Por Lizbeth Ixchel Díaz Trejo Supervisora médica del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), Eduardo Noriega Álvarez Asesor de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo y Rural y Raymundo Huesca Espinosa, Enfermero especialista, Cenaprece, La Jornada del Campo, 17 de octubre del 2020. 

México es uno de los países con mayor exceso de peso en su población en el mundo; es decir, con sobrepeso y obesidad. De hecho, entre 2012 y 2018, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, aumentó la población adulta con sobrepeso y obesidad de 71.3% a 75.2%, o sea, vamos de mal en peor.

Lo alarmante del exceso de peso es que origina enfermedades crónicas; por ejemplo, 90% de los casos de diabetes son debidos a sobrepeso y obesidad. Es más, según datos de 2019 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el país con mayor porcentaje de adultos con diabetes de toda la organización, y también el primer lugar en hospitalizaciones y amputaciones de miembros inferiores por diabetes… ¡Una pesada realidad para todos, incluidos los servicios de salud!

Para revertir el exceso de peso tenemos dos opciones complementarias: cambiar nuestra dieta y hacer más actividad física. Los cambios en la dieta tiene un mayor efecto para perder peso que aumentar la actividad física (aunque si se hacen las dos cosas, mejor). Por tanto, lo más urgente es cambiar nuestra dieta.

No existe una dieta única ideal, y eso es bueno porque no tenemos que comer todos los días lo mismo. Eso sí, hay principios básicos sobre cómo deberíamos comer. La Comisión de Eat-Lancet propone que la mitad del volumen de los alimentos que comemos sean verduras y frutas, y lo mismo dice la Escuela de Salud Pública de Harvard, si bien es mejor que sean más verduras que frutas, precisa. Pero ojo, sin hacer trampa: no freír las verduras ni ponerle azúcar a la fruta.

A propósito, el mejor líquido para beber es el agua simple, sin saborizantes.

¿No basta la salud? Hay otra buena razón: aumentar el consumo de verduras y frutas beneficia también al medio ambiente, ya que para producirlas se necesita menos agua que para producir, por ejemplo, carne.

Sin embargo, en México hoy distamos de llevar una dieta saludable, ya que consumimos pocas verduras y frutas (en adultos nuestro consumo es menor que el promedio de la OCDE) y tomamos muchas bebidas azucaradas (somos el país con mayor consumo de refrescos del mundo). En específico, entre lo que deberíamos consumir, lo que menos comemos son las verduras.

Ante la pandemia de Covid-19, nos encontramos en un escenario en el que económicamente es más difícil comprar alimentos, y con mayor razón es complicado adquirir frutas y verduras. Sin embargo, en una situación de crisis, en la ciudad de Albany, Nueva York, durante el periodo 2011-2018, se echó a andar el programa Veggie RX, el cual estaba dirigido a personas con problemas para comprar sus alimentos y con enfermedades como diabetes, hipertensión y obesidad. El programa consistía en proporcionar vales para adquirir verduras y frutas en mercados locales. ¿El resultado? Veggie RX logró que la gente disminuyera la grasa en su cuerpo, mejorara su salud y le fuera bien a los mercados locales. Esto quiere decir que sí se puede.

El reto para México es que produzca lo que la población debe consumir, que la gente se lo coma y así mejore su salud, además de cuidar el medio ambiente. ¡Y todo esto se lograría si la mitad de lo que comemos fueran verduras y frutas, producidas de manera natural! Sí, necesitamos que la producción y el consumo vayan a la par. Por ello, aunque no nos gusten las verduras, es cuestión de aprender a cocinarlas con ricas y originales combinaciones. ¡Así que pues a preparar ensaladas!

Además, se recomienda comer carne con moderación, al igual que hacer a un lado los malos hábitos de consumir refrescos y productos de “ábrase y cómase”, pues tienen un montón de grasas, sal y azúcar. Es más, una estrategia de venta consiste en hacer adictos a los consumidores, poniéndole a los comestibles mucha grasa, sal o azúcar.

No vamos a decir que todo sea responsabilidad de los ciudadanos. Desde el gobierno se necesita que la promoción de una alimentación basada en verduras y frutas vaya a la par de la participación de la gente. Es importante conseguir que estos productos se encuentren en todos lados y a bajo precio, lograr que su producción esté lo más cerca posible de los consumidores (de preferencia sin intermediarios entre el productor y el consumidor), además evaluar si lo que se ha hecho funciona.

Es en este sentido en el que ha caminado el Grupo Intersectorial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad, que se propone reforzar sus actividades para evitar que la crisis por Covid-19 se transforme en una crisis por alimentos en México. •

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