Por Pablo Moctezuma Barragán, Contralínea, 13 de mayo de 2023.

Ésta es una de las causas de la falta de agua. La crisis hídrica en la Ciudad de México y en algunas de las principales urbes y comunidades del país es tal que 12 millones de personas carecen de agua potable. La sobreexplotación de los acuíferos ha aumentado 15 por ciento en la última década. Mientras siete empresas nacionales y extranjeras tienen el 70 por ciento de las concesiones para su manejo.

Debido a ello, aumentan los reclamos ciudadanos por una nueva Ley General de Aguas que debió haberse aprobado en 2013. Los problemas de distribución, abastecimiento y saneamiento persisten en comunidades gentrificadas y populares de la periferia de las ciudades y el mundo rural ¡Aguas con el agua! El modelo rapaz de desarrollo capitalista ha atentado contra el bien más preciado de la humanidad, del cual depende la subsistencia misma: el agua que vale más que el oro.

Actualmente, la crisis se intensifica debido a la combinación intensa de la falta de humedad dentro de la atmosfera, la alta temperatura que se incrementa mucho, el exceso de automóviles y el aumento disparado de metano y bióxido de carbono. Las olas de calor se combinan con severas sequías, terribles inundaciones, tornados, tormentas de nieve e incendios. Todo esto ya ha llegado al límite: causa devastación en la población, la flora, la fauna, los bosques y los corales (Juan de la Torre).

Particularmente en el neoliberalismo, prevalecen estos elementos de extinción desde hace décadas y más aún en los recientes 30 o 40 años. La globalización y el modelo económico actual anula las formas de vida que nos rodean; es un problema mundial. Por ejemplo, actualmente en Siberia, picas el hielo y sale metano.

Ya está en la naturaleza. Proliferan los océanos que emiten burbujas de metano y la tierra lo condensa de manera natural. Si remueves un pantano, sale; pero con la temperatura y la presión, su volumen puede crecer peligrosamente hasta 120 veces. Desde luego, puede producir incendios que es otro fenómeno cada vez más frecuente.

El dióxido de carbón es normal en la naturaleza, sin embargo, provoca serios problemas en exceso. El volumen enorme que consumimos de oxígeno se convierte en este gas y no lo regeneramos. Esta situación lleva a que disminuya la capa de atmosfera a 14 mil y 20 mil metros y se llene de hoyos. Su adelgazamiento genera que pasen rayos ultra violetas que calientan más y son cancerígenos (Juan de la Torre).

Las emisiones de gases tóxicos del transporte militar y comercial generan un aumento del efecto invernadero. Esto se calcula con base a la “huella de carbono”: un concepto basado en la evaluación de desechos de un proceso determinado. El bióxido de carbono disperso en las capas de hielo se vuelve obscuro; por lo tanto, se calienta más. Y ahorita hay temperaturas inusitadas en los casquetes polares.

¿Se cerró el hoyo de ozono? Dicen que sí, pero puede ser un argumento pséudo científico del capital financiero y su alta política para evitar acciones contra sus intereses. Consistiría en distraer a los científicos pagados que discuten sin fin para desviar la atención y presentar soluciones falsas (Juan de la Torre). Esconden, por ejemplo, que los más grandes contaminadores son el aparato militar y las incesantes guerras que provoca el Pentágono con sus políticas belicistas.

La contaminación que generan las corporaciones de todo tipo es tan grave que 2 mil millones de personas, terriblemente empobrecidas, quienes viven junto a un río o un acuífero contaminado, en general por tóxicos, no tienen acceso garantizado al líquido potable. Mientras 4 mil millones no tienen el saneamiento básico. Estos datos fueron señalados por Pedro Arrojo Agudo, relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU), sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento. Puntualizó que hay dos grandes desafíos: la recuperación de la ingeniería natural –la cual funciona bien con energía solar– y una gobernanza democrática sobre el líquido.

