Por Mauricio del Villar, MasdeMx, 14 de marzo del 2021.

Diálogo con Agileo Vásquez Gutiérrez

Cuenta la gente de la comunidad de Rancho Tejas, municipio de Santa María Tlahuitoltepec, enclavada en la Sierra Mixe de Oaxaca, que hace alrededor de 30 años nació en este territorio Ayuujk un corazón que al que le gusta ser libre y no tener horarios, un corazón que disfruta lo comunitario y muestra agradecimiento hacia la tierra y la cultura que lo ha visto crecer.

Agileo Vásquez Gutiérrez se define a sí mismo como alguien que siempre está en todas partes y anda buscando; siempre le gusta meterse en cosas diversas y disfruta de participar con las comunidades y en las asambleas para aportar palabras. Menciona que disfruta decir cosas contrarias a lo acostumbrado, pero con ganas de construir hacia adentro, no para afectar. Se aventura a muchas cosas: que la vida no sea algo que le cuenten sino vivir la experiencia. Recuerda que un día le dejaron una tarea a su hijo Azael, donde tenía que contestar qué hacía su papá y su hijo lo describió como alguien que es todo, que siempre está ahí, que siempre está allá. Le preguntas algo y te responde: “pues al final eso soy, más allá de mi nombre”.

En el proceso de la escuela como institución le decían cómo eran las cosas y cómo se vivía en la ciudad, y ya cuando creció vio realmente que las cosas no eran así. Por ejemplo, le dijeron que tenía que estudiar para no estar en el campo y que no se asoleara; también, que debía buscar un trabajo en una oficina ?le han tocado algunos trabajos en oficina que son muy estresantes y la vida en la montaña es tranquila, por eso le gusta vivir las cosas y no que se las cuenten?.

¿Cuáles son algunos de los recuerdos de la niñez de Leo?

Ir a pastorear las vacas y minytyäjp, que significa cosechar papas, que eran muy grandes, como del tamaño de un balón, tenían muchas raíces, y en media hora ya estaba lleno el costal. Ese es un recuerdo que siempre tengo en la cabeza. Lo hacía con mis hermanos y mi mamá, salíamos de la escuela y nos íbamos a cosechar papas o a traer las piñas de pino, es un recuerdo muy bonito. Era muy bonito porque salíamos de la escuela, comíamos y agarrábamos el costal que íbamos a llenar según el peso que aguantábamos; en veinte minutos ya había llenado el costal. Ahora de esas papas grandes ya casi no hay.

Era algo que disfrutaba y vivía como decimos en Mixe kë’m tajujky’ äjtën, que significa algo que haces para ti en la vida, lo haces para prepararte para lo que venga, es parte de la idea que tenemos. Si vas a lavar es porque lo vas a aprender para que después puedas lavar por ti solo, si vas a pastorear las vacas es para que tú aprendas cómo hacerlo, acompañas a las vacas. No es por el sentido de la obligación, es porque disfrutas y te enseñas. No lo sentíamos como obligación, era como un disfrute, como algo que tienes que hacer para hacer otras actividades y no dejar las pobres papas enterradas. 

¿Quién marcó tu niñez de manera importante?

No tengo una persona específica, fueron mis padres, mi hermano mayor, y mis otros hermanos más que nada, porque siempre estuvimos muy unidos, siempre hemos estado así. Cuando no estaba mi papá, era mi hermano mayor que es Eloy. Todos eran y son parte de mi vida hasta el día de hoy, siempre los extraño, siempre los recuerdo y a cada uno les tengo su recuerdo, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Todos han sido y han estado muy presentes. También más grandes cuando cada uno agarró rumbo, empiezas a ver otras personas que marcan tu vida por la forma en que te apoyan o como te aconsejan en el sentido de la vida. Mis tíos Feliciano y Severino y mis tías eran figuras paternas y maternas en ese momento de mi niñez, todos estaban en ese rango de papás y de mamás, siempre tengo esa perspectiva hacia ellos, no como tíos sino también como consejeros que formaron parte de mi infancia.

