Por Valentina González, Desinformémonos, 14 de julio de 2022.

Ante la crisis de falta de agua que padecen distintos estados del país, la investigadora advirtió que deben tomarse medidas en un corto plazo para atender esta problemática. Una de ellas es la promulgación de una nueva ley, pues es urgente la construcción de nuevos acuerdos sociales porque el derecho humano al agua no es negociable (está reconocido en la Constitución). “Las personas no pueden escoger tomar o no agua”, expresó Flores.

Mantener ciclos naturales

A largo plazo, la académica insistió en que se debe trabajar en la recuperación de los ciclos naturales. Es decir, en la capacidad de los bosques, ríos y manantiales, en restaurar cuerpos de agua y humedales deteriorados.

“No podemos pensar en sólo resolver hoy, sino en mantener este flujo de beneficio que es lo que dan los ciclos naturales. Es decir, recuperar la capacidad de estos cuerpos de agua que están muy deteriorados”, comentó la docente.

Advirtió que en los cuerpos de agua dulce la biodiversidad se está perdiendo. Por cada especie terrestre en peligro de extinción, cinco especies de agua dulce están amenazadas en el mundo debido a que las fuentes naturales están recibiendo desechos.

“Esto resulta contradictorio, porque dependemos de los acuíferos, de los pozos y ríos, de todos estos sistemas para tener agua. Pero la estamos contaminando con nuestros propios desechos y con los industriales”, apuntó Flores Díaz.

Crisis en Monterrey

La experta en manejo de agua de ríos y su monitoreo en comunidades explicó que la crisis de agua que están viviendo en Monterrey, Nuevo León, y en otras partes del mundo es consecuencia de varias situaciones, entre ellas, el nivel de afectación a los ecosistemas.

Al respecto, explicó que se ha perdido la integridad, no sólo de los componentes de los ecosistemas, sino de sus funciones. “Lo que estamos viendo es una serie de impactos acumulados de estos procesos de deterioro ambiental”.

“Sin ecosistemas sanos, no existe la posibilidad de que el territorio de una cuenca pueda captar el agua, filtrarla y ayudar a que los cerros funcionen como ‘tinacos’. Si se pierde esta función, no hay forma de llenar los acuíferos y nos empezamos a quedar sin agua paulatinamente”, detalló.

La especialista explicó que la escasez del agua es más grave en ciertos lugares, como en Monterrey, donde el clima está en contra, pues si se observa el mapa de la disponibilidad y distribución de agua en el país, la cantidad de lluvia oscila entre 750 a 800 mililitros de lluvia anual. Es decir, alrededor de 800 litros de agua por metro cuadrado de superficie.

A su vez, en el sur del país, en estados como Chiapas o Veracruz, se alcanza de tres a cuatro mil mililitros, lo cual significa que hay más disponibilidad de agua por metro cuadrado.

Flores Díaz explicó que, en buena parte de las ciudades del país, entre ellas Monterrey, el suministro del líquido para las personas, para las empresas y para el sector energético, recae en el agua subterránea, pero ésta ha perdido la capacidad de rellenarse por la modificación del ecosistema.

“Perder la biodiversidad, perder los bosques, tiene muchos impactos, pues se está perdiendo la capacidad de tener oxigeno y aire respirable limpio, de capturar carbono y de que el suelo funcione como esa esponja que filtra agua y llena los cerros, que son nuestros tinacos naturales”, expresó.

La Compañía de Jesús, a la cual está confiada la IBERO como parte de una red conformada por alrededor de 2 mil 700 universidades y proyectos educativos en el mundo, ha insistido en la necesidad de cuidar el medio ambiente y la Casa Común; y ha instado a la comunidad a tomar acciones en este sentido.

Este material se comparte con autorización de la IBERO

Imagen de linaberlin en Pixabay 

 

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