Por La República, 07 de diciembre de 2021.

Durante los primeros días de septiembre de este año, la farmacéutica alemana Bayer anunció que por primera vez designaría un CEO de nacionalidad argentina para desempeñarse liderando la región del Cono Sur. Se trata de Juan Farinati, quien estaba designado como COO para la división Agro, y reemplazó así al belga Christophe Dumont, quien de todas formas continuará en el país hasta finales de año para facilitar la transición.

Es factible que de esta manera se busque acercar posiciones en el país y mitigar los efectos de la severa multa que fue aplicada a Bayer por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS). El organismo divulgó en mayo, a través de su director ejecutivo, Juan Bradinelli, la nómina de las principales compañías que vulneraron la normativa de la Ley 27.729, que promueve la obligatoriedad de la recolección y el tratamiento de los envases que contengan o hayan contenido agrotóxicos.

Dicha ley es la única del país de Responsabilidad Extendida del Productor. Obliga así a las empresas que venden productos fitosanitarios a organizar, operar, mantener y financiar un sistema de gestión integral de envases. En ese sentido, Bayer (que unificó bajo el paraguas de dicho nombre a su empresa Monsanto), lideró el ranking de irregularidades constatadas y multas correspondientes. La multa en cuestión superó el monto de los $ 132 millones.

Desde la OPDS comunicaron que la empresa hizo caso omiso a los preavisos que advertían sobre el desinterés por los desechos de productos sumamente perjudiciales. Señalan que la gravedad de la violación a la normativa se observa en sus efectos: “Los restos de producto que contienen estos recipientes los hacen peligrosos para la salud humana y el ambiente. Cuando no se gestionan adecuadamente, estos envases son enterrados, quemados a cielo abierto, arrojados en basurales destinados a residuos urbanos o en cualquier sitio. La reutilización doméstica, en muchos casos para almacenar agua para consumo humano o animal, implica su manipulación en el hogar por todos los miembros del grupo familiar. Esto se traduce en múltiples impactos en la salud (intoxicaciones, reacciones alérgicas, trastornos neurológicos o endócrinos; el caso de cuerpos gestantes, abortos espontáneos o malformaciones)”, informaron desde el organismo provincial.

Dentro de los pilares de sustentabilidad de Bayer para la región, se menciona el compromiso constante con “una visión de salud para todos, hambre para nadie; promoviendo el crecimiento inclusivo y el uso responsable de los recursos para ayudar a las personas y al planeta a prosperar”.

Sin embargo, ese lema entra en contradicción con la denuncia de diversas comunidades del interior del país, que se movilizaron el 11 de noviembre pasado al Congreso de la Nación para alertar sobre el envenenamiento sistemático que sufren las comunidades producto del uso de productos agrotóxicos que comercializa la empresa para fumigar las tierras de cultivo.

Estos episodios se agregan a una suma de polémicas y sanciones contra Bayer durante el último año: en Estados Unidos, la firma viene de obtener sentencias en contra en tres procesos distintos, conocidos como los casos Johnson, Pilliod y Hardeman, donde se vio obligada a resarcir por más de u$s 100 millones a los denunciantes. Se trata de tres de las víctimas del rasgo cancerígeno del glifosato, producto de la toxicidad de la formulación RoundUp.

En adición, en Argentina, la empresa se vio envuelta en otra polémica a comienzos de año que la forzó a retirar anuncios publicitarios: la Asociación de Agentes de Propaganda Médicas (AAPM) presentó una denuncia contra la campaña “Aspirineta te cuida”, uno de productos estrella de la farmacéutica. En el anuncio, Bayer afirmaba que tomar este analgésico servía como “remedio” para combatir la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo.

El informe fue presentado desde la AAPM al Programa de Monitoreo y Fiscalización de Publicidad y Promoción de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Dentro del mismo, se señalaba a la publicidad como “falsa y engañosa”, siendo violatoria de la legislación y de resoluciones vigentes, ya que “los factores de riesgo descriptos (sedentarismo, obesidad, tabaquismo), no se resuelven con ácido acetilsalicílico, tal como sugiere la campaña”.

La asociación calificó la publicidad como “temeraria e irresponsable”, siendo que el propio fabricante ha reconocido que el compuesto de la Aspirineta, en dosis de consumo excesivo, puede provocar malestar o dolor gástrico, hemorragia gástrica o intestinal, trastornos en la piel y dificultades respiratorias, entre otras. Al tiempo de realizada la presentación, la publicidad desapareció de los medios audiovisuales.

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