Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 12 de junio del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Aunque la tasa de mortalidad por COVID-19 varía a nivel mundial, la infección afecta más a las personas mayores, mientras que las personas con más de 75 años de edad representan la mayoría de las muertes
  • Además de la edad, las afecciones de salud subyacentes son factores de riesgo que aumentan el riesgo de morir por COVID-19
  • Más del 80 % de las muertes ocurrieron en hogares de ancianos, centros de asistencia y centros de rehabilitación. Más del 90 % de estos residentes tienen al menos una enfermedad crónica y más del 70 % tienen dos afecciones
  • Los factores que aumentan la susceptibilidad en las personas mayores son el envejecimiento del sistema inmunológico, el consumo excesivo de calorías y los cambios epigenéticos que ocurren con la edad, en especial la mala regulación del epigenoma y los cambios en la glucosilación

Aunque la tasa de mortalidad por COVID-19 varía a nivel mundial (en gran parte debido a las variaciones en las pruebas), la infección afecta más a las personas mayores, mientras que las personas con más de 75 años de edad representan la mayoría de las muertes.

Resultados de COVID-19 relacionados con la edad

Los datos provisionales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, demuestran un aumento claro y dramático de las muertes de cada grupo de personas mayores.

La tasa de mortalidad de los jóvenes es muy pequeña, en especial para los niños. (Aun así, mueren más personas mayores por neumonía y sin ninguna relación con el COVID-19. Las estadísticas separan los casos de COVID-19, la neumonía y la neumonía por COVID-19).

Esta misma tendencia etaria se observa en otros países, tal como se muestra a continuación en el gráfico del sitio web OurWorldInData.org. Como se señaló en una revisión del 29 de mayo de 2020 en la revista Aging, “Los adultos con más de 65 años de edad representan el 80 % de las hospitalizaciones y tienen un riesgo 23 veces mayor de morir que las personas más jóvenes”.

A continuación, se muestra un gráfico creado por el Departamento de Salud de Minnesota, publicado por el diario Twin Cities Pioneer Press el 1 de junio de 2020, que demuestra la misma tasa de mortalidad que depende de la edad.

Las afecciones subyacentes son un factor de riesgo importante

Además de la edad, las afecciones de salud subyacentes (comorbilidades) aumentan el riesgo de muerte por COVID-19. No es ninguna sorpresa que las personas mayores tienden a tener más afecciones subyacentes. Muy pocas personas sin afecciones de salud mueren por esta infección.

A continuación, se muestra un gráfico del sitio web Our World in Data que demuestra las comorbilidades encontradas en China, a partir del 11 de febrero de 2020.

Otro gráfico del Departamento de Salud de Minnesota (publicado por Twin Cities Pioneer Press) revela una imagen diferente de las comorbilidades que prevalecen, pero la tendencia es que la gran mayoría de las muertes son causadas por afecciones subyacentes que aumentan la susceptibilidad a una infección severa y muerte.

En el caso de Minnesota, el 97 % de las muertes relacionadas con COVID-19 se registraron en personas que “padecían una enfermedad grave antes de ser infectadas”. La edad promedio de los fallecidos es de 82 años de edad. Mientras tanto, la edad media de los habitantes de Minnesota con COVID-19 es de 42 años.

Al igual que en otras áreas, más del 80 % de las muertes ocurrieron en hogares de ancianos, centros de asistencia y centros de rehabilitación. Más del 90 % de los residentes de estos centros tienen al menos una enfermedad crónica y más del 70 % tienen dos afecciones, que a su vez pueden debilitar el sistema inmunológico. Asimismo, viven en lugares cerrados y comparten el mismo personal, lo que facilita la propagación de patógenos.

Italia y ciertos estados de los Estados Unidos, En especial Nueva York, que tiene la tasa de mortalidad más alta a nivel mundial, enviaron a personas infectadas con COVID-19 a hogares de ancianos.

Con todo lo que sabemos sobre la transmisión, esta fue una de las decisiones más catastróficas y negligentes que quizás causó muchas más muertes de las que se impidieron con el distanciamiento social.

