Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 11 de febrero del 2021.

HISTORIA EN BREVE

  • Dado a que los plastificantes que se utilizan para empaquetar alimentos y productos de belleza no están bien mezclados se pueden filtrar fácilmente, según los estudios, la exposición a este tipo de sustancias químicas comienza desde la infancia
  • Consumir plástico puede alterar sus hormonas, por lo que puede causar problemas de salud como feminización en hombres, aborto espontáneo, infertilidad y niveles bajos de vitamina D
  • Considere implementar las medidas necesarias para minimizar su exposición, las cuales incluyen evitar envolturas y contenedores de plástico, sacudir y aspirar con frecuencia, utilizar bolsas de supermercado reutilizables y comer alimentos enteros, frescos y crudos

El Instituto Noruego de Salud Pública descubrió rastros de ochos plastificantes diferentes en el 90 % de las muestras de orina que tomaron entre 2016 y 2017. Los plastificantes son sustancias químicas incoloras e inodoras, que suelen estar compuestas de ftalatos. Se utilizan en el proceso de fabricación para cambiar la elasticidad de los materiales.

Los productos y componentes de plástico forman parte de la vida diaria de la mayoría de las personas. Se pueden encontrar en las cortinas de baño, recipientes para llevar y bolsas para almacenar, pero ¿sabía que la ropa, las tazas de café de papel, las bolsitas de té, el chicle y las colillas de cigarrillos también contienen plástico?

Oceana International compara el material plástico con un gato curioso, ya que ambos son muy escurridizos y llegan a lugares en los que no deberían estar. Los plásticos se pueden encontrar en el agua de mar, la sal de mar, el estómago de las especies marinas, e incluso en el agua potable. En 2014, un estudio encontró rastros de plástico en 24 marcas de cerveza diferentes.

En 2010, cuando comenzó a surgir evidencia y la comunidad científica reconoció los efectos negativos que produce el bisfenol-A (BPA) en la salud, Harvard News citó a Karin Michels, profesora asociada de epidemiología de Harvard:

“El escenario más escalofriante sería que un día descubramos que muchos de nuestros trastornos actuales, incluyendo la infertilidad y el cáncer, podrían ser causados por la exposición acumulativa al bisfenol A. Pero para entonces, los niveles serán tan elevados que ya será demasiado tarde para revertir sus efectos. Se podría decir lo mismo de otras sustancias, pero en este momento, el bisfenol A es una de las amenazas más grandes”.

Según los datos de una investigación reciente, ya dimos el primer paso rumbo a ese escalofriante escenario, ya que el uso generalizado de plástico y plastificantes ha dado lugar a este tipo de exposición tanto en adultos como en niños.

En el 90 % de las personas analizadas se encontró rastros de sustancias químicas plastificantes

Los datos que publicó el Instituto Noruego de Salud Pública formaron parte del proyecto EuroMix, que tenía como objetivo identificar métodos de evaluación de riesgos para la exposición a múltiples sustancias químicas a través de técnicas propuestas por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea.

Su objetivo es proporcionar datos que ayuden a perfeccionar la evaluación de riesgos para la seguridad alimentaria y la salud pública, así como proporcionar información relevante a la industria y los organismos reguladores. En un estudio reciente, un equipo analizó la orina de 44 hombres y 100 mujeres que residían en Noruega.

Los primeros hallazgos demuestran la presencia de sustancias químicas, pero se necesita una evaluación adicional para definir la cantidad que se encontró en cada individuo. Los científicos midieron tres grupos de sustancias químicas, que incluyeron plastificantes, bisfenoles y parabenos. Los datos revelaron rastros de ocho plastificantes diferentes en el 90 % de las personas analizadas.

Los plastificantes se encuentran en los productos plásticos y pueden filtrarse del empaque al producto. También se encuentran en productos de belleza, como crema de manos, pasta de dientes, productos de afeitado y jabón corporal. Además de los ftalatos, el 90 % de las muestras de orina dieron positivo en bisfenol-A y triclosán. De manera curiosa, los investigadores encontraron que el nivel de bisfenol en la orina se relacionó positivamente con el consumo de pan, grasas comestibles y una variedad de bebidas.

Casi el 50 % de las muestras de orina tenían rastros de parabenos, aunque se encontró con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. Y aunque los parabenos suelen utilizarse como conservadores en los alimentos, también se pueden encontrar en productos de belleza.

Los científicos creen que la cantidad de sustancias químicas encontradas fue menor a la que se esperaría encontrar en la población general, ya que los participantes no eran representativos del público noruego en general; por ejemplo, ninguno de los participantes fumaba y todos tenían educación superior. Trine Husøy dirigió el proyecto de investigación de EuroMix y habló para una agencia de noticias noruega sobre los hallazgos:

“Es preocupante encontrar tantas sustancias químicas en la orina de diferentes personas. A diferencia de las sustancias naturales, algunas sustancias sintéticas pueden acumularse en la cadena alimentaria y muchas de ellas son muy peligrosas para nuestra salud. Investigaremos esto más a fondo.

