Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 06 de febrero del 2021.

HISTORIA EN BREVE

  • Las pruebas recomendadas por la OMS solían establecerse en 45 CT, pero durante mucho tiempo el consenso científico ha establecido que cualquier valor superior a 35 CT inválida la prueba, ya que la precisión será de tan solo 3 % y el 97 % serán falsos positivos
  • Si no fuera por la influencia que ejercen el Consejo de Relaciones Exteriores, el Grupo Bilderberg y la Comisión Trilateral sobre los medios de comunicación, la “casodemia” habría desaparecido hace mucho tiempo
  • La mayor parte de la cobertura internacional en los medios de comunicación occidentales la dirigen solo tres agencias de noticias globales, The Associated Press (AP), Reuters y Agence France-Presse (AFP)
  • Estas tres agencias internacionales de noticias tienen tanta influencia en los medios de comunicación occidentales que todos presentan las mismas noticias, incluso con las mismas palabras. Los gobiernos, los servicios militares y de inteligencia también utilizan estas agencias de noticias como multiplicadores para difundir y reforzar una narrativa específica

De ahora en adelante, los casos de COVID-19 comenzarán a disminuir de manera significativa y la razón es simple. La Organización Mundial de la Salud (OMS) redujo el valor del umbral del ciclo (CT) de PCR, lo que garantiza que el número de “casos”, es decir, los resultados positivos de la prueba de PCR, disminuirán de forma significativa.

Durante meses, expertos han advertido que el COVID-19 no es una pandemia viral sino una “casodemia” o pandemia de falsos positivos en las pruebas, la cual ha sido provocada por el hecho de que los laboratorios han estado utilizando un CT demasiado alto.

Las pruebas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud solían establecerse en 45 ciclos, pero durante mucho tiempo el consenso científico ha establecido que cualquier valor superior a 35 CT inválida la prueba, ya que la precisión será de tan solo 3 % y el 97 % serán falsos positivos.

Pero la pregunta es, ¿por qué tardaron tanto en corregir un problema que ya se había reconocido? Además, esto fomentó la idea equivocada de que las personas asintomáticas representaban una amenaza de salud y que debían ponerse en cuarentena. Stacey Lennox, ex directora de Fortune 500 y profesional de la salud, informó en una columna de PJ Media lo siguiente:

“En agosto del año pasado, The New York Times publicó un artículo que indicaba que hasta el 90 % de las pruebas de COVID-19 en tres estados no eran indicativas de una enfermedad activa. En otras palabras, estaban recogiendo residuos virales incapaces de causar una infección o de transmitirse, ya que el umbral del ciclo (CT) de la prueba de PCR amplificó la muestra demasiadas veces…

Poco antes de que se publicara el artículo del New York Times, los CDC revisaron sus recomendaciones para la prueba de COVID-19 y declararon que solo los pacientes sintomáticos deberían realizarse la prueba.

Los medios de comunicación se volvieron locos y el Dr. Fauci comenzó a aparecer en todos los canales de televisión para decir… “Me preocupa la interpretación de estas recomendaciones y me preocupa que le dé a la gente la idea errónea de que la propagación asintomática no representa un problema grave. Cuando sí lo es.”

Después, las directrices volvieron a establecer que todos debían hacerse la prueba, todo el tiempo, con una prueba muy sensible. Sin embargo, esta declaración de que la propagación asintomática representaba un problema grave solo fue una de las muchas mentiras que dijo el Dr. Fauci…”

Reducir el valor de CT también reduce el número de casos

La actualización que realizó la OMS el 20 de enero de 2021, señala que una prueba de PCR positiva por sí sola no equivale a una infección, que el “umbral de PCR (CT) que se requiere para detectar el virus es inversamente proporcional a la carga viral del paciente” y que cuando los síntomas del paciente no coinciden con el resultado de la prueba se debe volver a analizar con la misma o con una prueba diferente.

En otras palabras, si no tiene síntomas, es poco probable que una prueba positiva con un valor elevado de CT indique una infección activa. Lo más probable es que no se enferme y que no transmita la enfermedad. Considerar los síntomas del paciente debió haber sido la práctica de rutina desde el principio y el valor de CT debió actualizarse desde hace meses. Pero simplemente no era la más conveniente para la narrativa geopolítica.

El 7 de enero de 2021, el Departamento de Salud de Kansas también redujo de 42 a 35 el valor de CT para sus pruebas de COVID-19. Y aunque no se sabe si los laboratorios privados en el estado hicieron lo mismo, la tendencia de “casos” en Kansas comenzó a disminuir de un promedio diario de 2752 a 1795.

Los medios de comunicación han ayudado a crear una narrativa falsa sobre la pandemia

La tecnocracia estatal fue capaz de engañar a las masas. Y lo logró con ayuda de los medios de comunicación. Si los principales medios de comunicación no difundieran información engañosa todos los días (por ejemplo, datos de casos y de mortalidad todo el tiempo), nada de esto habría sido posible.

El Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) es uno de los protagonistas del “Gran Reinicio”. Como explica Swiss Policy Research, “En gran parte, sin que el público en general lo sepa, los ejecutivos y los principales periodistas de casi todos los medios de comunicación de Estados Unidos han sido miembros del influyente Consejo de Relaciones Exteriores”.

No debe confundirse con el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos o con el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, el CFR es un grupo de expertos sin fines de lucro, cuyos más de 5000 miembros también incluyen presidentes actuales y previos, políticos, secretarios de estado, directores de la CIA, banqueros, abogados, profesores académicos y líderes corporativos, solo por nombrar algunos.

El CFR también opera el Programa de Estudios David Rockefeller, que a su vez asesora a la Casa Blanca en asuntos de política exterior. En general, el CFR ejerce un gran poder e influencia sobre la Casa Blanca de Estados Unidos y sus políticas. De acuerdo con el reporte de Swiss Policy Research:

“En su famoso artículo sobre ‘The American Establishment’, el columnista político Richard H. Rovere señaló: “Los directores del CFR forman una especie de Presídium para esa parte del grupo de poder que guía nuestro destino como nación…

Rara vez falla en conseguir que uno de sus miembros, o al menos uno de sus aliados, entre en la Casa Blanca. De hecho, en general, se puede ver que ambos nominados se consideran aceptables para el grupo”. No fue hasta las elecciones de 2016 que el Consejo no logró su objetivo”.

La sincronización de noticias falsas

El CFR tiene dos afiliados internacionales: el Grupo Bilderberg y la Comisión Trilateral. Como explica Swiss Policy Research, ambos grupos fueron establecidos por líderes del CFR “para fomentar la cooperación de élite a nivel mundial”.

Los nombres conocidos en el grupo Trilateral en Estados Unidos incluyen a David Rockefeller, Henry Kissinger, Michael Bloomberg, Eric Schmidt y Susan Molinari, vicepresidenta de políticas públicas de Google. Muchos de los miembros también forman parte del Instituto Aspen, que prepara y asesora a ejecutivos de todo el mundo sobre los aspectos de la globalización.

Como se señaló en el artículo de Swiss Policy Research, titulado “The Propaganda Multiplier”:

“Es uno de los aspectos más importantes de nuestro sistema de medios de comunicación y, sin embargo, el público apenas los conoce: la mayor parte de la cobertura internacional en los medios de comunicación occidentales la proporcionan solo tres agencias de noticias globales [Associated Press (AP), Reuters y Agence France -Presse (AFP)] con sede en Nueva York, Londres y París.

Estas tres agencias internacionales de noticias tienen tanta influencia en los medios de comunicación occidentales que todos presentan las mismas noticias, incluso con las mismas palabras. Además, los gobiernos, los servicios militares y de inteligencia también utilizan estas agencias de noticias como multiplicadores para difundir y reforzar su mensaje alrededor del mundo.

Un estudio de la cobertura de la guerra en Siria que realizaron nueve importantes periódicos europeos ilustra claramente estos problemas: el 78 % de todos los artículos se basaron total o parcialmente en reportes de agencias… 0 % en investigaciones a fondo. Además, el 82 % de todos los artículos de opinión y entrevistas estaban a favor de una intervención de Estados Unidos y la OTAN, mientras que la propaganda se atribuía exclusivamente al lado opuesto”.

La “prensa libre” está lejos de ser independiente

A menos que estas agencias de noticias así lo deseen, es poco probable que los medios nacionales y locales informen sobre un evento. Incluso las fotos y los videos suelen obtenerse directamente de estas agencias de noticias globales. De esta manera, la gente escucha, ve y lee exactamente el mismo mensaje en todas partes.

“Esta dependencia de las agencias globales crea una sorprendente similitud en los informes internacionales: desde Viena hasta Washington, nuestros medios de comunicación suelen informar sobre los mismos temas y algunas veces hasta utilizan las mismas frases, en estados autoritarios a este fenómeno se le conoce como ‘medios controlados'”, escribe Swiss Policy Research.

Incluso los medios de comunicación que tienen corresponsales extranjeros en su nómina no esperan que esos corresponsales realicen investigaciones independientes. Ellos también reportan lo que estas tres grandes agencias de noticias quieren que se informe y desde el ángulo que ellos decidan. El resultado es una especie de cámara de eco que solo muestra un lado de la historia.

Como era de esperarse, todo este círculo se convierte en la máquina de propaganda perfecta. Como señaló Swiss Policy Research, “Debido al bajo desempeño periodístico de los principales medios de comunicación y su alta dependencia de algunas agencias de noticias, es fácil para las partes interesadas difundir propaganda y desinformación en un formato supuestamente respetable para una audiencia mundial.” Los ministerios militares y de defensa lo saben muy bien y lo utilizan con regularidad.

Este círculo nos lleva de vuelta a la OMS

Ya hemos mencionado tres organizaciones clave que están involucradas en crear y promover la agenda del “Gran Reinicio”: el CFR, la Comisión Trilateral y el Grupo Bilderberg. La OMS, que actúa como la rama médica de la ONU, también juega un papel central en este plan tecnocrático, lo que nos lleva de vuelta al punto de partida de este artículo.

