Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 06 de marzo de 2022.

HISTORIA EN BREVE

  • La exposición crónica podría provocar una disfunción en el eje hipotalámico, pituitario y suprarrenal (HPA, por sus siglas en inglés), que desencadenaría síntomas relacionados con la “fatiga suprarrenal”
  • Las hierbas adaptógenas podrían ser útiles si padece un estrés persistente. Cuatro de los adaptógenos más reconocidos por proporcionar apoyo suprarrenal son la ashwagandha, rhodiola, ginseng (asiático y siberiano) y albahaca sagrada
  • La ashwagandha ayuda al cuerpo a adaptarse al estrés equilibrando el sistema inmunológico, metabolismo y los sistemas hormonales. Esta raíz contiene la mayor concentración de ingredientes activos que regulan las hormonas, incluyendo a la hormona tiroidea, estrógeno, progesterona y testosterona
  • La rhodiola ha demostrado ser particularmente beneficiosa para el sistema nervioso. Tiene beneficios antidepresivos y ansiolíticos, al igual que ha demostrado disminuir los síntomas de agotamiento relacionados con el estrés laboral

Su cuerpo tiene dos glándulas suprarrenales que se encuentran localizadas justo sobre cada uno de sus riñones. Como parte de su sistema endocrino, estas glándulas secretan más de 50 hormonas, incluyendo a la aldosterona (que ayuda a regular la presión y el volumen de la sangre), cortisol y adrenalina, estas dos últimas podrían tener una actividad excesiva debido al estrés.

De hecho, su eje hipotalámico, pituitario y suprarrenal (HPA) es el sistema responsable de controlar los niveles de estrés. Esto incluye al estrés causado por cualquier motivo, ya sea una lesión o enfermedad, problemas interpersonales o laborales, falta de sueño o mala alimentación.

Por ejemplo, exponerse a un estrés crónico por exceso de trabajo, inflamación crónica o enfermedad a largo plazo, podría provocar una disfunción en el eje HPA, que por lo general, aunque quizá de forma ligeramente imprecisa, se denomina “fatiga suprarrenal” o “agotamiento suprarrenal”.

El apoyo suprarrenal de los adaptógenos

Una hipótesis más reciente expone que realmente la mayoría de los llamados casos de fatiga suprarrenal no se deben a que las glándulas suprarrenales tienen una menor capacidad para producir cortisol.

En la mayoría de las veces, el problema radica en una disfunción de la actividad de señalización cerebral del eje HPA, lo que significa que el problema principal ocurre en el hipotálamo y la pituitaria (la H y la P, y no tanto en la A o la parte adrenal del eje).

Tanto la insuficiencia suprarrenal primaria como la secundaria podrían diagnosticarse con una prueba de laboratorio. Por otro lado, las anomalías más sutiles en el eje HPA son más difíciles de diagnosticar.

Para identificar una disfunción en el HPA, se recomienda hacer un análisis hormonal completo. Uno de los mejores es la prueba DUTCH (prueba de orina seca para hormonas generales), el cual es un análisis hormonal general desarrollado por Mark Newman, fundador de Precision Analytical Laboratory, en Oregón.

La prueba DUTCH en realidad supera a todos los demás métodos cuando se requiere conocer el historial de actividad hormonal, lo que le permite determinar en qué áreas debe enfocarse para tomar medidas correctivas. Se sabe que varios nutrientes respaldan la función suprarrenal, incluyendo al magnesio, vitaminas B, C y grasas omega-3 de origen animal, como el aceite de kril.

Además, ciertos adaptógenos podrían ser beneficiosos si padece estrés persistente. Cuatro de los adaptógenos más reconocidos como apoyo suprarrenal son la ashwagandha, rhodiola, ginseng y albahaca sagrada.

Estos, al igual que otros adaptógenos, son únicos ya que ayudan al cuerpo a asimilar el estrés, en parte a través de la regulación de los niveles hormonales y el mejoramiento de la función inmunológica.

Ashwagandha: un poderoso apoyo para balancear las hormonas

La ashwagandha (Withania somnifera) es una hierba nativa de Asia e India, y durante miles de años ha sido una poderosa herramienta en la medicina ayurvédica. Hace apenas 50 años, este miembro de la familia de las solanáceas emergió en Occidente como una poderosa hierba sanadora. En su función como adaptógeno podría:

  • Ayudar a su cuerpo a controlar el estrés, al equilibrar su sistema inmunológico y hormonal, al igual que su metabolismo.1,2,3
  • Incrementar la resistencia y promover la salud cuando es utilizada de forma regular. En la medicina ayurvédica, la ashwagandha se clasifica como “Rasayana”, un tipo de esencia que ayuda a sanar el cuerpo y a prolongar la longevidad.4
  • Proteger a su cerebro del estrés oxidativo.5
  • Mantener los niveles saludables de colesterol, triglicéridos y lípidos totales, que ya se encuentran dentro del rango normal.

