Por Melisa Carrillo, Proceso, 20 de octubre del 2020.

En un comunicado, el organismo celebró que la Profeco diera a conocer la suspensión de productos denominados como quesos y yogurt natural e indicó que este debe ser el inicio del cumplimiento de la normatividad, que ha sido violada por décadas por varias empresas en perjuicio de los consumidores.

Paulina Magaña, coordinadora de Salud Alimentaria, recordó que la adulteración de quesos con grasas vegetales fue reportada por el laboratorio de Profeco al menos desde el año 2000 en una larga lista de marcas. “Esperamos que las acciones de Profeco la detengan y puedan ir más allá, generando un cambio radical”, comentó.

El Poder del Consumidor resaltó que la aplicación de la normatividad debe ir acompañada de una revisión de las normas oficiales mexicanas existentes, así como la expedición de una gran diversidad de normas para productos que aún no las tienen.

Las normas para quesos deben actualizarse porque presentan graves problemas, ya que se usan distintas sustancias para retener agua sin estar normadas, así como proteínas de soya o suero, mientras que el porcentaje de proteína es del 10% y en el queso tipo petite suise (Danonino) del 4%, los cuales son menores a las normas europeas.

En el caso de los yogures, la suspensión se realizó en los productos bebibles, luego de que se señalara que violaba la normatividad, ya que las etiquetas decían “yogur natural” a pesar de que presentaban azúcares añadidos en “Danone Bene Gastro” y “Danone Natural”, así como por señalar beneficios en salud que no están fundamentados en evidencia científica, comentaron.

“Debemos señalar que hace 10 años, 2010, la empresa Danone fue multada con 21 millones de dólares en los Estados Unidos por la Comisión Federal de Comercio por publicidad engañosa en su yogur Activia y Actimel al presentarse como productos que ayudan a aliviar la digestión, el estreñimiento, como reguladores del tracto intestinal. Profeco debe actuar contra todo este tipo de productos que se siguen publicitando con esos supuestos beneficios en el mercado mexicano”, apuntó Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.

Las normatividades en alimentos y bebidas deben adecuarse a los mejores estándares internacionales ya que una gran parte de la regulación se hizo a modo de la industria a través del contubernio entre diversas empresas y la Secretaría de Economía, agregó.

“Así fue que tuvimos en el mercado, durante decenios panes integrales sin tener una pizca de harina integral, jugos totalmente adulterados, actualmente atunes con altas cantidades de soya, jamones que no tienen la carne que anuncia, que contienen menos de la mitad de carne y contienen altas cantidades de almidones, etc.” abundó Calvillo.

La organización demandó que se prohíba el uso de imágenes o menciones a frutas, verduras, cereales integrales y otros ingredientes naturales, no procesados, en las etiquetas y publicidad de los productos que no los contienen entre sus principales ingredientes ya que están dirigidas a confundir al consumidor.

Además, consideró como una buena señal la acción de la Secretaría de Economía y Profeco para retirar del mercado estos productos y obligar a su reetiquetado o reformulación, destacando que esta política debe mantenerse y profundizarse frente a la gran cantidad de productos que actualmente engañan al consumidor.

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