Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 23 de febrero del 2021.

HISTORIA EN BREVE

  • Las personas que comieron queso todos los días tuvieron mejores puntuaciones de inteligencia fluida, mientras que el vino tinto y la carne de borrego también mostraron tener un efecto beneficioso
  • Los investigadores concluyeron que hacer algunos cambios en su alimentación podría minimizar el deterioro cognitivo y que incorporar alimentos como queso, productos de borrego y vino tinto podría mejorar función cognitiva a largo plazo
  • El queso natural proporciona grasas, proteínas, vitaminas, minerales y aminoácidos que refuerzan su salud cerebral y en general, además el queso sin pasteurizar de animales de pastoreo es uno de los alimentos más nutritivos

Lo que come tiene un impacto en su salud cerebral, incluso puede influir en su función cognitiva a largo plazo. De hecho, un estudio que involucró a 1787 personas, reveló que de los 49 alimentos que se analizaron, el queso fue “por mucho”, el alimento con mayor efecto sobre los problemas cognitivos relacionados con la edad.

Durante años, el queso recibió muy mala reputación debido a su contenido de grasas insaturadas, cuando la realidad es que se trata de un alimento entero que proporciona valiosos nutrientes de los cuales muchas personas carecen, como vitaminas y grasas saludables. Tal y como lo demuestra este estudio, comer queso todos los días podría ser la forma más sencilla de reforzar su salud cerebral, incluso en personas de edad avanzada.

Comer queso todos los días refuerza su salud cerebral

Investigadores de la Universidad Estatal de Iowa midieron lo que se conoce como inteligencia fluida (IF) de los participantes, que tenían entre 46 y 77 años edad al momento del estudio. La inteligencia fluida se define como la capacidad de resolver problemas nuevos o usar la lógica en situaciones de las que no se tenía conocimiento.

Las investigaciones sugieren que la pérdida de inteligencia fluida que experimentan las personas de edad avanzada se relaciona con un mayor riesgo de Alzheimer, sin embargo, hacer algunos cambios en su alimentación podrían ayudarlo a controlar este problema.

El estudio evaluó el consumo auto-reportado de 49 alimentos, que incluyeron frutas, verduras, pescado, carne, pan, café y vino, el cual que se comparó con las trayectorias de inteligencia fluida de los participantes, algunos de los cuales tenían antecedentes familiares de la enfermedad de Alzheimer, mientras que otros no.

Las personas que comieron queso todos los días tuvieron mejores puntuaciones de inteligencia fluida, mientras que el vino tinto y la carne de borrego también mostraron tener un efecto beneficioso Consumir productos de borrego también tuvo un impacto positivo en los resultados de IF La autora del estudio, Auriel Willette, profesora asistente de ciencia de los alimentos y nutrición humana, dijo en un comunicado de prensa:

“Me sorprendió gratamente que nuestros resultados sugirieran que comer queso y beber vino tinto todos los días, de forma responsable, no solo ayuda a combatir la pandemia de COVID-19, sino que también podría ayudar mantener nuestro cerebro en óptimas condiciones con el fin de enfrentar los problemas de la vida diaria con mayor facilidad.

Aunque aún se necesitan más ensayos clínicos aleatorizados para determinar si implementar estos simples cambios en nuestra alimentación podría producir estos beneficios significativos en nuestros cerebros”.

Los investigadores concluyeron que hacer algunos cambios en su alimentación podría minimizar el deterioro cognitivo y que incorporar alimentos como queso, productos de borrego y vino tinto podría mejorar función cognitiva a largo plazo. El autor del estudio Brandon Klinedinst, un Ph.D. en neurociencia. candidato en el estado de Iowa, mencionó los importantes beneficios que puede producir la alimentación en la salud cerebral:

“Dependiendo de sus factores genéticos, algunas personas parecen tener mayor protección contra los efectos de la enfermedad de Alzheimer, mientras que otras parecen tener un mayor riesgo. Dicho esto, creo que consumir los alimentos correctos podría ayudar a prevenir esta enfermedad y el deterioro cognitivo por completo.

