Por María Ruiz, Pie de Página, 06 de abril de 2023.

Durante los años 90 la Ciudad de México era conocida como la más contaminada del mundo. Le seguían Beijing y Shangai. Décadas después se logró desocupar el primer lugar pero los altos niveles de contaminación permanecen.

De 1988 a lo que va del 2023 se han levantado 85 contingencias ambientales, la mayoría en Fase 1 y una extraordinaria por presencia de altos niveles tanto de PM25 como de Ozono durante 2019. Estos datos forman parte del registro histórico de contingencias del Gobierno de la Ciudad de México.

El Índice Metropolitano de Calidad de Aire (Imeca) existe desde 1982 para comunicar cómo están los niveles de contaminación que la población respira.

Esta información la tenemos gracias al Sistema de Monitoreo Atmosférico que funciona con 40 sitios de monitoreo ubicados en distintas partes del Área Metropolitana. La información se puede checar de manera libre en la página de Calidad del Aire .

Recientemente el Índice de Medición de Calidad de Aire (IMECA) cambió al Índice Aire y Salud para tener un estándar a nivel nacional.

Este nuevo índice tiene un enfoque preventivo, busca reducir el número de enfermedades relacionadas con la calidad del aire, sobre todo en exposiciones agudas. La emisión de la NOM 172 actualiza lo que antes era la IMECA y abre la posibilidad de aplicarlo a nivel nacional.

La actualización que se hizo a la NOM 172 sobre la información de la calidad del aire se dio a inicios de marzo debido a que se dieron cuenta que en la mayoría de las ciudades de México no se está informando adecuadamente a la población sobre la contaminación a la que está expuesta.

Existe una obligación por parte del Estado de monitorear la calidad del aire y de comunicar los resultados a la población y que esta información tiene mayor utilidad si se le vincula hacia la salud, expresado en los niveles de riesgo asociados a la calidad de aire», se explica en el documento.

En el índice actual se miden los contaminantes cada tres horas y los resultados se promedian. Antes se hacía cada 24 horas. Con este nuevo sistema la contingencia se activa con 215 puntos. Este nuevo índice de “Aire y Salud” incluye recomendaciones para la salud, las cuales están incluídas en la NOM 172.

Integrantes de la Comisión Ambiental de la Megalópolis explicaron en conferencia de prensa que esta nueva medición es más exacta y sugieren que la revisemos para tomar decisiones en nuestro día a día.

También explicaron que ahora veremos los niveles de riesgo más altos, por la medición de cada tres horas, pero no siempre se activará la contingencia ambiental. Sin embargo sugieren que revisemos la página de Calidad de Aire con regularidad para evitar actividades que pongan en riesgo nuestra salud cuando la calidad de aire sea muy mala.

Esto permitirá saber, por ejemplo, cuál es la mejor hora para hacer ejercicio al aire libre, evitando las horas más contaminadas.

En lo que va del 2023 van tres contingencias, la primera se dio por las celebraciones de Año Nuevo. En febrero fue la segunda, cuando comenzó la temporada de Ozono y es marzo la tercera. La Comisión Ambiental calcula entre cinco y siete contingencias este año pero dependerán de las ondas de calor y el comportamiento de los sistemas puede que sea menor o mayor el número de contingencias.

Enfermedades a consecuencia

Durante mucho tiempo se creyó que la contaminación del aire sólo provocaba enfermedades respiratorias pero en los últimos años se descubrió que también pueden provocar otro tipo de males.

En México, hasta 2019 se reconoció el vínculo entre la calidad del aire y los riesgos de la salud en el Diario Oficial de la Federación. La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer anunció que hay suficiente evidencia entre las partículas contaminantes y el cáncer, ahora la contaminación del aire está catalogada como cancerígeno del Grupo 1.

Entre las consecuencias de estar expuestas a contaminantes atmosféricos está la disminución de capacidad pulmonar, retraso en la respuesta inmunológica, es más fácil que nos den enfermedades como covid-19, gripe o alguna enfermedad bacteriana; dolor de cabeza, irritación de ojos, irritación de garganta, tos; agudiza enfermedades como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. También se tiene conocimiento de diabetes mellitus tipo 2, nacimientos prematuros y enfermedades como el Alzheimer.

Según Greenpeace y su herramienta para medir los costos de la contaminación del aire en el mundo, de 2021 a 2022 aproximadamente 4,900 personas murieron por efectos de esta contaminación.

La Organización Mundial de la Salud establece que la contaminación del aire “es el segundo factor de riesgo para las enfermedades no transmisibles”.

El doctor David Meneses explica que “vivir en la CdMx nos hace como fumadores pasivos solo por el hecho de vivir aquí y por el grado de contaminación que existe se habla de que somos fumadores pasivos”.

Meneses es alergólogo y en este año ha recibido a más pacientes por alergias que en años anteriores, sin embargo explica que esto está más relacionado con el cambio climático que con la contaminación del aire.

El mismo dióxido de carbono ha producido que mucha de la generación de la flora crezca más rápido y haya polinización en épocas dónde no tocaba. Este año hubo una polinización mayor en invierno y las enfermedades de alergicas se presentaron más” explica.

