Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 22 de diciembre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • La tecnocracia, creada por científicos e ingenieros, requiere ingeniería social para mantener el sistema funcionando, de ahí nace la necesidad de vigilancia y de extracción de datos
  • El objetivo de todo esto es que una pequeña élite global que tiene el conocimiento para programar los sistemas informáticos controle todos los recursos. Es la mayor forma de totalitarismo y destrucción absoluta de la libertad y la privacidad

James Delingpole entrevistó a Patrick Wood, un economista, analista financiero y constitucionalista que ha dedicado toda su vida a investigar y a comprender la tecnocracia, el cual es un sistema económico con base en los recursos.

Wood ha escrito dos libros fascinantes sobre este tema: “Technocracy Rising: The Trojan Horse of Global Transformation” y “Technocracy: The Hard Road to World Order”.

Como explica Wood, este nuevo sistema económico, que no se basa en mecanismos comunes como la oferta y la demanda o el libre comercio, se basa en los recursos energéticos y dicta los tipos de productos que se producen, compran, venden y consumen. La energía reemplaza el concepto de dinero como activo o moneda.

Eso es bastante extraño, pero se vuelve aún más extraño. La tecnocracia, creada por científicos e ingenieros, requiere de ingeniería social para mantener el sistema funcionando, de ahí nace la necesidad de vigilancia y extracción de datos.

Si a las personas se les permite hacer lo que quieran, la demanda del consumidor impulsa el comercio, lo cual no funciona aquí. En cambio, los consumidores deben consumir lo que el sistema necesita que consuman, y para que eso suceda, es necesario manipularlos. Como resultado, el sistema tecnocrático requiere una mayor vigilancia y tecnologías impulsadas por inteligencia artificial para controlar a todas las personas.

La tecnocracia no es un sistema político

La tecnocracia busca eliminar a los funcionarios electos y al gobierno, ya que no tienen lugar en este sistema que se ejecutará de forma más o menos automática, con la entrada de los cerebros tecnológicos. Tampoco hay lugar para nacionalismos que puedan influir en el comportamiento.

Como señaló Wood, la novela de Aldous Huxley “Brave New World” ofrece una visión convincente de la tecnocracia. No existe un sistema político. Todo está dirigido por ingenieros y científicos, así como por los algoritmos que crean. Como se indica en la descripción del libro “Technocracy: The Hard Road to World Order”:

“Como sistema económico basado en los recursos, el Desarrollo Sustentable busca tomar el control de todos los recursos, la producción y el consumo a nivel mundial, para desarrollar una dictadura científica.”

Aunque este plan tecnocrático ha estado en marcha durante décadas, las cosas se aceleraron este año. Nos arrebataron nuestros derechos y las personas han aceptado situaciones que hubieran sido inaceptables hace apenas un año. Nos solicitan que trabajemos desde casa y que evitemos salir. Han cerrado los negocios “para proteger la salud pública”.

Nos han solicitado que utilicemos cubrebocas incluso cuando estamos al aire libre y en nuestros propios hogares. También solicitan que tengamos pasaportes de vacunación si queremos viajar, mientras que los líderes mundiales están hablando del “Gran Reinicio“.

Ahora, los bancos también forman parte de este plan. El sistema del banco central se está derrumbando en estos momentos, ya que alcanzó el final de su vida funcional porque la deuda global excede la capacidad para pagar los intereses, pero el sistema que quieren implementar no es otro sistema del banco central.

Será centralizado, pero la base de la economía global se desplazará a la mercancía energética. En la entrevista, Wood explica cómo la élite tecnocrática, quienes conforman la Comisión Trilateral, han influido y manipulado las regulaciones económicas para asegurar su éxito.

Todo es tecnocracia

Como explica Wood, muchos de los términos que hemos escuchado cada vez más se refieren a la tecnocracia de manera diferente. Los ejemplos incluyen: el desarrollo sustentable, la Agenda 21, la Agenda 2030, la Nueva Agenda Urbana, la economía verde, el nuevo acuerdo verde y el movimiento de calentamiento global.