Mi papá, Maximino, es muy ingenioso, esa es mi admiración hacia él. Por ejemplo, no teníamos carretilla cuando estábamos aplanando un espacio y no teníamos cómo acarrear esa tierra en los costales que íbamos llenando. Pues él agarró una coa para remover la tierra y en ves de ponerle el fierro para hacer el hoyo, puso una tabla atravesada para acarrear la tierra como una pala. Entonces en ese momento que yo me sentía cansado y pensaba hasta cuándo íbamos a terminar, fue que mi papá lo convirtió en un juego y rápido acabamos, porque hizo como dos o tres de estos instrumentos; fue muy divertido y yo dije: “él es mi papá y el supo hacerlo porque pensó y utilizó su genio para cambiarnos el día”. Esa parte que aplanamos es una parte de lo que vivimos hasta el día de hoy. El ingenio que tiene mi papá es muy grande, yo siempre quedo debajo de él, si yo quiero ingeniar algo, él siempre tiene una mejor idea. Yo siento que mi hijo Azael está al nivel de su abuelo, cuando le pregunto cosas a mi hijo siempre tiene ideas ligadas a mi padre: se lo pasó directamente a Azael. 

Mi mamá, Celestina, es muy trabajadora. Siempre la veía trabajando mucho en el campo y regresaba cansada a la casa y llegaba a hacer la cena; una energía que siempre tuvo. Nosotros llegábamos cansados según a hacer las tareas, pero ella seguía con sus labores y yo la tengo en mi cabeza como una imagen de fuerza. Se acostaba tarde, se levantaba temprano para ir a otras jornadas y no quedaba más que obedecerla cuando decía una palabra. A veces sentía que era por mi culpa que no estaba descansando como debía hacerlo, le tengo respeto y mucha admiración en ese sentido, de que trabaja mucho, porque ya se acostumbró a esa forma. Con María, mi compañera y yo, nos decimos “descansemos otro rato qué tal si mañana no descansamos”. Pero me quedo con esa idea de mi madre trabajando mucho y lo que yo pienso es cómo organizarme mejor en mi vida. Mi mamá nunca puso ni pone peros, y algo que le admiro mucho es que nunca se ha enfermado muy grave y eso que trabaja siempre, la admiro y a veces le digo que no se esfuerce tanto, pero ella dice que ya se acostumbró así, dice que, si se queda dormida en la cama descansando, despierta adolorida, que por eso mejor quiere trabajar. Ella también nos aconsejaba siempre el valor del respeto a las mujeres, porque tu conoces que en mi familia nada más tenemos una hermana, la más chica, y ella decía que siempre había que respetarla, ya que ella es la que vale y ella es la semilla y la tierra de las otras generaciones. Si perdemos mujeres, perdemos la vida y no habrá generaciones, por eso es muy importante respetarlas. Es muy importante, decía, valorar el trabajo de cada uno y en especial el de la mujer. 

De la tierra venimos, de la tierra somos

¿Qué representa para ti haber nacido en tierras Ayuujk?

Yo estoy feliz de haber nacido en tierras Ayuujk. ¿Pero qué hubiera pasado si hubiera nacido en otro lugar? Pues me hubiera acostumbrado. Pero con el sentido de la vida Ayuujk es aquí donde debería de estar, aquí debemos estar, por eso nací aquí, no fue porque yo lo quise o porque mis padres lo quisieron. Mi papá pudo haber tenido otro hijo en vez de yo, y yo haber nacido en otras familias. Pero yo siempre digo que es la tierra quien nos llama, la tierra y la naturaleza es quien define dónde tienes que nacer. Yo siempre que me hago esa pregunta digo “pues es que ahí debo de estar, no me dieron otro lugar porque no debería de estar en otro lugar”. Aquí es donde debo de pertenecer, yo muy feliz, yo muy contento y muy satisfecho por conocer esta vida, por conocer esta estructura de vida, porque no en todas las regiones se tiene eso. Por lo que he visto, he vivido o escuchado de otras personas, es que hay muchos valores que se pierden y acá tenemos muchos que están muy presentes, por ejemplo el respeto a Kondoy, el respeto a la tierra que es a través de Kondoy; el respeto a las semillas y a todo eso, si yo hubiera nacido en otros lugares no hubiera conocido acá, entonces estoy feliz y muy a gusto, por lo mismo porque aquí debo de estar, y por eso estoy aquí. 