Los productos que permanecen en la piel suelen contribuir más que los productos que se lavan. Los alimentos en empaques de plástico contendrán más plastificantes”.

Un bocado de ftalatos en cada comida

Dado que lo químicos no están bien mezclados, cuando se usan pueden filtrarse y disiparse en fácilmente en el entorno, incluyendo el agua potable y los alimentos. Ha notado que con el tiempo los plásticos que eran flexibles se ponen duros.

Eso se debe a que los plastificantes se desintegran y con el tiempo cambian la composición química del producto. Aunque el Programa Nacional de Toxicología “considera a los ftalatos como carcinógenos humanos”, las normas y política de los plásticos han permitido que permanezcan en muchos de los productos de uso cotidiano.

Un estudio tuvo como objetivo evaluar su riesgo de exposición a los ftalatos de los alimentos. Los investigadores analizaron los hábitos y metabolitos urinarios de 8 877 participantes de seis años de edad en adelante y descubrieron que en comparación con aquellos que no comían en restaurantes de comida rápida, los que sí lo hacían tenían una mayor excreción de di (2-etilhexil) ftalato (DEHP) y diisononilftalato (DiNP).

Este estudio evaluó la exposición de los participantes y no los posibles efectos en la salud, y encontró que había una relación dependiente de la dosis entre la cantidad de comida rápida que consumían y el nivel de ftalatos en los metabolitos urinarios.

Curiosamente, cuando los científicos evaluaron el tipo de ftalatos absorbidos, encontraron que los participantes que comían más condimentos, papas y vegetales en su comida rápida tenían mayores niveles de DEHP, y aquellos que comían más carne y granos tenían mayores niveles de metabolitos DiNP.

Si los plastificantes y otras sustancias químicas plásticas que se filtran en sus alimentos no le parecen suficientes, entonces tal vez le gustaría considerar comer alimentos hechos de plástico. La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés) donó a la Universidad Estatal de Iowa y sus socios una cantidad de $ 2.7 millones de dólares, para desarrollar un proceso para fabricar alimentos hechos con desechos de plástico y papel. Lo que pretenden es darle este “alimento” a todo el personal militar con el fin de mejorar la logística de las misiones extendidas.

Se estima que la donación total podría llegar a $ 7.8 millones de dólares antes de que finalice el proyecto. Aunque la intención inicial es alimentar al personal militar, es posible que no pase mucho tiempo antes de que se proponga un sistema de este tipo como un medio para proporcionar alimentos económicos a otra parte de la población.

Como se explica en el comunicado de prensa de la Universidad Estatal de Iowa, el proceso podría “recorrer un largo camino para solucionar los problemas inminentes que buscan eliminar el plástico y mejorar la cadena alimentaria global”.

Las partículas de plástico se pueden comenzar a ingerir desde la infancia

En 2018, la industria de los biberones a nivel mundial, se valoró en unos $ 2.6 mil millones de dólares y el segmento plástico representó el 44.1 % de la participación total. Si actualmente su bebé utiliza biberón, considere una variedad de vidrio, ya que las investigaciones han demostrado que los microplásticos podrían filtrarse del biberón al contenido.

Para recopilar esta información, los científicos utilizaron botellas de polipropileno nuevas, limpias y esterilizadas llenas de agua. Después de agitar las botellas durante un minuto, analizaron el contenido y descubrieron que el agua contenía microplásticos que se habían filtrado de la botella, a veces a un nivel de hasta 16 millones de partículas de plástico por litro.

La cifra promedio de botellas analizadas alcanzó los 4 millones de partículas por cada litro de agua. Estas son partículas microplásticas que terminan en la comida de su bebé. Los investigadores predicen que, en todo el mundo, los bebés de hasta 12 meses pueden estar expuestos de 14 600 a 4.55 millones de partículas microplásticas todos los días.

En el estudio, los investigadores utilizaron agua purificada y no agua potable estándar. Dado que el agua potable estándar también contiene microplásticos, esto significa que es posible que la cantidad total sea aún mayor.

En un análisis de la literatura en el que se calculó la cantidad de plástico que consume una persona promedio, los investigadores estimaron que, la persona promedio consume diariamente 1 769 partículas de plástico del agua del grifo. En Estados Unidos el 94.4 % de las muestras de agua del grifo contenían fibras de plástico, en comparación con el 82.4 % de las muestras de la India y el 72.2 % de las de Europa.

Problemas de salud relacionados con los disruptores hormonales

Los científicos reconocen que los efectos que producen los plásticos y las sustancias químicas en la salud pueden ser directos e indirectos. Muchos de los efectos en la salud que se le atribuyen al BPA (cientos de estudios en animales han relacionado el BPA con el desarrollo anormal del cerebro, las mamas y la próstata) podrían relacionarse con el hecho de que es una hormona sintética que imita al estrógeno, al igual que los ftalatos.

Los ftalatos son poderosos disruptores hormonales capaces de hacer que los machos de muchas especies desarrollen características femeninas. Se llegó a esta conclusión después de una evaluación del daño a la salud reproductiva de la vida silvestre, pero los resultados también son relevantes para los humanos, debido a que tienen receptores de hormonas sexuales similares.