En México, en nuestra vida cotidiana, estamos sufriendo cada vez más de las sequías. Enfrentamos periodos cada vez más prolongados, causados por la falta de lluvia. Naturalmente, esta condición produce escasez de agua, del líquido vital.

En este 2023, México vive la segunda sequía más severa que ha ocurrido en los últimos 12 años. Ya que, de la cantidad total de agua anual que recibe por lluvias, sólo 27.4 por ciento escurre por medio de ríos y arroyos; además de recargar los acuíferos. Este porcentaje será luego aprovechado para el consumo humano, señaló Humberto Marengo Mogollón, subdirector general técnico de la Comisión Nacional del Agua.

Las lluvias se presentan en verano. La precipitación total anual es variable: en la región seca es de 600 mililitros; en la parte templada húmeda (Ajusco), 1 mil 200 mililitros. El avance de la mancha urbana ha puesto en peligro a todos los ecosistemas que existieron en el Valle de México. Estadísticamente, los estados que más padecen son: Durango, Chihuahua y Coahuila. En segundo orden: Nuevo León, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes y Guanajuato.

Podemos encontrar que existen motivos de discriminación. Algunas personas resultan desfavorecidas en lo que respecta al acceso al agua por el género, etnia, religión, condición de nacimiento, idioma, nacionalidad, discapacidad, etcétera. Afecta particularmente a la población trabajadora.

Existe la sobreexplotación. La extracción es mayor a la recarga, debido a la demanda creciente y a la reducción de zonas de captación. Se estima que, por cada hectárea que se urbaniza, la recarga se ve reducida en 2 millones 500 mil litros al año.

Actualmente, el abastecimiento de agua potable a la Ciudad de México es de 31.2 metros cúbicos por segundo (m3/s) que se obtienen de la siguiente forma: 9 m3/s se extraen del sistema Cutzamala (Michoacán); 2.1 m3/s, del sistema de pozos en Barrientos (Estado de México); 0.6 m3/s, de la Caldera (Estado de México); 4 m3/s, del Río Lerma (Estado de México); 0.9 m3/s, del sistema Chiconautla (Estado de México), y 14.6 m3/s, de los manantiales y pozos, ubicados dentro de la metrópolis.

Es importante que la población cuente con agua potable y de buena calidad en sus hogares; así dejen de consumir agua embotellada, la cual conduce a millonarias ganancias a las corporaciones que la venden. Se debe procurar la captación de agua de lluvia, construir terrazas y pequeñas represas, en donde se retenga, y aumentar su infiltración al subsuelo. Igualmente, rescatar lagos y ríos contaminados.

Las cerveceras, lecheras, refresqueras, mineras y las inmobiliarias son parte del grupo denominados “los millonarios del agua”. Son ese 1 por ciento que explota 1/5 –millones de metros cúbicos– del agua en México al año. Este grupo privilegiado cuenta con grandes concesiones. Algunos se encuentran en lugares, donde no abunda y son zonas desérticas como Monterrey. Extraen el líquido de los mantos acuíferos, lo cual provoca la sobreexplotación de éstos.

Los campesinos necesitan agua suficiente para alcanzar la soberanía alimentaria. Actualmente, 27 millones de personas sufren hambre en México. Importamos 40 por ciento de los alimentos y cada vez más. El año pasado llegamos a 18 millones de toneladas en maíz. Es necesario financiar apoyo a cooperativas y pequeños y medianos agricultores para la producción, transporte y comercialización.

El poder legislativo tendría que haber emitido una nueva Ley General de Aguas. Es la fecha que no es aprobada, por lo cual aumenta la organización y la movilización para arrancar este derecho indispensable.