Para Leo, ¿cuál es la diferencia entre la espiritualidad y la religiosidad?

La religión es a través de una imagen, del Cristo o de muchos santos. La espiritualidad es por lo que yo siento respeto, por ejemplo el rey Kondoy para mí es más espiritual, al igual que la lluvia, la tierra y la naturaleza, porque no los tocamos y no les podemos ordenar como decir “yo quiero que llueva aquí”; más bien tenemos que hablarles con deseos, como decir qué tal que llueva mañana, es como la esperanza que tenemos, esa es la diferencia. La espiritualidad es cuando tu ser se conecta con el medioambiente o el medio donde tú vives. 

La religión es algo que ya está hecho y vivido, ya está la imagen, ya está definido lo bueno y lo malo, y tú puedes cambiar esa idea o ese sufrimiento. Por ejemplo, en la religión dicen: “Cristo sufrió por otras personas”, pero qué tal si no era Cristo, ya que mi espiritualidad puede decir que fue Kondoy, ahí está la diferencia. Mi vivir Ayuujk está más ligado a la espiritualidad que a la religiosidad, porque lo que invocamos en tiempos de siembra es que le llueva a la semilla, que le caiga la lluvia. Para nosotros el rey Kondoy es más un secreto nuestro y la religión es a nivel global. En año nuevo pasamos a la iglesia porque hay que darle ese respeto, por eso nos acostumbraron de pasar a la iglesia para tener ese recuerdo, no tenemos ningún problema. 

En el caso de mi hijo, que está en una escuela donde se pone de pretexto entender a Dios por medio de la enseñanza, podrían ser personas que creen que entendieron todo lo que vivió Jesús en la religión y lo quieren poner en una sola escuela, en una sola estructura de estudio, pero desconsideran la originalidad. Yo le digo a mi hijo que él va a aprender toda esa cuestión y no le voy a prohibir porque es lo que él quiere. Pero también le digo que tome en cuenta que él también forma parte de Kondoy, y que nadie se lo va quitar, que siempre lo va tener presente. Le digo que si él lo acopla en el mismo sentido como lo tenemos nosotros, va a ser lo mismo. Igual que se le pide a Dios, es como nosotros le pedimos a Kondoy, así como llevamos las ofrendas, es lo mismo pues es tener una persona a la que le pedimos.

Para ti, ¿qué representan los alimentos y esa conexión con la tierra?

El alimento es lo más básico para una persona, si no nos alimentamos no existimos y la alimentación se ha ido menospreciando. Yo recuerdo en mi niñez trabajar el campo, ir asolearse, estar sudando, y siempre nos ponían esta idea de tener que ir a la escuela para que ya no trabajáramos así, fue esa pequeña frase que nos llevó a despreciar lo que somos, porque muchas generaciones tienen ya esa idea de que siempre hay que ser mejores que los otros, tener el mejor carro, la mejor casa, vestirte bien, pero nadie habla de que hay que comer bien. En un momento se consideró que la mejor comida era lo que venía enlatado o embolsado y que venden en las tiendas. Decían que esa era la mejor comida que nos podíamos dar, era la de lujo. En estos tiempos, ya la que cuesta más son los quelites o la papa, ya que nuevamente se le está dando valor. Aquí en Rancho Tejas ya casi no se siembra papa. A lo mejor por tratar mal a la tierra ya se enojó y dijo “ahora a qué vienes si me has despreciado tantos años”; muchos quieren regresar a trabajarla, pero ella también está en su derecho de negarnos ese privilegio que teníamos antes.

Tenemos que fortalecer las comidas de manera cotidiana, yo también me culpo porque estuve en esa generación de anhelar los productos enlatados desde el bachillerato, lo que las personas consideraban buena alimentación, el atún y otros productos procesados y caímos en ese error. No reaccionamos a tiempo, por eso engordé en ese tiempo, esas son las consecuencias. Es ahora cuando empezamos a ver este tema de que nos aislamos por la pandemia y vemos que la misma tierra es la que nos pone a prueba, ahora muchos están regresando a sembrar, hay muchas parcelas que están sembrando otra vez y con eso no se ha sentido mucho la escasez de alimentos. Todos empiezan a sembrar y a pedirle a la tierra, todo está a prueba.