Quizás la solución milagrosa que hemos estado buscando es simplemente, comer mejor. Y saber lo que eso implica nos ayuda a entender mejor esta enfermedad para poder invertir su trayectoria”.

El queso podría ayudar a proteger su cerebro

Aunque muchas personas no lo saben, el queso es un alimento que refuerza la salud cerebral. Por ejemplo, consumir queso fermentado con moho, como camembert, durante tres meses tuvo efectos beneficiosos en los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) en mujeres de edad avanzada con deterioro cognitivo leve.

El BDNF está muy involucrado en el crecimiento y la supervivencia de las células nerviosas, y los niveles bajos de BDNF se relacionan con el desarrollo de la demencia y Alzheimer, así como con otros trastornos cerebrales como Parkinson, enfermedad de Huntington y esquizofrenia.

Los péptidos bioactivos que se producen en la fermentación de la leche durante el proceso de elaboración del queso también pueden tener propiedades antioxidantes que ayudan a mejorar la capacidad cognitiva.

Un estudio con animales demostró que consumir queso camembert previene el Alzheimer, y se cree que los lactopéptidos en los productos lácteos fermentados pueden mejorar la función de la memoria y el deterioro cognitivo. Cuando los investigadores seleccionaron los péptidos que se producen de las proteínas de suero durante la fabricación de queso, descubrieron que los péptidos que contienen Trp-Tyr (WY) mejoran la función de la memoria en ratones.

Al inhibir la actividad de la monoamino oxidasa B (MAO-B). Se ha sugerido que la MAO-B es un biomarcador de neuroinflamación en trastornos neurodegenerativos, por lo que tener niveles bajos podría prevenir el deterioro cognitivo relacionado con la edad. Otros estudios que también sugieren que consumir queso tiene un efecto protector en el cerebro, incluyen:

  • En comparación con los participantes que no lo consumieron, consumir queso u otros productos lácteos una vez a la semana se relacionó con una mayor función cognitiva
  • En un seguimiento de 17 años en la población japonesa, se demostró que un mayor consumo de leche y productos lácteos redujo el riesgo de demencia, en especial Alzheimer
  • En el caso de hombres, un mayor consumo de productos lácteos se relacionó con una mejora significativa en la memoria a corto plazo

Razones para comer queso

El queso contiene nutrientes que producen beneficios en todo su cuerpo, como la poderosa tríada nutricional de calcio, vitamina D y vitamina K2, que unen sus fuerzas para transportar el calcio hacia los huesos, y mantenerlo lejos de sus arterias.

Aparte del natto, el queso tiene un alto contenido de menaquinona, sin embargo, los niveles varían según el tipo de queso. Los quesos holandeses como el gouda y el edam tienen concentraciones muy altas, al igual que los quesos franceses como el queso Munster.

Además de beneficiar la salud ósea, la vitamina K2 también refuerza la salud cardíaca. De hecho, las personas con los niveles más elevados de vitamina K2 tenían una probabilidad 52 % menor de experimentar calcificación severa en sus arterias y 57 % menor de morir de enfermedad cardíaca en un período de siete a 10 años.

Cuando come queso, también obtiene proteínas y aminoácidos de alta calidad, grasas omega-3, vitaminas y minerales, como calcio, zinc, fósforo, vitaminas A, D, B2 (riboflavina) y B12. Además de obtener los beneficios del CLA (ácido linoleico conjugado), que ayuda a combatir el cáncer, en especial cuando el queso proviene de animales de pastoreo.

El queso también lo protege de las enfermedades crónicas

Los nutrientes del queso ayudan a producir efectos en todo el cuerpo que, a su vez, previenen las enfermedades crónicas, incluso las que involucran el cerebro. En un estudio reciente publicado en BMJ Open Diabetes Research and Care, los investigadores observaron que las personas que consumían al menos dos porciones de productos lácteos al día tenían un menor riesgo de hipertensión arterial y diabetes tipo 2. Además, tenían menor riesgo de síndrome metabólico.