Esta raíz contiene la concentración más alta de ingredientes activos y ayuda a modular el equilibrio hormonal, incluyendo a la hormona tiroidea, estrógeno y progesterona, lo que la hace beneficiosa para las mujeres que empiezan el proceso de la menopausia.

Además, esta raíz disminuye los niveles de cortisol, restaura la sensibilidad a la insulina y ayuda a estabilizar el estado de ánimo.6 En un estudio, los pacientes diagnosticados con ansiedad moderada y severa que fueron tratados con ashwagandha, reportaron síntomas “significativamente menores” en comparación con los que fueron sometidos a intervenciones más convencionales.7

Otro estudio encontró “evidencia empírica que respaldaba el uso tradicional de la ashwagandha como apoyo para el proceso mental que involucraba la señalización GABAérgica”.8 El GABA (ácido gamma-aminobutírico) es un neurotransmisor inhibidor que se encuentra significativamente involucrado en la regulación de la señalización de los procesos fisiológicos y psicológicos. De acuerdo con los autores:

“Nuestros resultados proporcionan evidencia que indica que los componentes clave en la ashwagandha podrían tener un rol importante en el desarrollo de tratamientos farmacológicos para trastornos neurológicos relacionados con la disfunción de la señalización GABAérgica, como los trastornos de ansiedad general, del sueño, espasmos musculares y convulsiones”.

En el caso de los hombres, la ashwagandha podría ayudar a elevar los niveles de testosterona.9 Si bien algunos adaptógenos son estimulantes ocultos, ese no es el caso de la ashwagandha. Este podría impulsar su rutina de ejercicios matutina y, cuando es tomada antes de dormir, podría ayudarle a dormir mejor durante la noche.

Recomiendo utilizar solo la raíz de ashwagandha que sea 100 % orgánica, sin rellenos, aditivos ni excipientes, para garantizar su calidad.

Rhodiola: un agente antiestrés natural

La rhodiola rosea es una planta perenne que algunas veces es llamada “raíz de oro”, “raíz de rosa” o “raíz ártica”, y es otro potente adaptógeno conocido por mejorar la vitalidad, ya que ayuda al cuerpo a sustentar la homeostasis y a adaptarse al estrés químico, físico y ambiental.

Esta planta tiene un largo historial de uso en la medicina popular tradicional en Rusia y en los países escandinavos.10 Entre sus muchas aplicaciones, se ha demostrado que la rhodiola:11,12,13

  • Tiene una poderosa actividad antiinflamatoria.14
  • Mejora la salud del sistema nervioso y la función cognitiva.
  • Modula la función inmunológica (al estimular una función inmunológica baja e inhibir la función excesiva) y protege contra las infecciones virales.15
  • Mejora el funcionamiento sexual masculino y femenino, salud reproductiva y fertilidad.
  • Incrementa el rendimiento atlético y reduce el tiempo de recuperación.16

Es importante destacar que la rhodiola ha demostrado ser particularmente útil para el sistema nervioso, además tiene beneficios antidepresivos y ansiolíticos.17 Al inhibir la monoaminooxidasa, la rhodiola ralentiza la velocidad de degradación enzimática de los neurotransmisores que intervienen en el estado de ánimo y en el bienestar mental, como la serotonina.18,19

Los compuestos bioactivos rosavina y salidrosida también han demostrado mejorar el tránsito de los precursores de serotonina a través de la barrera hematoencefálica, y ayudan a mantener los niveles de serotonina al atenuar la actividad de la catecol-o-metiltransferasa.

La evidencia señala que la rhodiola podría elevar hasta en un 30 % los niveles de serotonina.20 En una investigación publicada en el año 2015, se la comparó con el antidepresivo sertralina y se concluyó que la rhodiola era una opción más segura.

Según los psiquiatras que utilizan la rhodiola en su ejercicio clínico, el extracto de esta planta es una “opción viable para tratar la depresión leve o moderada en múltiples casos”.21 Incluso se ha demostrado que mejora los síntomas del agotamiento causado por estrés laboral.22

En un estudio publicado el año anterior, las personas que manifestaron agotamiento y que recibieron 400 mg de extracto de rhodiola rosea durante 12 semanas, experimentaron mejoras importantes, informaron tener menores niveles de agotamiento emocional, fatiga y extenuación, al igual que una mayor sensación de satisfacción, entusiasmo por la vida y libido.23

De acuerdo con los autores, estos descubrimientos sugieren que el extracto de rhodiola rosea “podría ser un primer paso significativo para aliviar los síntomas del agotamiento, al inhibir la exacerbación del síndrome y prevenir el desarrollo de trastornos posteriores, tales como la depresión o las enfermedades físicas”.

La rhodiola ayuda a combatir la sensación de fatiga crónica

Los efectos de la rhodiola que estimulan la energía y vitalidad, podrían otorgar beneficios evidentes para las personas con fatiga crónica. Como una ventaja adicional, tiende a ejercer una acción rápida.

