Por Navdanya International, 22 de enero del 2021.

Estos avances pueden considerarse un éxito para todos los agricultores y movimientos de la sociedad civil que luchan por mantener sus semillas y su soberanía alimentaria a salvo de las multinacionales.  De lo contrario, al imponer los OGM, las empresas pondrían a los agricultores y los consumidores a su merced al obtener derechos de propiedad sobre las semillas.

Para frenar este esfuerzo, el 1 de enero de 2021 comenzó a regir un Decreto Presidencial en México para iniciar la eliminación del «uso, adquisición, distribución, promoción e importación» de glifosato, con un período de transición hasta enero de 2025. También impidiendo a las autoridades conceder autorizaciones para la liberación de semillas de maíz transgénico con el fin de proteger la seguridad y la soberanía alimentaria del país, sus maíz criollo y sus milpas tradicionales con fin de conservar la riqueza biocultural del país para «salvaguardar la salud humana, la diversidad biocultural del país y el medio ambiente», y también sustituyendo el glifosato con alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas. Asimismo, las autoridades de bioseguridad estaran asignadas con «revocar y sospender» de conceder autorizaciones para el uso de maíz transgénico en los alimentos, que es importado en gran parte por Estados Unidos, y la eliminación deberá completarse a más tardar el 31 de enero de 2024. Una medida que provocó muchas críticas por parte del lobby de la agroindustria, al tiempo que supuso un alivio para las organizaciones de pequeños agricultores.

El 5 de enero, la presidenta del Congreso peruano, Mirtha Vásquez Chuquilin, firmó la Ley 31111 que aprueba y prórroga por otros 15 años la moratoria al ingreso y producción de transgénicos en el país hasta el 31 de diciembre de 2035. La nueva ley modifica la anterior Ley 29811, que estableció la moratoria originalmente en 2011.  La aprobación de esta prórroga fue gracias a la Plataforma PERÚ LIBRE DE TRANSGÉNICOS, y a los cientos de organizaciones, chefs de reconocimiento mundial y autoridades políticas que apoyaron la campaña de respaldo a la ley. Con esta acción, Perú seguirá siendo uno de los bancos de genes agrícolas más importantes del mundo.

El martes 12 de enero, el Ministro de Agricultura de Tanzania, Adolf Mkenda, anunció la suspensión de todos los estudios de investigación sobre OGM en el país, incluido un test de maíz OGM tolerante a la sequía que se estaba llevando a cabo en el Centro de Investigación de Makutupora, en Dodoma, y otro de yuca en TARI Mikocheni. En su lugar, Tanzania ha optado por conservar los recursos genéticos del país y las variedades locales de semillas mediante el uso de métodos de cultivo convencionales para mejorar las semillas según sea necesario. La posición adoptada por el ministro reconoce el riesgo de dejar entrar variedades de semillas transgénicas en términos de crear una dependencia para los agricultores en sólo algunas grandes empresas agrícolas. Al anunciar que ahora todas las semillas importadas deben someterse a un exhaustivo examen de OGM y contaminantes, el Ministro de Agricultura declaró: «Tanzania no permitirá los OGM, porque tenemos suficientes semillas mejores. Protegeremos nuestras semillas naturales y el gobierno colaborará con nuestros centros de investigación para garantizar que obtengamos mejores semillas.»

En Italia, veintiséis organizaciones ecologistas colectivamente lanzaron una poderosa campaña que impidió que el gobierno aprobará cuatro proyectos de ley inspirados por el lobby de la agroindustria. Los proyectos de ley fueron propuestos por el Ministro de Agricultura y estaban destinados a permitir la entrada a los OMG y otras Nuevas Técnicas de Cultivo (NBT) en el país. Tras una intensa tormenta mediática y una presión pública directa ejercida sobre todos los parlamentarios de la Comisión de Agricultura de la Cámara, los decretos pro OGM/NBT del Ministerio de Agricultura no fueron aprobados en su forma original. El 14 de enero, los proyectos de ley fueron fuertemente condicionados y por lo tanto anulados de todas las partes relacionadas con los OGM y los NBT, así como de las restricciones al libre intercambio de semillas. El intento detrás de los decretos estaba dirigido a forzar una apertura ilegítima a los «viejos» y «nuevos» OGMs/NBTs y a negar a los agricultores la posibilidad de llevar a cabo actividades como la reutilización de semillas, y el intercambio de parte de la cosecha como semillas o material de propagación.

Sin embargo, es importante señalar que se ha intensificado el lobby de las grandes empresas agroalimentarias para imponer sus semillas patentadas. El caso italiano destaca especialmente la nueva estrategia de las multinacionales: Los NBTs han sido diseñados para saltarse la normativa sobre OGMs en Europa, el Convenio de Biodiversidad de la ONU (CBD), el Protocolo de Nagoya y el Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos de la FAO, permitiendo a las empresas multinacionales patentar las secuencias genéticas obtenidas a través de los NBTs. Esto vulnera la soberanía de las comunidades y los países sobre su biodiversidad al inundar el mercado con semillas patentadas. Como detalló Navdanya International en un reciente artículo –El lobby detrás de la apertura de Italia a los OGM– tras la publicación de la sentencia del Tribunal de Justicia, la Unión Europea ha sido objeto de una incesante presión de lobby por parte de Estados Unidos y otros socios comerciales para que los NBTs no sean absorbidos por la legislación vigente de OGMs. Pero a pesar de estas victorias, el asalto de las empresas aún no ha terminado.


Translation: Carla Ramos Cortés, Navdanya International team

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