Por Desinformémonos, Biodiversidad LA, 01 de septiembre del 2020.

El Tren Maya, el Corredor Transístmico y proyectos energéticos como el Proyecto Integral Morelos (PIM) forman parte de las prioridades presidenciales de este sexenio. Los tres proyectos están sobre zonas indígenas, lo cual no es casual, pues sobre estos territorios se encuentran montañas, aguas, bosques, vientos y subsuelos del país y, por supuesto, la mayor riqueza cultural.

En sus primeros nueves meses en la presidencia de México (del primero de diciembre de 2018 al 1 de septiembre de 2019), el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció alrededor de 180 conferencias de prensa matutinas, más los discursos en actos públicos y tres informes de gobierno. Las voces de los pueblos indígenas que no están de acuerdo con su programa de desarrollo, que califican sus proyectos como neoliberales y que cuestionan las consultas alejadas del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), no han tenido cabida en esos 21 mil 600 minutos de micrófonos y flashes puestos a disposición de la figura presidencial. Ellos y ellas tampoco tienen lugar en los actos en los que se promueven estos proyectos en los estados afectados, pues el presidente no ha escuchado directamente a ninguna comunidad que se oponga o se mantenga crítica.

En “Derecho de réplica. Hablan los pueblos”, nos propusimos voltear el micrófono y la cámara e ir a recoger las voces e imágenes no contempladas, las inconformes, las que no caben ni se adaptan al ofrecimiento del “progreso”, pues insisten en la vida campesina y en la permanencia de su cultura.

Voces de ocho de las más de 60 comunidades nahuas de Morelos, Puebla y Tlaxcala integran el reportaje multimedia “Un megaproyecto en tierras de Zapata”, sobre la termoeléctrica de Huexca, un acueducto y un gasoducto que, aunque están prácticamente terminados, no han podido operar por la movilización social y los amparos ganados. La figura de Emiliano Zapata sigue viva en estos pueblos, y a ella se suma ahora la de Samir Flores Soberanes, iniciador de la lucha contra este proyecto, asesinado el 20 de febrero de 2019.

De Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas son los indígenas que se empeñan en defender territorio y cultura. No son los mayas de museos y de sitios arqueológicos, sino los del presente, con su vínculo con la naturaleza y una cultura heredada de grandes matemáticos y astrónomos, los que quieren seguir sembrando, danzando, rezando y pensando en su lengua. Sienten que el proyecto del Tren Maya los amenaza, y en “Su riel, nuestra tierra” explican sus motivos.

Sobre los 260 kilómetros del Istmo de Tehuantepec, en la cintura de México, se asientan doce pueblos originarios distribuidos en más de 500 comunidades chinantecas, chochocos, chontales, huaves, mazatecas, mixtecas, mixes, zapotecas, nahuatlacas, popolucas y zoques. Todas han resistido a los proyectos que se les presentan de la mano del llamado progreso. Y hoy no es la excepción. Un Corredor Interoceánico concebido por gobernantes de ayer y de hoy se planea nuevamente sobre sus territorios. “Puede ser la última batalla”, sienten en el Istmo.

Para la realización de los tres reportajes los equipos de periodistas convocados por Desinformémonos caminamos por nueve estados de la República. Se recogieron 116 testimonios en representación de 35 organizaciones indígenas y campesinas de 40 comunidades y localidades, y se elaboraron, por proyecto, video, fotoreportaje y texto, puestos a disposición en descarga libre.

Se presentan también las explicaciones oficiales al final de cada proyecto. La palabra del gobierno federal, el desarrollo institucional y su oferta a los pueblos, pero el corazón de este trabajo es la palabra de los indígenas no contemplados ni escuchados, de los que no aspiran a ser parte de un mundo alejado del suyo. Por eso, aquí, hablan los pueblos.

UN MEGAPROYECTO EN TIERRAS DE ZAPATA

PROYECTO INTEGRAL MORELOS

En las orillas del río Cuautla, en el municipio de Ayala, 100 metros de tubos de concreto permanecen recostados como mudos testigos de la resistencia de los pueblos nahuas al Proyecto Integral Morelos (PIM). El proyecto energético está prácticamente listo, pero estos 100 metros del acueducto que trasladará el agua de aquí a la termoeléctrica de Huexca no han podido ser colocados por el empecinamiento de los ejidatarios que se niegan a dejar de sembrar la tierra.

La lucha de los pueblos nahuas de Morelos, Puebla y Tlaxcala contra la construcción de una termoeléctrica, un gasoducto y un acueducto inició en el año 2012, cuando comunidades enteras se organizaron contra la imposición de los gobiernos federales emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN), quienes optaron por la represión y el encarcelamiento para levantar estas obras incluidas en el PIM. Los pueblos afectados no se dieron por vencidos y continuaron la lucha jurídica y la movilización social, logrando parar, hasta la fecha, el inicio de las operaciones.

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SU RIEL, NUESTRA TIERRA

TREN MAYA

“¿Que si el presidente pidió permiso a la Madre Tierra y que le dijo que sí para su tren? Puede ser que sí hizo lo de pedir permiso, pero lo que no creo es que la Madre Tierra haya hablado”, dice Sebastián Chan, del Colectivo de Semillas Muuch Kanan l’inaj, en medio de su milpa en Buena Esperanza, Bacalar. Sebastián se refiere a la ceremonia en la que el 16 de diciembre de 2018, a dos semanas de haber asumido la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador acompañó a un grupo de indígenas a pedir permiso a la Madre Tierra para construir uno de los principales proyectos de su administración: el Tren Maya.