Nosotros tenemos personas que nos guían para hacer las ofrendas, y en una conversación nos dijeron que esto de la enfermedad es parte de la naturaleza porque tenía que llegar este momento para reflexionar, pero esta enfermedad es como amigable, no es mala, está echa por la tierra y si la quieres sobrevivir, se puede, no viene con intenciones malas, así nos platicaban. Lo que logro entender con esto es que la enfermedad es parte de lo que la naturaleza tenía que poner para reaccionar, si no, nos íbamos a extinguir. Ese es el pensamiento que yo quería escuchar, cómo se juntaba con la naturaleza y que lo dijera una persona que conversa y comparte con Kondoy. Dice que ellos ya lo tenían contemplado así, la naturaleza misma la tenía que poner. Por eso todo recae en la alimentación, si no nos alimentamos bien, no estamos preparados para esas enfermedades, porque ya nos desconocimos como parte de la naturaleza. 

El tiempo que le dedicamos a comer y las personas con las que comemos son como las pachangas, aquí el pretexto es juntarnos para convivir y alimentarnos, así nos la pasamos bien. Pero vas a trabajar en algún lugar donde la prioridad es el trabajo y el horario que tienes que cumplir, entonces hay que comer y eso no es alimentarse, solo comes rápido y vámonos. Alimentarnos es en todos los tiempos e incluye la parte espiritual. La mala alimentación también es por los malos pensamientos que nos provoca el miedo, como ha sido con la pandemia; entonces, cuando nos alimentamos bien, estamos tranquilos, ocupas la alimentación para bien. No solo es cuestión de llenar el cuerpo, sino de muchas otras cosas. 

El valor de la vida está en otro lado

¿Cuál ha sido el papel de la educación en la desvalorización del vínculo con la tierra?

El papel de las escuelas ha sido fuerte, esa frase de “mejor estudiar a estar asoleándote” está muy ligada al sistema educativo que te dice que hay que estudiar para ser mejor. A los maestros les pagaban más si ingresaban más alumnos, si había más alumnos, igual había más plazas. El papel de la escuela no digo que está mal, simplemente digo que en su momento no fue bueno y tuvo un impacto negativo que despreció el trabajo en el campo y puso como ejemplo el trabajo en la tierra como algo malo y a la escuela como buena, nunca consideraron que la escuela debía considerar al campo como algo importante. Ese era el discurso, que la escuela era mejor que el campo, recuerdo que le decía a mi abuelo que no me gustaba la escuela y él me decía muy fácil: “pues no hay problema si no te gusta, porque los que van a estudiar van a querer comer, entonces si tú quieres ir al campo tú les vas a dar de comer”. Él tuvo la sabiduría de no obligarme a ir porque me dio la seguridad de que yo iba a dar de comer. 

Pero la escuela también puede ser una herramienta para revalorizar la tierra y lo que es la vida. En sí a la vida no la define el estudio ni la tecnología, porque si podemos vivir sin tecnología, también sin luz, pero no sin agua, tierras y semillas, así no podemos existir.  A lo mejor nos descomunicaríamos, pero a la vez eso sería bueno porque ya no se meterían ideas diferentes a nuestro contexto. Aquí en mi comunidad lo que queremos es vivir, queremos nuestro maíz, queremos frijol y todo lo que queremos comer, aquí lo podemos tener sembrando. Las cosas materiales no tienen nada que ver con la vida, tenemos que vivir con nuestra esencia nada más. 

¿Cuáles son los elementos importantes de tu cotidianidad?

Es la familia y la comunidad. Si me quedo solo en Rancho Tejas y nadie estuviera aquí creo que no tendría el mismo sentido, es lo más principal. También el bienestar respecto a la salud, a la fuerza y a la conciencia. Puedes vivir, trabajar, convivir, esa es la parte importante de la vida, conversar, puedes tener mucha alimentación, pero si no convives pues no tendría sentido vivir.

