o retrasan políticas que podrían salvar vidas. Hay que considerar que el tabaquismo mata en el mundo a más de siete millones de personas por fumar, a los que se suman 1.2 millones más que son fumadores pasivos, en México cada año matan a 60 mil personas. Por su parte, el consumo de bebidas azucaradas en nuestro país se asocia a la muerte de 40 mil personas al año, siendo la causa de un porcentaje importante de las muertes por diabetes y enfermedades cardiovasculares. En el caso del consumo desmedido de alcohol causa la muerte de 18 mil personas en México, sin considerar los actos de violencia y descomposición familiar que provoca su alto consumo. Por su parte, el altísimo consumo de ultraprocesados y bebidas endulzadas es la causa principal de la mala alimentación en nuestro país y es, justamente, la mala alimentación que se relaciona con la muerte de 23 personas cada hora.

El Manual de Estrategias Corporativas o playbook no es un documento existente, es el resultado de prácticas y estrategias desarrolladas cuando estas grandes corporaciones se enfrentan a la implementación de políticas de salud pública que amenazan sus ganancias. Se da un enfrentamiento entre sus intereses económicos y la protección de la salud pública. De ahí que la estrategia corporativa de decir que “somos parte de la solución” va dirigida a debilitar las políticas, a participar en su diseño, a tratar y lograr que su opinión sea considerada con el mismo valor que la opinión de los expertos. De ahí, las corporaciones pasan a las amenazas argumentando que si se afectan sus ventas se provocará una grave crisis económica y de desempleo en el país. Lo repiten una y otra vez todas estas empresas: las medidas propuestas llevarán a una catástrofe. Hay que recordar los cientos de miles de empleos que, argumentaron las refresqueras, se perderían con el impuesto a las bebidas azucaradas. O, las violaciones a los acuerdos internacionales de comercio y las graves consecuencias que eso traería para el país con el nuevo etiquetado de advertencia y el retiro de los personajes atractivos para niños de sus empaques.

Una buena parte de las estrategias de la industria de la comida chatarra y las bebidas endulzadas en México está muy bien descrita en el libro de Martha Elena Garcia y Guillermo Bermúdez Alimentarnos de dudas disfrazadas de ciencia: Nutriendo conflictos de interés en México, donde se exhibe a exsecretarios de salud, instituciones académicas y públicas, organizaciones no gubernamentales, en pleno contubernio con estas corporaciones, actuando en contra de la salud pública. Este libro, que es de acceso gratuito (https://n9.cl/ghuel ), es de consulta obligada para entender el poder de estas corporaciones al interior de la academia y del poder político. En él podemos entender porque durante sexenios se dio este contubernio entre el poder político y el económico.

No hay que olvidar que uno de los mayores maestros en la estrategia de las corporaciones contra las políticas de salud pública es la industria del tabaco que durante decenios gasto millones de dólares negando la responsabilidad de sus productos en daños a la salud y negando que la nicotina fuera adictiva. Su estrategia causo la muerte de millones de personas en el mundo. Ahora que las regulaciones a los cigarrillos han avanzado, estas corporaciones sacan al mercado los cigarrillos electrónicos, los vapeadores, con un enorme éxito entre los escolares, iniciándolos desde la secundaria al consumo de este nuevo producto que poco a poco está mostrando sus graves daños a la salud. Con los vapeadores lograron una penetración mucho mayor en los niños de los que habían logrado con el tabaco. Para esta reconversión tóxica de las tabacaleras cuentan con sus aliados y su estrategia discursiva en la que aparecen preocupados por los efectos del cigarrillo, presentando sus nuevos productos como una solución para dejar de fumar.

Las políticas dirigidas a sacar la comida chatarra y bebidas endulzadas de las escuelas, prohibir su publicidad a los niños, establecer impuestos para subsidiar el acceso a agua para beber, limitar la venta de estos productos, prohibir el engaño publicitario y exponer los daños que generan a la salud, pueden salvar vidas en un país en el que tenemos el mayor consumo de estos productos en el mundo y, por lo tanto, de los más altos índices de sobrepeso, obesidad, diabetes y muerte por diabetes.

Se requiere combatir las estrategias de las corporaciones y el reporte publicado en The Lancet presenta una propuesta para hacerlo y defender la salud pública. Destaco y adapto parte de estas recomendaciones al contexto mexicano:

1.- Defender el plan de estudios de la salud pública e incorporarla como materia al estudio de la medicina en general, sin la intervención de las corporaciones en su diseño.

2.- Incrementar los recursos del sector público en salud. Asegurar recursos suficientes financieros y humanos para garantizar el derecho a bienes y servicios fundamentales. P.ej. Se requieren nutricionistas bien formados y formación en nutrición en muy diversas áreas de la medicina.

3.- Proteger a los defensores de la salud pública de las amenazas de la industria. Desarrollar recursos para proteger a investigadores, académicos y miembros de la sociedad civil exponiendo y denunciando sus casos públicamente. Que los jueces conozcan más en materia de derechos humanos y el derecho a la salud.

4.- Implementar salvaguardas rigurosas contra el conflicto de interés. Proteger de la influencia comercial en el diseño, monitoreo y evaluación de las políticas de salud pública, en os tres poderes: legislativo, ejecutivo y el judicial.

5.- Vigilar y exponer las prácticas corporativas. Exponer ante la opinión pública las prácticas corporativas de los determinantes comerciales de la salud. Su interferencia en la academia, el legislativo, el ejecutivo, el judicial, en las organizaciones no gubernamentales, en los medios de comunicación, etc.

6.- Desmentir los argumentos corporativos. Develar las mentiras, las desviaciones y engaños que están detrás de los argumentos de las corporaciones que buscan descargarse de responsabilidad y desviar la atención sobre sus daños.

Imagen de Alexander Antropov en Pixabay 
A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.