Sobre la antigua pista aérea de Palenque, los organizadores rompieron el concreto y excavaron un hoyo para llegar a la tierra y realizar ahí lo que se denominó “Ritual de los pueblos originarios a la Madre Tierra para anuencia del Tren Maya”. Y para tal fin le hicieron una ofrenda de aguardiente, pollos y tortillas.

“Fue una ceremonia falsa, porque debe cubrirse con el polvo del viento. Pero le vieron la cara al presidente para que diga que sí lo va a hacer. Para nosotros es que no y no. Ahora hay muchos que hacen ceremonias y cobran mucho, pero solamente hacen ritual. Y no es así”, dice, categórico, el meen (chaman) Miguel Can, uno de los pocos que quedan en Calcehtok, Yucatán.

“Con la llegada del turismo a estos lugares sagrados se va a echar a perder todo, y todos los dioses se van a esconder en otros lugares. Por esa razón no lo queremos. No puede hacer esas cosas el presidente”, explica, mientras se acomoda a un costado de una gruta sagrada en Calcetok, uno de los lugares en los que, en absoluta intimidad, los mayas siguen realizando sus ceremonias.

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EN LA CINTURA DE MÉXICO

CORREDOR TRANSÍSTIMCO

Son 260 kilómetros en línea recta, 320 con sus curvas, lo que mide la región geoestratégica más importante de México, el trayecto que puede hacer posible la salida y entrada de mercancías del Océano Pacífico al Atlántico, y de ahí hacia Europa, la costa Este de Estados Unidos y Asia. Es la cintura de México que representa el sueño de mercaderes del pasado y del presente. Es el Istmo de Tehuantepec, una franja del país que abarca 80 municipios de los estados de Oaxaca y Veracruz, con sus ríos, mares y lagunas; sus montañas cubiertas de bosques y exuberantes selvas; y sus once pueblos indígenas con sus territorios, culturas y lenguas ancestrales.

Sobre esta región el gobierno de Andrés Manuel López Obrador anunció en noviembre del 2018, en su calidad de presidente electo, la construcción de un Corredor Transístmico entre el puerto de Coatzacoalcos, Veracruz, y el de Salina Cruz, Oaxaca. La intención presidencial es añeja. Hay quienes ubican la primera pretensión en el siglo XIX, cuando el dictador Antonio López de Santa Anna firmó el Tratado de la Mesilla en 1853, cuyo artículo VIII cedió al gobierno y al ejército estadounidense el control de dicha porción. Años después, en 1859, el entonces presidente Benito Juárez hizo lo mismo con el Tratado McLane-Ocampo, que no se instrumentó gracias a que el Senado estadounidense no lo firmó. Fue Porfirio Díaz quien en 1907 inauguró la línea ferroviaria, y más adelante, en 1946, Miguel Alemán Valdés inició la construcción de la carretera transístmica. Los expresidentes Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo (proyecto Alfa-Omega) y Ernesto Zedillo Ponce de León hicieron sus propios planes, pero no se pusieron en marcha.

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CRÉDITOS

DERECHO DE RÉPLICA. HABLAN LOS PUEBLOS

Coordinación general: Gloria Muñoz Ramírez

UN MEGAPROYECTO EN TIERRAS DE ZAPATA

– VIDEO

Dirección y producción: Gloria Muñoz Ramírez

Fotografía: Miguel Tovar

Video adicional: Ernesto Ramírez y videos “La Lucha de Samir Flores” y “Aquí seguimos”

– FOTOREPORTAJE

Antonio Turok

Fotos adicionales: Ernesto Ramírez y Miguel Tovar

– REPORTAJE

Gloria Muñoz Ramírez

Datos oficiales: Paula Mónaco Felipe

Asistente de la coordinación: Delia Fernanda Peralta Muñoz

SU RIEL, NUESTRA TIERRA

– VIDEO

Dirección y producción: Gloria Muñoz Ramírez

Montaje: Alberto Cortés

Fotografía: Miguel Tovar

Fotografía fija: Maya Goded

Video adicional: Robin Canul, Víctor Ruiz y Noé Pineda

– FOTOREPORTAJE

Maya Goded

– REPORTAJE

Testimonios: Gloria Muñoz Ramírez

Asistente de la coordinación: Delia Fernanda Peralta Muñoz

EN LA CINTURA DE MÉXICO

– VIDEO

Dirección y producción: Gloria Muñoz Ramírez

Fotografía y edición: Noé Pineda

Fotografía fija: Maya Goded

Video adicional: Miguel Tovar (de Flores en el desierto); Julieta Jalom Cruz y Promedios de Comunicación Comunitaria

Consultoría: Miguel Ángel García Aguirre

– FOTOREPORTAJE

Maya Goded

– REPORTAJE

Testimonios: Gloria Muñoz Ramírez

Asistente de la coordinación: Delia Fernanda Peralta Muñoz

Micrositio:  Cooperativa Tierra Común

Fuente: Desinformémonos

A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.