Por Alejandro Calvillo, Sin Embargo, 20 de enero de 2022.

En el año 2000 murieron poco más de 40 mil personas por diabetes, en el 2020 fueron 150 mil. Se espera que uno de cada dos niños mexicanos nacidos a partir del 2010 desarrolle diabetes a lo largo de su vida. Desde hace años, los servicios de salud ya no cubren la diálisis ni realizan el tratamiento muy costoso de salvar un pie diabético, prefieren amputarlo, es más económico. Los expertos en retinopatía diabética advierten que la mayor parte de los pacientes llegan con procesos irreversibles. Carecemos de una política integral para prevenir la diabetes y reducir sus tendencias crecientes. En los Estados Unidos la situación por la diabetes es grave, pero no tanto como la mexicana. Hace unos días, el Congreso de ese país recibió un reporte de un grupo especial creado para analizar la situación y proponer acciones para enfrentar esta pandemia. La propuesta es muy importante para nuestro país.

Si los Estados Unidos vive en este momento una sindemia de diabetes y COVID-19, donde la primera es caldo de cultivo para la segunda, en México esta sindemia es de proporciones mayores. Los datos oficiales hablan de 200 mil muertes por COVID-19 en el 2020. Sin embargo, se pone poca atención a los datos de las muertes por diabetes. En el 2020 murieron 150 mil personas a causa de la diabetes y se registraron 25 mil muertes de personas más que tenían diabetes y murieron con COVID-19. En total, podemos hablar de 175 mil personas que murieron por diabetes en 2020.

En este contexto debe atenderse el reporte reciente, encargado por el gobierno federal de los Estados Unidos y el Congreso, para enfrentar esta enfermedad. Para elaborar este reporte se creó el Comité Nacional de Cuidado Clínico. Desde hace cerca de 50 años no se había presentado un reporte de este tipo al poder ejecutivo y legislativo de los Estados Unidos, en el anterior titulado “The Long-Range Plan to Combat Diabetes” la diabetes se trató como “un problema biomédico con una solución biomédica”. De entonces a la fecha se han desarrollado avances en los tratamientos biomédicos para tratar de controlar la diabetes, así como el pie diabético y la retinopatía diabética. Sin embargo, nada se hizo para frenar el crecimiento desmedido de esta enfermedad, nada se hizo para atacar sus causas..

A diferencia de ese reporte, el que recientemente acaba de llegar al Congreso de los Estados Unidos después de haber sido entregado al gobierno federal, pone su atención en las condiciones ambientales que causan la diabetes, condiciones que aumentan también el riesgo de la COVID-19. La cantidad de personas con diabetes ha crecido de forma desproporcional en Estados Unidos, pero más en México. Estas condiciones ambientales son las que rodean más a los más pobres que siempre sufren, en mayor medida, las consecuencias graves de la diabetes y las muertes por diabetes. Un fenómeno similar se ha presentado ocurrido con la COVID-19. Los más pobres viven en espacios con menor oferta de alimentos saludables, con problemas de acceso a agua potable, con falta de información, con falta de atención médica para prevenir la diabetes o para atenderla a tempo. De igual manera, durante la pandemia han tenido que salir a trabajar, viajar en transporte público, mientras viven en hacinamiento, todas condiciones que agravan el riesgo de ser contagiados y contagiar la COVID-19, además de la falta de acceso a pruebas y atención médica adecuada.

El reporte sobre la diabetes presentado al gobierno y el Congreso de los Estados Unidos es el resultado de un proceso muy sólido desarrollado por un grupo formado por 23 expertos en diabetes, epidemiología, cuidado clínico, políticas de salud y asuntos regulatorios. El Comité Trabajó durante 3 años, condujo 12 consultas públicas, numerosos encuentros de subcomités y realizó encuentros con informantes claves. Su análisis incorporó la información sobre los determinantes socioambientales y los cuidados crónicos a través de la mirada de la equidad en salud. Parte de sus principales recomendaciones no habían sido presentadas nunca antes ante el Congreso, recomendaciones que afectan los intereses de poderosos grupos de cabildeo y presión de las grandes corporaciones en ese cuerpo legislativo.

Algunas de las principales conclusiones y recomendaciones para enfrentar la epidemia de diabetes por parte del Comité Nacional de Cuidado Clínico y que deberían ser estudiadas por nuestro gobierno y legisladores, son:

Considerar que la diabetes no sólo es una condición de salud que requiere cuidados médicos, se trata de un problema social, de condiciones ambientales que deben ser modificadas a través de políticas transectoriales. “La exposición desproporcionada a esas condiciones son causadas por factores que incluyen la pobreza, el racismo estructural, la presión histórica y la marginalización”.

Una de las medidas esenciales es modificar el ambiente alimentario a través de todos los programas de ayuda alimentaria establecidos desde el gobierno. Influir en las prácticas de la industria y en los comportamientos de los consumidores. El comité propone impulsar etiquetados obligatorios al frente de los productos que informe a los consumidores sobre los atributos en salud y el riesgo de alimentos y bebidas, regulando toda información engañosa en los productos que tratan de presentarse con cualidades saludables. En el mismo sentido, llama a prohibir la publicidad de alimentos y bebidas no saludables a menores de 13 años.

El Comité Nacional de Cuidado Clínico solicita al “Surgeon General”, que es la cabeza de los cuerpos de servicios de salud pública en los Estados Unidos, a que haga público un reporte científico con la evidencia científica sobre la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y el desarrollo de la diabetes tipo 2.

Una de las políticas recomendadas se dirige al Departamento del Trabajo para que obligue a los empleadores a dar las condiciones a las medres trabajadoras para amamantar reconociendo que esta práctica natural baja significativamente el riesgo de obesidad y diabetes entre las mujeres, además de reducir el riesgo de una gran cantidad de enfermedades durante la vida de los bebes.

Se propone la creación de una Oficina Nacional de Políticas sobre Diabetes con el fin de establecer la colaboración entre las diversas agencias gubernamentales, implementando una estrategia nacional para prevenir y controlar la diabetes y la igualdad en salud.

“Implementar la igualdad en salud debe ser un componente de todas las políticas federales y programas que llegan a las personas con riesgo o con diabetes. Las agencias federales deben considerar y evaluar el impacto de todas las políticas existentes y de las nuevas en las desigualdades en salud”

En un gobierno que se plantea “primeros los pobres”, y que presenta una de las mayores incidencias de diabetes y muertes por diabetes en el mundo, la política de salud debe establecer una estrategia radical para ir a las causas de esta epidemia.

A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.