Riojas, integrante de la Comisión Ambiental explica que las alergias es un tema importante, sobre todo en esta época donde hay muchos pólenes circulando en la Cdmx y otras ciudades:

“Algunos centros tienen una red que mide estas bioparticulas de pólenes. Esperamos se puedan incorporar a las redes formales de monitoreo. La contaminación atmosférica hace que las personas susceptibles a alergias reaccionen con mayor facilidad”, explica.

Además, hay una parte que no se mide y que tiene que ver con cómo se siente la población.

Cuándo estás expuesto a la contaminación tienes dos impactos: uno agudo, te pican los ojos, irritación de garganta, de ojos; y luego el crónico, si llevas viviendo toda la vida desarrollas problemas más graves, como ataques al corazón, distintos tipos de cáncer”.

Soluciones en lo local

Andrea Bizberg es asesora técnica regional para calidad del aire en c40, una red de ciudades sustentables que intenta implementar medidas en reducción para calidad de aire. En entrevista, explica algunas de las mejores soluciones que podrían existir en la ciudad y cuenta un poco de contexto de los noventas a la actualidad.

“Hubo refinerías que se sacaron de la ciudad, se regularon industrias contaminantes, hubo mejora en combustibles fósiles, una renovación tecnológica de automóviles, tipos de programas como el hoy no circula. Todavía hay mucho que hacer sobre todo porque vemos que no es suficiente pero si hay que reconocer que hay algunos avances” cuenta.

Pero, ¿de dónde viene la contaminación?

“En la ciudad de México uno de los mayores emisores de su contaminación es la termoeléctrica de Tula, a pesar de estar a 83 km produce el 56 por ciento de las partículas que respiramos. Otro tema es el sector transporte porque el 43 por ciento de la contaminación viene de sus emisiones” explica la experta.

Para combatir esto Bizberg cuenta que hay diferentes opciones. Por un lado reducir la demanda de productos de otros lugares para que menos camiones lleguen a la ciudad, consumir más local. Por otro lado, se tiene que apostar a la renovación tecnológica de estos transportes.

“Hablando del transporte de carga hay dos tipos: el hombre camión, que es una persona que solo tiene un camión y será difícil que tenga el sostén económico para cambiar a un vehículo más nuevo y sin apoyo de gobierno es imposible que lo logren; y las grandes compañías que tienen las capacidades de hacer ese cambio cómo Bimbo, grupo Modelo, etcétera“.

El Hoy no circula es un ejemplo de cómo la desigualdad económica afecta la posibilidad de cambios tecnológicos en pro de la sustentabilidad. Es por ello que el gobierno debe invertir en incentivos para las personas que no tienen acceso a este tipo de tecnologías.

Otra opción que mira la experta es el trabajo a distancia, en pandemia se abrió esta posibilidad y ve en esa una solución para evitar traslados largos y por ende número de vehículos contaminantes.

Creo que la esperanza es lo local. Es difícil pensar en solucionar el cambio climático pero es más fácil hacer cambios a nivel de una comunidad, en la transformación de las ciudades. Reducir el transporte, cambiar el consumo, en lugar de alimentos como quinoa, comprar amaranto. No es que esto solucione todos los problemas pero es parte de la solución”, dice.

En el monitoreo atmosférico, dice, es importante tener estaciones bien distribuidas.

“La única manera de saber cómo estamos es teniendo monitoreo atmosférico, estaciones de monitoreo que van a medir distintos contaminante, ozono y las partículas finas porque son los que tienen mayor impacto en la salud, es muy importante separar esos dos temas, aunque las fuentes de emisión son las mismas (el transporte, la industria) por el impacto no es el mismo. Cambio climático son gases invernadero y el tema de calidad de aire con impactos de salud por ozono y partículas finas”.

Tomar decisiones conscientes

Bizberg recuerda que podemos protegernos con acciones pero también hay una obligación del gobierno de hacer lo propio con políticas públicas. No se compara tapar las cacerolas al cocinar con la contaminación de termoeléctricas.

“Debemos exigir que se tome acción para reducir la contaminación porque es un problema de salud pública”, insiste.

Sin embargo, hay algunas medidas que podemos tomar:

«Un primer paso es checar la página de calidad de aire de la CdMx o revisar cómo está la contaminación en la localidad donde vives para quizá no salir a hacer ejercicio, esperar a que esté menos contaminado; es decir, tomar decisiones conscientes de dónde caminas o donde hacer ejercicio, por ejemplo, evitar hacer ejercicio en un gimnasio que está bajo un puente entre vías porque encapsula contaminantes, no tomar grandes vías en bicicleta en las horas más contaminantes”.

«En los interiores, si limpias con productos con mucho químicos, eso lo vas a respirar y contribuye a la contaminación tanto exterior como interior; si 80 por ciento se queda en casa es brutal; si fumas y tienes las ventanas cerradas incrementa las partículas finas, hay plantas que ayudan a descontaminar, no es que no lo recomiende, pero hay cierto tipo de especies, no todas; y hay otras medidas que implican más dinero, como tener filtros de aire, en la india usan mucho eso, en Nueva Delhi, porque está muy contaminado y sirven las máscaras kn95 para retener partículas finas”.

Algunas de las plantas que recomienda la NASA para purificar el aire de tu espacio son: Potus, espatifilo, palmera de bambú, espada de San Jorge / Lengua de suegra y el árbol de caucho.

Foto de moon-app .com en Unsplash
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