Al alterar el sistema endocrino de especies animales como ballenas, ciervos, nutrias y osos, entre otros, los ftalatos podrían causar cáncer testicular, bajo recuento de espermatozoides, malformación genital e infertilidad.

American Chemical Society publicó un estudio que descubrió que las mujeres embarazadas que se expusieron a los ftalatos de los empaques de alimentos, productos de belleza y otros tuvieron mayor riesgo de aborto espontáneo entre las semanas 5 y 13 de su embarazo.

Un equipo de investigación de la Universidad de Columbia encontró que las mujeres con niveles elevados tenían bebés con mayor riesgo de desarrollar asma entre los 5 y los 11 años. Los investigadores se vieron obligados a comparar a las mujeres con mayores y menores niveles de ftalatos porque no encontraron una sola mujer que no tuviera rastro de ftalatos.

La exposición durante el embarazo también puede alterar la producción de hormonas tiroideas en el feto, que son fundamentales para un desarrollo adecuado durante el primer trimestre. Las mujeres con niveles elevados de DEHP durante el embarazo tenían el doble de riesgo de que un niño varón desarrollara un hidrocele, una acumulación de líquido en el escroto que aumenta el tamaño del escroto y causa malestar.

Los adultos también experimentan los efectos negativos de los ftalatos en el cuerpo, los cuales incluyen menor nivel de vitamina D con un mayor consumo de ftalatos. Los niveles bajos de vitamina D están relacionados con muchos problemas de salud, que incluyen depresión, deterioro cognitivo en adultos mayores, migrañas crónicas y malos resultados a causa de una infección por COVID-19.

Consejos para reducir el uso de sustancias químicas tóxicas

Cuando consideramos que las investigaciones confirman que los estrógenos ambientales afectan a muchas generaciones, es importante tomar medidas proactivas para limitar nuestra exposición. Esto es muy importante para las personas más jóvenes que acumulan una mayor contaminación plástica con los años y que pueden ser más vulnerables a sus efectos durante el desarrollo.

Aunque es casi imposible evitar todas las fuentes, es posible minimizar la exposición con algunos principios esenciales. Inicie este proceso de manera paulatina hasta que forme parte de su vida para que sea más sencillo mantenerlo.

Evite los envases y envolturas de plástico para alimentos y productos de cuidado personal. Guarde sus alimentos y bebidas en contenedores de vidrio.
Evite darles a sus hijos juguetes de plástico. Deles juguetes hechos de sustancias naturales, como de madera o materiales orgánicos.
Consulte las etiquetas de sus productos cosméticos con el fin de evitar los ftalatos.
Evite los productos etiquetados con “fragancias” ya que esta expresión podría incluir ftalatos que por lo general son utilizados para estabilizar el aroma y alargar la vida útil del producto.
Cuando busque loncheras, mochilas o contenedores, lea la etiqueta y compre productos que no contienen PVC.
No meta los contenedores de plástico al microondas, ni los cubra con envolturas de plástico.
Sacuda las ventanas, paredes, piso y muebles ya que podrían contener ftalatos debido a que las sustancias químicas se pegan al polvo del piso y los niños podrían ingerirlas.
Pregunte al farmacólogo si las pastillas que le recetaron están cubiertas para controlar su disolución, ya que la envoltura de las pastillas podría contener ftalatos.
Consuma alimentos crudos y frescos. Los alimentos que vienen en paquetes de plástico pueden contener ftalatos.
Utilice biberones de vidrio en lugar de plástico. De ser posible, elija la lactancia materna durante el primer año de vida para evitar el plástico de los chupones y los biberones.
Saque las frutas y verduras de las bolsas de plástico inmediatamente después de llegar a casa del supermercado y lávelas antes de guardarlas; como alternativa, puede utilizar bolsas de tela para guardar sus compras.
Los recibos de las compras son impresos con calor y a menudo contienen BPA. Trate de no tocar estos recibos y solicíteles que cambien a recibos sin BPA.
Utilice productos naturales para la limpieza de su hogar, o haga los suyos.
Reemplace los productos de higiene femenina con alternativas más seguras.
Evite los suavizantes de ropa, toallitas para secadora. También puede hacer sus propios productos para reducir la electricidad estática.
Analice el agua del grifo de su casa para verificar que no contenga contaminantes y si es necesario filtre el agua.
Enséñeles a sus hijos a no tomar agua de la manguera del jardín, ya que están hechas con plastificantes como ftalatos.
Utilice bolsas reutilizables cuando vaya a comprar sus víveres.
Lleve su propio recipiente para las sobras de los restaurantes. Evita los utensilios y popotes desechables.
Lleve su taza de café y botella de agua potable en envases de vidrio de su casa, en lugar de comprar agua embotellada.
Considere cambiar a cepillos de dientes de bambú y cepillarse los dientes con aceite de coco y bicarbonato de sodio para evitar los tubos plásticos de las pasta dentales.
A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.