Por Alejandro Calvillo, Sin Embargo, 07 de septiembre de 2022.

Es más que simbólico que Coca-Cola sea la marca más conocida por la humanidad y que esta marca sea responsable de la fabricación de productos que dañan la salud y contaminan con sus desechos el planeta. Es simbólico también que organismos internacionales de Naciones Unidas llamen a reducir el consumo de este tipo de bebidas como una de las medidas más importantes para enfrentar la epidemia global de obesidad y diabetes y que llamen también a reducir la producción de envases plásticos de un solo uso para enfrentar este tipo de contaminación que se ha esparcido por todo el mundo y que, en forma de microplásticos ya ha penetrado en las cadenas alimenticias, teniendo su mayor expresión en las especies marinas.

Hace unas horas nos presentamos ante las oficinas centrales de Coca-Cola en nuestro país, en una acción conjunta de El Poder del Consumidor y Greenpeace le regresamos simbólicamente los daños que han provocado en el Planeta y la Salud con grandes bultos de los envases que ha generado, ésta que es la mayor empresa contaminadora por plásticos en el Planeta. Y sobre los envases, plantamos unas cruces negras para simbolizar la enfermedad y muerte a la que ha contribuido significativamente el consumo de sus bebidas. Las cruces llevaron las leyendas de diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, entre otras.

Durante el desarrollo de la acción conjunta, trabajadores de la empresa cubrieron con una tela negra la placa que se encuentra en el exterior con el logo de Coca-Cola. La acción de ocultar el logo es similar a los que hace esta empresa en sus campañas multimillonarias en las que dice fortalecer a las comunidades, apoyar a las mujeres, cuidar el agua, recoger y reciclar los desechos plásticos. Grandes campañas para ocultar la realidad: afectar la salud de la población y, en especial, de los sectores más vulnerables; ser el mayor generador de desechos plásticos en el mundo y en nuestro país, y ser una de las empresas con mayor extracción de agua, incluso en zonas con estrés hídrico.

A manera de símbolo se llevó un gran pelicano de aproximadamente cuatro metros de altura, manejado por dos activistas, para exponer uno de los impactos más graves de los plásticos, el que sufren las especies marinas. El pelicano regurgitó los envases plásticos frente a las oficinas centrales de Coca-Cola. El acto se realizó en este país que es el mayor consumidor de sus productos, en el país que tiene uno de los más altos índices de sobrepeso y obesidad infantil y de diabetes y de muerte por diabetes.

El impacto de estas prácticas de generación de desechos plásticos y daños a la salud por bebidas hipercalóricas ha llevado a organismos de Naciones Unidas a llamar a la reducción y abandono de los envases de un sólo uso, los ha llevado a recomendar diversas políticas para bajar el consumo de estos productos.

Contrariamente a lo que publicita, la empresa Coca-Cola actúa abiertamente en contra de las políticas de protección del medio ambiente y la salud lanzando acciones jurídicas cuando los legisladores aprueban leyes que afectan sus intereses. Fueron empresas ligadas a Coca-Cola y sus embotelladoras, con FEMSA a la cabeza, las que interpusieron amparos contra la ley aprobada en Oaxaca que prohíbe los plásticos de un solo uso, y es, justamente otra empresa de Coca-Cola la que ha llevado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación un amparo contra el etiquetado frontal de advertencia. No es nada nuevo, así lo hicieron contra la regulación para alimentos y bebidas en escuelas. En sus comentarios a la autoridad señalaron que era anticonstitucional que en México quisiéramos garantizar a nuestros hijos e hijas el acceso a bebidas y alimentos saludables en las escuelas. Esto ocurrió en 2010, en 2014 ya se reconocía que la infancia mexicana estaba en los primeros lugares en sobrepeso y obesidad y que al interior de las escuelas niñas y niños consumían un promedio de 500 calorías durante la jornada escolar, suficiente para aumentar varios kilos de peso cada año.

Tanto la prohibición de los plásticos de un solo uso como el etiquetado de advertencia en los productos y la regulación de alimentos y bebidas en las escuelas han sido promovidos y apoyados, entre muchos otros organismos, por las propias agencias de Naciones Unidas como medidas urgentes para proteger el Planeta y la Salud de la población.

Por todos los medios nos llega la nueva campaña de Coca-Cola y sus empresas embotelladoras, “El Amor Multiplica”. similar a las demás campañas de la bebida clásica de la empresa con leyendas que hablan de la felicidad, del amor, de la juventud, de la familia. Se trata de le empresa reconocida mundialmente como la mayor generadora de basura plástica, se trata de la empresa de bebidas azucaradas con mayor penetración en el mundo siendo estas bebidas una de las principales causas de la epidemia global de sobrepeso, obesidad y diabetes.

¿Se pueden seguir ocultando los daños al planeta que sus productos están provocando, como la contaminación por plásticos que se encuentran ya en micropartículas en las cadenas alimenticias, en gran parte de los peces que consumimos, en el agua que bebemos? ¿Se puede seguir ocultando el daño del consumo de sus productos a la salud y su muy importante aporte a la epidemia de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares?

El camino está claro para des-cocacolonizarnos, requerimos de voluntad política y de honestidad de funcionarios, legisladores, jueces y ministros. El proceso ya comenzó. En la Cámara de Diputados se encuentra ya una iniciativa de reforma a la Ley General de Educación para que desde la ley se establezca la prohibición de estos productos en las escuelas, esperamos que los legisladores pongan el interés público por encima del interés privado, en juego está la salud de los escolares.

Imagen de Hans en Pixabay 
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