Su papel en la agenda del “Gran Reinicio” es la razón por la que no creo que sea una simple coincidencia que la repentina decisión de la OMS de cambiar la forma en que diagnosticamos los casos de COVID-19 se hiciera pública el mismo día de la toma de posesión del presidente Biden. Me parece demasiado conveniente. Otra pista: una de las primeras cosas que hizo Biden cuando asumió el cargo fue regresar a Estados Unidos a la OMS.

La Fundación Bill y Melinda Gates se convirtió en el mayor financiador de la OMS cuando a mediados de abril de 2020 la administración de Trump detuvo la financiación, hasta que la Casa Blanca realizara una revisión sobre el manejo de la OMS de la pandemia de COVID-19.

La Alianza GAVI, una asociación entre Gates y las grandes farmacéuticas con el objetivo declarado de resolver los problemas de salud global a través de vacunas, también es uno de los principales donantes de la OMS y una de las principales iniciativas del Foro Económico Mundial, del que hablaré en la siguiente sección.

Foro Económico Mundial

Ningún organigrama estatal está completo sin el Foro Económico Mundial, que actúa como la rama social y económica de la ONU y es la organización sede de la conferencia anual de multimillonarios en Davos, Suiza.

El Foro Económico Mundial fue fundado por Klaus Schwab, quien también escribió los libros “The Fourth Industrial Revolution” (2016), “Shaping the Fourth Industrial Revolution” (2018) y “COVID-19: The Great Reset.”

El Foro Económico Mundial es un conglomerado de las empresas más grandes y poderosas del mundo, todas las cuales están ayudando a promover la agenda tecnocrática. Las cuales incluyen:

  • Microsoft, que convirtió a Bill Gates en multimillonario
  • MasterCard, que lidera la carga globalista para desarrollar identificaciones digitales y servicios bancarios
  • Google, el principal recopilador de la información más importante a nivel mundial y líder en servicios de inteligencia artificial
  • Fundaciones creadas por las personas más ricas del mundo como la Fundación Rockefeller, el Fondo Rockefeller Brothers, la Fundación Ford, Bloomberg Philanthropies, la Fundación de las Naciones Unidas y la Fundación Open Society de George Soros

Al analizar quién está detrás del Foro Económico Mundial y la OMS, nos daremos cuenta de que son las mismas personas ricas, sus empresas y fundaciones que, aunque afirman estar trabajando por una sociedad más equitativa y un planeta más saludable, en realidad solo están tratando de centralizar el lucro y el poder.

Aunque le cambien el nombre sigue siendo tecnocracia

En los últimos años, estas y otras organizaciones han utilizado diferentes términos para referirse a lo mismo, la tecnocracia. Algunos ejemplos incluyen:

El Gran Reinicio La Cuarta Revolución Industrial
“Una Mejor Reconstrucción” Desarrollo Sostenible
Agenda 21 La Agenda 2030
La Nueva Agenda Urbana Economía Ecológica
Green New Deal El Acuerdo Climático de París y el movimiento de calentamiento global en general

Todos estos se refieren y son parte de la tecnocracia y de su economía basada en recursos. Su objetivo común es capturar la propiedad de todos los recursos del mundo para un pequeño grupo de élite global que tiene el conocimiento para programar los sistemas informáticos que, en última instancia, dictarán la vida de todos.

Lo que realmente buscan es la forma máxima de totalitarismo. Cuando hablan de “redistribución de la riqueza”, a lo que en realidad se refieren es a la redistribución de recursos de nosotros a ellos, y ese es precisamente el tipo de transferencia de riqueza que promovió la “casodemia” del COVID-19.

Durante casi un año, nos hicieron pensar que millones de personas morirían si no cambiábamos por completo nuestra forma de vivir, cuando la realidad era que crearon pruebas defectuosas que simplemente detectan partículas virales inactivas que no representan una amenaza para la salud. Mientras que los propietarios de pequeñas empresas se vieron obligados a sacrificar todo lo que poseían, los ricos se aprovecharon tanto de la participación de mercado como de los más necesitados.

No creo que sea una exageración decir que la pandemia de COVID-19 ha sido la operación de bandera falsa más grande en la historia de la humanidad, la cual crearon los tecnócratas e implementaron a través de su red de organizaciones globales que influyen, o más bien controlan, la política, la salud, las finanzas y los medios de comunicación. Como señaló Lennox en su artículo del 20 de enero de 2021:

“A lo que me referí como ‘casodemia’ desde septiembre se resolverá mágicamente justo a tiempo para que Joe Biden parezca un héroe. Por no hacer absolutamente nada. No me digan que no hay un estado profundo politizado en nuestras agencias de salud… Todos los dueños de negocios que se han ido a la ruina debido a los cierres causados por el elevado número de “casos” deberían estar enfurecidos. Cualquier padre cuyo hijo haya perdido un año escolar debería estar furioso. Nada de esto fue para proteger la salud”.

A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.