Por IPS Noticias, 03 de septiembre de 2021.

Petteri Taalas, secretario general de la OMM, dijo que “los impactos de los contaminantes del aire ocurren cerca de la superficie, en escalas de tiempo de días a semanas, y generalmente están localizados”, al explicar las mejoras observadas con los confinamientos y cierres urbanos establecidos para encarar la pandemia.

“Por el contrario, el cambio climático en curso, causado por la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, ocurre en una escala temporal de décadas a siglos y está impulsando cambios ambientales en todo el mundo”, aseveró.

El boletín sobre la calidad del aire y el clima emitido por la OMM, en su sede en esta ciudad suiza, reconoció que las emisiones de sustancias contaminantes provocadas por el hombre disminuyeron brevemente durante la recesión causada por la covid.

En China, Europa y América del Norte, las reducciones de las emisiones a corto plazo relacionadas con la covid coincidieron con las medidas de mitigación de las emisiones a largo plazo y permitieron en 2020 una reducción de las concentraciones de PM 2,5 en comparación con los años anteriores, 2015-2019.

Las PM 2.5 son partículas atmosféricas que tienen un diámetro inferior a 2,5 micrómetros, unidad de longitud equivalente a la milésima parte de un milímetro.

Junto con un descenso de 30 a 40 por ciento en las concentraciones de PM 2.5, hubo bajas de hasta 70 por ciento en las de dióxido de nitrógeno (NO2).

“Los impactos de los contaminantes del aire ocurren cerca de la superficie, en escalas de tiempo de días a semanas, y generalmente están localizados. Por el contrario, el cambio climático en curso, causado por la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, ocurre en una escala de décadas a siglos”: Petteri Taalas.

Pero los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático y ambiental provocaron tormentas de arena y polvo e incendios forestales sin precedentes que afectaron la calidad del aire.

Los incendios forestales intensos generaron concentraciones anormalmente altas de PM 2.5 en varias partes del mundo, que fueron inusualmente secas y calurosas.

El humo de los incendios en Australia provocó un enfriamiento temporal en todo el hemisferio sur, comparable al causado por las cenizas de una erupción volcánica.

La temporada estuvo marcada por incendios extremos en Siberia y el oeste de Estados Unidos, en términos de carbono pirogénico total liberado a la atmósfera, con columnas de humo extremadamente densas y expansivas visibles desde el espacio.

Durante más de una semana, entre 20 y 50 millones de personas en América del Norte estuvieron bajo riesgo para su salud alto o muy alto.

La contaminación del aire tiene un impacto significativo en la salud humana. La última evaluación de la Carga Mundial de Enfermedades, asociadas a la falta de calidad del aire, muestra que la mortalidad mundial aumentó de 2,3 millones en 1990 a 4,5 millones en 2019.

Se atribuye al material particulado en el aire 91 o 92 por ciento de dichas muertes, y al impacto del ozono el restante ocho o nueve por ciento.

La OMM sostiene que los cambios de política que buscan mejorar la calidad del aire repercuten en las que buscan limitar el cambio climático y viceversa.

Por ejemplo, una merma drástica en la combustión de combustibles fósiles para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (principales responsables del calentamiento global) también reducirá los contaminantes del aire asociados con esa actividad, como los aerosoles de ozono y nitrato.

Taalas dijo que la covid “demostró ser un experimento de calidad del aire no planificado y dio lugar a mejoras localizadas temporales. Pero una pandemia no es un sustituto de una acción sostenida y sistemática para hacer frente a los principales impulsores tanto de la contaminación como del cambio climático”.

A-E/HM

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