Vivir de manera comunitaria es la fiesta, la organización, la familia, la identidad; porque llegas y cuando sales, la gente te reconoce y estás tranquilo, es como tener tu familia. Con personas de la comunidad no me saludo del diario porque a veces no nos vemos, pero yo sé que existe esa persona, se sabe cuándo se muere alguien, se siente la noticia, es la convivencia en la vida comunitaria donde tenemos voz y voto, formamos parte de eso que le decimos comunidad, la confianza de decir “yo soy de Rancho Tejas”. La fiesta y el tequio es lo que junta la vida comunitaria, tienes el derecho de opinar, pero también la obligación de hacer, de participar: libertad de decir lo que opino. Ser autoridad no significa que vas a ganar algo, el chiste es opinar para cambiar o generar nuevas cosas, si no fueras de aquí te valdría, pero como eres de aquí te importa tu comunidad.

La sabiduría está ahí, viene de la tierra

Para Leo, ¿qué representan los 500 años de la caída de Tenochtitlán?

No sé qué haría si yo hubiera existido hace 500 años, tal vez luchar y que chinguen a su madre. Yo siento que es cuando se separaron muchas cosas de lo que podemos hacer nosotros auténticamente como pueblos originarios. Tal vez nuestro proceso sería lento, pero bien fortalecido, tal vez no conociéramos lo que son las divisiones políticas, tal vez no conociéramos los partidos políticos que son un problema y siento que la vida tendría más sentido, porque todos estaríamos más agradecidos con la naturaleza y con la tierra, lo que nos da la vida. Siento que es lo que se perdió en ese momento, nos cortaron parte de ese ombligo con la tierra, nos desconectaron porque ahí empezaron a haber muchas ambiciones.

Por lo que yo he escuchado de la conquista es que también empezaron con la idea de ambicionar muchas cosas que a lo mejor ningún día se pudieron cumplir, la vida no se puede comprar. Habría más armonía si no hubieran llegado a conquistar y matar a los ancestros, tendríamos un proceso lento, porque acostumbran a medirlo en términos monetarios y, de cada país, seríamos más autónomos. 

Por ejemplo, nosotros los Ayuujk, los jamás conquistados, hemos adaptado los medios a la necesidad, y no se crea tan fácilmente un producto que no sea necesario y que no tenga relevancia en nuestra vida; pero a su vez ya nos estamos conquistando nosotros mismos. Nosotros tenemos esa cultura del respeto a la tierra, porque donde veo en otras regiones y especialmente en zonas urbanas, sienten que se puede hacer cualquier cosa. Aquí, cuando alguien quiere construir donde hay un manantial, hay regaños; los que hacen eso creen que pueden hacer lo que sea con la tierra, pero aquí la costumbre nos dice que eso sí está mal y por eso se multa, por eso se obliga a quitar esas construcciones donde están los manantiales, porque es algo sagrado que tenemos. Sin la conquista tendríamos más aprecio a la tierra, somos parte de la naturaleza no somos dueños, cuantas ambiciones han talado muchos árboles, tumbado montañas por la minería, contaminar ríos sabiendo que necesitamos tomar agua. Es como matar la naturaleza, ese sentido humano no lo hubiéremos perdido, por eso siempre hay ambición. A veces yo pienso así, porque veo como alguien ya se hizo su casa, a veces exageramos y decimos “yo lo quiero hacer mejor”, aunque ya tengas una casa donde duermas, convivas y comas; pero siempre está la idea de hacerlo mejor, por eso tendríamos que rescatar la originalidad. 

¿Qué es lo que Oaxaca aporta al territorio Mexicano?

Oaxaca y Chiapas, los que se consideran los estados más pobres del país, son una reserva de cultura, una reserva donde se podría escapar cualquier mexicano para tener esperanza y muchas cosas, al igual que muchos pueblos originarios que hay en el país. En sí yo no considero a Oaxaca como un estado pobre, tuve la oportunidad de ir a trabajar con personas de otros estados y dicen que Oaxaca tiene todo, tiene las personas, tiene pensadores, hacen movimientos, tienen la cultura de la ayuda mutua y no de sobresalir, se prestan los terrenos. Yo siempre veo en mi comunidad que se quita la idea de lo económico y tienes el gusto de no trabajar para nadie, hacer la mano vuelta, trabajan 20 personas en tu parcela y no te preocupas en cuanto te va a salir, sabes que lo pagas en mano de obra. Oaxaca es una reserva de cultura e historia para el resto del país y del mundo, no sé como estén en otras partes donde supuestamente hay países avanzados. 

