Por Everardo Chablé, Jornada Ecológica.

Actualmente estamos viviendo una crisis ambiental, la cual deriva de diversos factores como el uso de agrotóxicos altamente peligrosos, la deforestación de la selva y los megaproyectos que amenazan con acabar el hábitat de las abejas y otros polinizadores nativos.

Como ejemplo, mi municipio, Hopelchén, se ha convertido en una zona experimental de cultivos, y digo experimental porque no hay ningún tipo de regulación en cuanto a las plantaciones y los paquetes tecnológicos que se usan para su siembra. Muchos de estos cultivos necesitan grandes cantidades de venenos para poder garantizar las cosechas. Estos modelos de producción tienen como consecuencia el aumento de la deforestación, que ha convertido a Hopelchén en el municipio con más deforestación en Campeche y en el país, con una pérdida de selva de más de 160 mil hectáreas en los pasados 20 años, lo que ha afectado directamente a las comunidades mayas de la región que se dedican y viven de la apicultura.

Quiero plantear tres temas fundamentales sobre las abejas y sus aportes:

En lo social, en nuestro trabajo como apicultores vamos posicionando la defensa de las abejas y el territorio para todas las personas que habitamos el municipio, tenemos mucho que ver con las abejas y contribuimos en el beneficio de las mismas procurando mirarlas como parte importante de nuestras vidas y de nuestra alimentación; sin embargo, muchas veces nos miramos ajenos ante las problemáticas que hay en la sociedad y las abejas en general.

Muchas veces no se dan a conocer las cifras de mortandad de abejas a nivel nacional, en parte porque las autoridades encargadas del tema ambiental no toman a las abejas como parte importante de las políticas públicas.

2) Otro tema es el económico, también de mucha importancia, pues hay un aporte monetario a las familias por la venta de los productos de las colmenas. Y no solo es lo económico, sino que también se da empleo a las mismas personas en las comunidades. Por lo tanto, en las temporadas de cosechas de miel se genera una derrama económica considerable.

La apicultura aporta mucho en beneficio de las familias mayas, pues los ingresos obtenidos de esta actividad se invierten en la compra de la vestimenta de las familias, el calzado y también da la posibilidad de vivir. Además de que forma parte de nuestro patrimonio familiar.

3) El tercer eje es el ambiental, en el que nos hemos visto muy vulnerados, pues las políticas públicas muchas veces, en vez de ayudar al bienestar de las abejas y los polinizadores, no generan las condiciones para subsistir. Y por lo tanto tenemos que defender nuestro patrimonio biocultural. Y aquí es donde entran a resonar las propuestas de la ley federal y general de la apicultura en el país en donde no hay una mesa de dialogo sobre esta visión, en donde se contemple y se garantice la vida.

Es decir que para que yo como apicultor pueda seguir haciendo mi trabajo, se tiene que dejar de deforestar, se tiene que dejar de fumigar y matar las abejas, se tienen que dejar de vender las tierras y favorecer a empresarios y empresas trasnacionales.

Y es necesario que esta discusión permita cuestionar también los megaproyectos que están afectando nuestro territorio, que abarca una gran diversidad de plantas medicinales, árboles, así como el agua.

Hemos visto en los últimos cinco años cómo estas afectaciones han ido creciendo, la deforestación es unas de ellas ya que hay una pérdida del hábitat de las abejas y no hablo de las abejas que están en las cajas, sino que también la diversidad de abejas silvestres que viven en la selvas y montes.

Por otro lado, está la contaminación del agua que también está vulnerando este trabajo noble ya que muchos de los apicultores en la península están perdiendo sus certificados orgánicos a causa de las megagranjas porcícolas que se asientan en los lugares cercanos a los apiarios.

El sistema gubernamental del país no está mirando el aporte ambiental que hacen las abejas con su polinización ya que pagan un precio muy alto por mantener en alta la producción de hortalizas.

En específico en nuestra zona maya las abejas se encargan de la polinización de chile, tomate, sandía, pepino y soya, por mencionar algunas. En estos mismos cultivos las abejas muchas veces mueren al estar haciendo el trabajo de polinización, por el uso de los venenos.

Esto es algo que los empresarios no miran como un aporte ambiental y económico ya que gracias a las abejas se garantiza la cosecha de sus siembras, es importante visibilizar el gran trabajo que las abejas hacen.

Para concluir, considero que es importante decir que la apicultura es uno de los trabajos más nobles que existen ya que no se necesita deforestar para tener apiarios y con la polinización se garantiza la subsistencia de especies de árboles que son parte de la alimentación de los animales que habitan en la selva, de nuestras plantas medicinales y de nuestros medios de vida en general.

Ahora nos estamos dando cuenta del declive de las abejas que están siendo afectadas por los temas abordados y miramos que no se toma en cuenta la apicultura.

Para nosotros, la muerte masiva de abejas es indicador de que también nosotros estamos siendo afectados por la deforestación, el uso de plaguicidas altamente peligrosos y la contaminación, lo que también tienen una repercusión en nuestra salud.

Lo que les pasa a las abejas nos pasa a nosotros…

Everardo Chablé
Apicultor e integrante del Colectivo de Comunidades Mayas de Hopelchén y la Alianza Maya por las Abejas Kabnaloón
Correo-e: echablehuehuet@gmail.com

A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.