¿Qué dice la iniciativa ciudadana de Ley General de Aguas que impulsa la Coordinadora Nacional Agua para Todos y Todas? Reconoce el agua como un bien común de la nación que proveniente de la naturaleza y debe ser manejada sin fines de lucro. Dicta:

  1. Comprometernos con una agenda nacional: agua para ecosistemas, para todos y todas y para la soberanía alimentaria. Fin a la contaminación, a la destrucción de cuencas y acuíferos y a la vulnerabilidad a inundaciones y sequías por mal manejo.
  2. Construir instancias de participación comunitaria y ciudadana desde la microcuenca hasta el nivel nacional para consensar planes rectores vinculantes que cumplan con la agenda nacional.
  3. Establecer la Contraloría Social del Agua; instancia ciudadana auto-organizada a nivel municipal y nacional. Evaluará el desempeño de autoridades, cuyas acciones u omisiones vulneren los derechos asociados con el agua. En caso necesario, recomendará la revocación de su mandato.
  4. Reconocer y restaurar los derechos a las fuentes históricas del agua de los pueblos originarios.
  5. Desmontar el sistema de concesiones que ha resultado en la privatización, acaparamiento y sobreexplotación del agua. Los consejos ciudadanos determinarían los volúmenes a dedicar al uso personal y para la alimentación sana; respetando los límites de las cuencas y los acuíferos. Determinarían los volúmenes disponibles, las prioridades y los condicionantes de acceso para usos no prioritarios. No se permitiría el uso de aguas nacionales para la minería tóxica, la fracturación hidráulica (fracking) ni que implique su contaminación con sustancias peligrosas.
  6. Poner los Sistemas de Agua Potable y Saneamiento en manos públicas y comunitarias sin fines de lucro. Tendrán mecanismos para garantizar su administración de manera eficaz y transparente. Consensarán y ejecutarán Planes Municipales que garanticen el acceso equitativo a agua de calidad; así como bebederos y baños dignos de libre acceso.
  7. Reorganizar el uso agrícola del agua y la infraestructura para riego. Comités de ejidatarios, comuneros, pequeños agricultores, consumidores y asesores técnicos llevarán a cabo planes, cuenca por cuenca, para poner fin a la contaminación y el desperdicio del agua –y energía– en este sector. Priorizarán la producción de alimentos sanos para el consumo local y nacional.
  8. Establecer un Fondo Nacional para el Derecho Humano al Agua y Saneamiento para el financiamiento directo de proyectos autogestionados por parte de comunidades sin acceso a agua o saneamiento. Prevalecerá el equipamiento de escuelas públicas.
  9. Garantizar presupuesto para el agua de, por lo menos, 0.7 por ciento del producto interno bruto para ejecutar los Planes Rectores y Municipales. Garantizará sistemas –públicos y ciudadanos– de monitoreo y vigilancia hídrica.
  10. Toda obra hidráulica tendría que contar con un Dictamen, el cual demostrará que implicará menos costos y más beneficios socio-hídrico-ambientales a lo largo de su vida útil. No se permitiría la concesión (privatización) de obras hidráulicas.
  11. Prohibir la autorización de grandes proyectos de urbanización en cuencas que sufran de estrés hídrico (hundimientos, grietas, agua fósil, inundaciones, zonas sin acceso o aguas residuales sin tratamiento y reúso).
  12. Requerir un Dictamen de Impacto Socio Hídrico adicional al Manifiesto de Impacto Ambiental, el cual será elaborado por especialistas, quienes tendrán respaldo del Consejo Ciudadano de Cuenca. Contarán con el consentimiento libre, previo e informado de los habitantes, quienes se asegurarán que el proyecto no pondrá en riesgo los derechos asociados con el agua.

La Coordinadora Nacional Agua para Todos y Todas informa que su iniciativa de Ley General de Aguas fue presentada en la Cámara de Diputados el 12 febrero cuenta con las firmas de 20 diputados de 4 partidos. Y el 23 febrero en el Senado; tiene las firmas de 22 senadores de 3 partidos.

No ha habido aprobación de ninguna ley. Más aún, el movimiento se prepara para luchar en mediano y largo plazo. Plantean que “aún si la la Comisión Nacional del Agua logra imponer su ley, seguiremos con nuestra campaña de firmas y con la construcción de las instancias, planes y contraloría social que proponemos hasta lograr la ley de aguas que México necesita”.

Imagen de Pexels en Pixabay

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