Todos forman parte de la tecnocracia y de la economía basada en los recursos. Otros términos que describen a la tecnocracia incluyen el Gran Reinicio y la Cuarta Revolución Industrial. El Acuerdo Climático de París también forma parte de este plan.

El objetivo de todo esto es que una pequeña élite global, que tiene el conocimiento para programar los sistemas informáticos, controlen todos los recursos. Es la mayor forma de totalitarismo.

Cuando hablan de “redistribución de la riqueza”, a lo que se refieren es a la redistribución de recursos de nosotros a ellos.

Un vistazo hacia el futuro

Un artículo de Forbes de noviembre de 2016, escrito por una persona del equipo de Estrategia de Liderazgo del Foro Económico Mundial, también mostró un enfoque similar. El cual explica lo siguiente:

“Bienvenidos al año 2030. Bienvenidos a mi ciudad o debería decir “nuestra ciudad”, donde no tengo auto, casa, electrodomésticos o ropa.

Puede que le parezca extraño, pero tiene mucho sentido para nosotros en esta ciudad. Todo lo que antes se consideraba como un producto, ahora se ha convertido en un servicio. Tenemos acceso a transporte, alojamiento, comida y todo lo que necesitamos en nuestra vida diaria.

En nuestra ciudad no pagamos alquiler, otra persona puede usar nuestro espacio cuando nosotros no lo necesitamos. Mi sala se usa para reuniones de negocios cuando no estoy.

De vez en cuando, elegiré cocinar para mí. Es fácil, ya que todo lo que necesito llega a mi puerta en minutos. ¿Ir de compras? No recuerdo qué es eso. Para la mayoría de nosotros, se ha convertido en elegir cosas para usar. A veces encuentro esto divertido y otras veces solo quiero que el algoritmo lo haga por mí. Conoce mis gustos mejor que yo.

El concepto de hora pico ya no tiene sentido, ya que el trabajo que hacemos se puede realizar en cualquier momento. No sé si lo llamaría trabajo. Es más, como tiempo de reflexión, creación y de desarrollo.

Mi mayor preocupación son todas las personas que no viven en nuestra ciudad. Los que perdimos en el camino y que decidieron que todo esto es demasiado. Ya que se sintieron obsoletos e inútiles cuando los robots y la IA se hicieron cargo de gran parte de nuestro trabajo.

O que se enojaron con el sistema político y se alejaron de él. Viven diferentes tipos de vida fuera de la ciudad. Algunos han formado pequeñas comunidades. Otros solo se quedaron en las casas vacías y abandonadas en pequeños pueblos del siglo XIX.

De vez en cuando me molesta el hecho de que no tengo privacidad. No puedo ir a ningún lugar sin estar registrado. Sé que, en algún lugar, graban todo lo que hago, pienso y sueño. Solo espero que nadie lo use en mi contra. Pero a pesar de todo, es una buena vida”.

Sin embargo, ¿a quién le pertenecería todo? La élite tecnocrática poseería todos los recursos energéticos. Resulta curioso que el cuerpo humano es una forma de recurso energético que los tecnócratas modernos intentan poseer.

La actividad del cuerpo humano como recurso energético

La patente WO/2020/060606 de Microsoft describe un “sistema de criptomonedas que utiliza datos corporales”. Esta patente internacional se presentó el 20 de junio de 2019, mientras que la solicitud de la oficina de patentes de los Estados Unidos (16128518), se presentó el 21 de septiembre de 2018. Como se explica a continuación:

“Es posible utilizar la actividad del cuerpo humano relacionada con una tarea proporcionada en el proceso de un sistema de criptomonedas. Un servidor puede ofrecer una tarea a un dispositivo que está relacionado al servidor. Un sensor relacionado al dispositivo o incluido en él puede detectar la actividad del usuario.

Se pueden generar los datos de la actividad según la actividad detectada del usuario. El sistema de criptomonedas relacionado al dispositivo puede verificar si los datos cumplen con una o más condiciones establecidas por el sistema de criptomonedas y otorgar criptomonedas al usuario cuyos datos se verifican”.