En un estudio reciente, los pacientes que padecían el síndrome de fatiga crónica y que recibieron 400 mg diarios de extracto seco de etanol de rhodiola, durante ocho semanas, experimentaron mejoras significativas desde la primera semana.24,25

En conjunto, los pacientes disminuyeron en un 42 % su sensación de estrés total y en un 39 % su sensación de fatiga; el 83 % de ellos reportó sentirse “mucho” o “muchísimo” mejor en la octava semana.

Se cree que el mecanismo detrás de estos efectos está relacionado con la capacidad de la rhodiola para modular la liberación de catecolaminas y los niveles de AMP cíclico en el miocardio durante un episodio de estrés.26

Además, ayuda a disminuir los niveles de la hormona del estrés, llamada cortisol. Como señaló la publicación Mental Health Daily, “otros mecanismos propuestos incluyen las interacciones con las proteínas quinasas p-JNK, el óxido nítrico, las proteínas del mecanismo de defensa (por ejemplo, proteínas de choque térmico) y la regulación de beta-endorfinas y péptidos opioides”.27,28

El ginseng siberiano fomenta el vigor e incrementa la esperanza de vida

Existen diversos tipos de ginseng y no necesariamente son intercambiables. En realidad, de las tres variedades principales, solo dos son ginseng:

Ginseng americano (Panax quinquefolius). Esta raíz de color marrón y nudosa contiene ginsenósidos, los cuales se cree que le otorgan sus múltiples propiedades medicinales. La medicina china, que ha utilizado el ginseng durante miles de años, considera que el ginseng americano es un tónico calmante “agradable”.29

Ginseng asiático (Panax ginseng). Algunas veces es conocido como ginseng coreano y también contiene ginsenósidos, aunque en diferentes proporciones, en comparación con el ginseng americano. También es considerado una hierba adaptogénica.

Según la medicina china, el ginseng asiático es un estimulante “caliente”.30 Al igual que la ashwagandha, esta variedad de ginseng influye en las hormonas tiroideas. Más específicamente, contiene propiedades que impiden la producción excesiva de T3 inversa (rT3). Un estudio que analizó el efecto de las inyecciones de ginseng descubrió que incrementaba saludablemente los niveles de T3 y T4, al igual que disminuía los niveles de rT3.31

Ginseng siberiano (Eleutherococcus senticosus). El ginseng siberiano no es un verdadero ginseng y no contiene ginsenósidos. Sus componentes activos se llaman eleuterósidos, los cuales se creen que estimulan el sistema inmunológico.

Sin embargo, al igual que el ginseng americano y asiático, el ginseng siberiano es un adaptógeno que se ha utilizado tradicionalmente para incrementar los niveles energéticos, estimular el sistema inmunológico y prolongar la longevidad.32

Asimismo, las investigaciones han demostrado que el ginseng siberiano proporciona beneficios neuroprotectores, en parte al favorecer la señalización de las células hipocámpicas y microgliales.33 Además, existe evidencia que sugiere que podría ayudar a prevenir o ralentizar la pérdida de la función motora relacionada con la enfermedad de Parkinson.34

El ginseng siberiano también tiene efectos antidepresivos leves y es útil para tratar problemas de insomnio, de comportamiento y de memoria, al igual que ha demostrado mejorar la resistencia durante el ejercicio al optimizar el uso del oxígeno en el cuerpo.35,36,37

Tulsi: la hierba purificadora

El Tulsi, también conocido como albahaca santa, ha sido muy venerado en la India desde hace más de 5000 años. Asimismo, ha sido valorado por sus múltiples propiedades promotoras de la salud. Se dice que esta hierba purifica el espíritu, cuerpo y mente, y también se le ha apreciado por su naturaleza protectora y estimulante.

Actualmente, existen numerosos productos disponibles hechos a base de Tulsi, incluyendo pastillas, tés, polvos y aceites esenciales.

El té de Tulsi es una bebida rica en antioxidantes con una naturaleza química única y compleja. Contiene cientos de fitoquímicos beneficiosos, compuestos vegetales que no son nutritivos pero que tienen propiedades protectoras y promotoras de la salud.

En combinación, estos compuestos tienen propiedades adaptogénicas y promotoras de la actividad inmunológica, que combaten el estrés, estimulan el sistema inmunológico y fomentan un metabolismo saludable. Al mismo tiempo, apoyan al cuerpo para mantener sus niveles óptimos de azúcar en la sangre.

Cómo proteger y apoyar su salud suprarrenal

Es importante preservar una función suprarrenal saludable para una salud óptima en general. Las hierbas adaptógenas no son la única forma de proteger y de apoyar a sus glándulas suprarrenales, ni tampoco la estrategia más adecuada, pero podrían ser útiles durante los episodios de estrés.

Si ya es víctima de la “fatiga suprarrenal” o disfunción HPA, su tratamiento requerirá de un enfoque de cuerpo completo, uno que aborde el exceso de estrés y los hábitos de vida poco saludables que causaron la respuesta alterada de estrés.

Imagen de whaltns17 en Pixabay

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