“Cada vez más evidencia sugiere que los productos lácteos, en especial los lácteos enteros y los fermentados (por ejemplo, queso o yogur), pueden influir en diversas vías y tener efectos metabólicos favorables”, explicaron los investigadores. Esta es otra forma en que el queso puede producir efectos neuroprotectores, ya que enfermedades como la diabetes afectan la salud del cerebro. La diabetes incluso envejece su cerebro unos cinco años más rápido de lo normal.

También se ha encontrado una relación inversa entre la cantidad de productos lácteos fermentados que consume al día y el desarrollo de las enfermedades cardíacas. Por ejemplo, en un estudio, aquellos que tenían el mayor consumo de productos lácteos fermentados tenían un riesgo 27 % menor de enfermedad cardíaca.

Mientras que un mayor consumo de queso también se relacionó con un menor riesgo de enfermedad cardíaca. Al escribir en el British Journal of Nutrition, los investigadores señalaron que los productos lácteos no deberían discriminarse por su contenido de grasas, al contrario, deberían formar parte fundamental de la alimentación, además afirmaron que:

“Con base en los estudios experimentales y prospectivos que se han realizado hasta la fecha, parece factible que los procesos de fabricación, como la fermentación, puedan influir en cómo los diferentes productos lácteos afectan el desarrollo de las ECV [enfermedades cardiovasculares].

El proceso de fermentación incluye incorporar bacterias vivas en los alimentos lácteos, las cuales pueden actuar como probióticos y producir múltiples beneficios cardiometabólicos. Algunas de estas bacterias, que se utilizan, por ejemplo, en la elaboración de queso, también producen la vitamina K2, que se relaciona con un menor riesgo de cardiopatía coronaria [enfermedad coronaria]”.

Los beneficios dependen del tipo de queso que come

No todos los quesos son iguales, sobre todo si están muy procesados. El queso procesado no es un alimento saludable y debe evitarlo, mientras que el queso natural es un alimento entero, un producto lácteo fermentado simple que se produce con muy pocos ingredientes básicos: leche, cultivo iniciador, sal y una enzima llamada cuajo.

El queso natural puede identificarse por su etiqueta, que indicará el nombre de la variedad de queso, como “queso cheddar”, “queso azul” o “brie”, además de que este tipo de queso requiere refrigeración. Un queso de mayor calidad es el que proviene de animales de pastoreo, que se elabora con leche de vacas de pastoreo. Este tipo de productos ofrecen grandes beneficios, por lo que vale la pena optar por los productos de animales alimentados con pastura.

Para los amantes de la comida, los mejores tipos de queso pueden variar dependiendo de la temporada. Para quienes se preocupan por la salud, se ha demostrado que la leche de vacas de pastoreo contiene más nutrientes, incluyendo la vitamina E, betacaroteno y las grasas saludables omega-3 y CLA.

A nivel ambiental, los productos lácteos de animales de pastoreo también tienen un menor impacto ecológico en comparación con los productos lácteos que se producen en las operaciones concentradas de alimentación animal (CAFO). Puede encontrar productores de leche de animales de pastoreo que aún no han aprobado (o que no tiene la solvencia económica para hacerlo) el proceso de certificación orgánica del USDA. En ese caso, hable directamente con el granjero para averiguar cómo cría a sus animales.

También puede buscar el sello de la American Grassfed Association (AGA), una certificación con normas estrictas para los productos de carne y lácteos de animales de pastoreo, además también se recomienda que el queso sea sin pasteurizar porque este tipo de queso contiene enzimas naturales, por lo que es más nutritivo.

En general, el queso de animales de pastoreo es un alimento entero saludable que debe incluir en su alimentación porque protege su cerebro y refuerza su salud. Sin embargo, no es el único alimento beneficioso para su cerebro. Recuerde que, si quiere reforzar su función cognitiva, debe evitar todo tipo de comida rápida procesada y remplazarla con alimentos beneficiosos para el cerebro como pescado de agua fría, vegetales crucíferos, de hoja verde y huevos orgánicos de gallinas camperas.

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