La solicitud de patente incluye el siguiente diagrama del proceso. Esta patente de Estados Unidos, convertiría a los seres humanos en robots si se implementa. Si alguna vez se ha preguntado cómo una persona promedio se ganará la vida en el futuro impulsado por la inteligencia artificial, esta puede ser parte de la respuesta.

Las personas serán robots sin sentido que pasarán su vida llevando a cabo tareas asignadas por una aplicación a cambio de criptomonedas. Este tipo de fusión de sistemas digitales y biológicos es en última instancia de lo que se trata “la Cuarta Revolución Industrial”.

¿Quiénes son los tecnócratas?

Aunque la tecnocracia solía ser privada, los tecnócratas actuales no tienen membresía, por lo que puede ser difícil identificarlos a todos. Los miembros importantes son los que conforman la Comisión Trilateral, dice Wood.

No es posible solo unirse a la Comisión Trilateral. Ellos seleccionan a sus propios miembros y es solo por invitación. Los nombres conocidos en el grupo incluyen a David Rockefeller, Henry Kissinger, Michael Bloomberg, y los pesos pesados de Google Eric Schmidt y Susan Molinari, vicepresidenta de políticas públicas de Google.

Reconociendo la necesidad de los medios, también está David Ignatius, columnista de The Washington Post; David Sanger, corresponsal en jefe de The New York Times; y Gerald Seib, editor ejecutivo de The Wall Street Journal.

Es una lista interesante que vale la pena revisar para tener una idea de dónde, cómo y a través de quién se está implementando la tecnocracia. Otros grupos incluyen:

  • El Club de Roma
  • The Aspen Institute, que ha preparado y asesorado a ejecutivos de todo el mundo sobre la globalización. Muchos de sus miembros también conforman la Comisión Trilateral
  • The Atlantic Institute
  • El Foro Económico Mundial
  • The Brookings Institute y otros grupos

También es posible identificar a ciertos individuos por sus acciones. Los ejemplos mencionados en la entrevista incluyen a Bill Gates y el primer ministro británico Boris Johnson. Una vez que se familiarice con el plan, podrá reconocer a los miembros con bastante facilidad.

La pandemia también es parte de la dictadura tecnocrática

Por último, pero no menos importante, la pandemia es parte importante del plan de los tecnócratas que marcará el comienzo de un mundo nuevo que elimina la libertad. El cual ha logrado la redistribución masiva de la riqueza, desde la clase media y las pequeñas empresas a las grandes empresas multinacionales como Amazon.

Con el tiempo, no se sorprenda si escucha hablar sobre ofrecer a todas las personas un ingreso básico, en un paso hacia la “utopía” en la que no existe la propiedad privada, y la condonación de las deudas a cambio de la pérdida de todos los derechos de propiedad privada.

El confinamiento también logro destruir las economías locales a nivel mundial, una situación creada por el hombre que ahora se usa como una excusa para “restablecer” el sistema económico y realizar una “Mejor reconstrucción”.

El confinamiento ha generado una mayor demanda de aprendizaje en línea, lo que encierra a los jóvenes en una mayor vigilancia digital. Dado que se está implementando la vacuna contra el COVID-19, se prepara el escenario para la vigilancia, el seguimiento y el rastreo, que se relacionará con todos los otros registros médicos, la identificación digital, la banca digital y el sistema de crédito social.

Todo esto a su vez requiere la tecnología 5G, que se está implementando en medio de esta pandemia. Una vez que se familiarice con el plan, será capaz de observar cómo todos estos eventos no son ninguna coincidencia, están entrelazados para formar una gran red.

La respuesta es que es importante mantenernos informados. Una vez que comprenda el plan, el siguiente paso es resistir y oponerse a cada una de las medidas del plan tecnocrático. Podemos ganar porque los superamos en número, pero tenemos que unirnos y mantener nuestra postura.

A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.