Una vez vino un gringo a ver cómo vivíamos y después de estar unos días me dijo “de qué viven aquí” y yo de broma le dije que producíamos oro. Él se quedó con unos ojos brillantes pensando solo en el oro, ya después entendió que era broma. Vivimos de esa originalidad que todavía se vive en Oaxaca, no en términos materiales, sino mostrarle al mundo que es más importante la vida comunitaria o con entorno social que es parte de nuestra vida, es de presumir que Oaxaca preserva las culturas, y las vivimos, porque aquí nosotros lo vivimos normal y cotidianamente, también tenemos diversas formas de organización. 

¿Con qué sueña Leo?

Como padre de Azael y Mitsy, sueño que tengan una vida libre, que escojan su vida y no se tengan que atar a un sistema para vivir bien. Aquí en mi cotidianidad podemos vivir como se nos venga y nos adaptamos a eso, pero ojalá que las futuras generaciones también la tengan, la libertad de trabajar la tierra y vivir la vida libre. 

Mis temores siempre han sido las ideas de las privatizaciones y todo eso, porque es una red de políticos que ambicionan algo mayor y quieren comprar todo con dinero. Yo quiero que mis hijos puedan vivir esta vida que yo vivo. A veces nos malpasamos económicamente pero el sentido de la vida debe ser libre de vivir, libre de elegir y libre de terminar como lo quiera sentir uno. Que nadie nos condicione, cada uno con su trabajo y pensamiento puede crear riqueza en comunidad. Aquí la costumbre y la cultura tendría que ser reforzada y pensada en ámbitos familiares y comunitarios, mi preocupación a veces no es de lo que venga de fuera, sino también lo que creemos en casa, he visto valores que se han perdido en familias que no se tendrían que perder, el respeto mutuo, el respeto a la tierra y el respeto a uno mismo, lo que en mixe llamamos wïntsë’jkii’ny. Hay decisiones que a uno mismo le perjudican. Por eso el respeto y el valor no se deben olvidar, no debemos olvidar que somos personas que respiramos, nos alimentamos y que tomamos agua, esa es la esencia de la vida, hay muchas cosas que le damos prioridad y no realmente a lo que nos hace existir. 

 El objetivo de esta vida es ser feliz y siento que si nos metemos en esta rutina de lo material nunca vamos a ser felices porque nos metemos en un círculo que no vemos como personas que somos, siempre es algo que trato de decir a las personas con las que platico. La vida nos dio lugares donde debemos estar y es donde nos acostumbramos a ver nuestro entorno social, a convivir y a pasarla bien. En esta pandemia ninguna de las cosas materiales ha sido la salvación, se espera la vacuna, pero quién sabe si sea cierto. Mientras vivamos feliz y tengamos algo que comer en la mesa, con eso sobrevivimos y mientras tengamos firme nuestro pensar, con eso es suficiente. La naturaleza es la que define. 

Sobre Agileo Vásquez Gutiérrez

Participación de Agileo en el Foro la Situación Alimentaria en México y Oaxaca. Retos y Perspectivas, realizado en la Ciudad de Oaxaca. Su participación se da como productor, transformador y consumidor de amaranto de la región Mixe, en Oaxaca, fundador de Productos Nutritivos de Amaranto (PRONA).

Agileo fue organizador y participante del Cruce de Caminos entre el pueblo Ayuujk y el pueblo Rarámuri.

Texto escrito por Agileo titulado “Tejiendo la Cultura Mixe” a través de la pintura, una crónica del diario vivir y los sucesos de su entorno, como la cosmovisión, la siembra del maíz, la muerte, etc. Son temas abordados por el pintor mixe Ángel Vásquez Martínez.

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