En lugar de solicitar el distanciamiento social de las poblaciones sanas y de bajo riesgo, el gobierno y los funcionarios de salud debieron haber protegido y separado a las personas mayores.

Según un informe del 15 de mayo de 2020 de la Universidad de Michigan, los residentes y trabajadores de hogares de ancianos representan un tercio de todas las muertes por COVID-19 en los Estados Unidos. Otro informe en The Guardian ha señalado que hasta el 20 % de las personas hospitalizadas con COVID-19 contrajeron el virus en el hospital mientras recibían tratamiento para otra dolencia.

Si el 20 % de las personas contraen la enfermedad en el hospital y el 33 % de las muertes ocurren en hogares de ancianos, la carga total de la enfermedad podría ser el resultado del sistema de atención médica.

Las diferencias biológicas ayudan a explicar la morbilidad relacionada con la edad

De acuerdo con la revisión del 29 de mayo de 2020 realizada por David Sinclair sobre la biología molecular de COVID-19 mencionada anteriormente, “las comorbilidades como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la obesidad aumentan las posibilidades de una enfermedad mortal, pero por sí solas no explican por qué la edad es un factor de riesgo”.

De ser así, ¿qué otra cosa podría explicar la discrepancia en la mortalidad? En su revisión, Sinclair analiza las “diferencias moleculares entre las personas jóvenes, de mediana edad y mayores que podrían explicar por qué el COVID-19 es una enfermedad leve en algunos, pero mortal en otros”. Para mayor información, le recomiendo consultar este documento.

Es importante destacar que Sinclair señala que no es suficiente inhibir el virus. También se importante restaurar la capacidad de la persona para combatir la infección y aumentar su respuesta inmunológica con el fin de evitar una reacción exagerada. Esto se logra mediante muchas estrategias que mencioné anteriormente, como el ejercicio, restringir el periodo de consumo de alimentos y optimizar la NAD +.

Envejecimiento del sistema inmunológico

El envejecimiento del sistema inmunológico encabeza la lista de factores que aumentan la susceptibilidad en las personas mayores, tanto la protección innata como la adaptativa. Como señaló Sinclair:

“Para que el sistema inmunológico suprima y elimine el SARS-CoV-2 de manera efectiva, debe realizar cuatro funciones principales: reconocer, alertar, destruir y desechar. Se sabe que cada uno de estos mecanismos es disfuncional y más heterogéneo en las personas mayores”.

Durante el envejecimiento, el sistema inmunológico experimenta una disminución gradual de la función conocida como inmunosenescencia, que inhibe la capacidad para reconocer, alertar y desechar los patógenos. El envejecimiento también aumenta la inflamación sistémica, conocida como envejecimiento de origen inflamatorio, gracias a la hiperactividad del sistema de alerta. De acuerdo con Sinclair:

Una gran cantidad de datos recientes que describen la patología y los cambios moleculares en personas con COVID-19 indican que la inmunosenescencia y el envejecimiento de origen inflamatorio podrían ser los causantes de las altas tasas de mortalidad en las personas mayores.

La incapacidad de los macrófagos alveolares para reconocer partículas virales y convertirse en un estado proinflamatorio en las personas mayores probablemente acelere las etapas iniciales de COVID-19, mientras que, en las etapas avanzadas, quizás sean responsables del daño pulmonar”.

Sinclair también aborda el rol que desempeña el sistema inmunológico innato en la eficacia de la vacunación, y señala lo siguiente:

“En las personas mayores, las respuestas inmunológicas a la vacunación también son débiles o defectuosas, mientras la autoinmunidad aumenta. Por lo tanto, al diseñar vacunas para combatir el SARS-CoV-2, es importante comprender que, a diferencia de los jóvenes, las personas mayores probablemente no respondan de manera adecuada a las vacunas”.

La inflamación vascular es un factor de riesgo

Aunque todos hemos escuchado sobre la tormenta de citoquinas, lo que predice aún más la tasa de mortalidad es el aumento en el dímero D del producto de degradación de la fibrina que se libera de los coágulos sanguíneos en la microvasculatura y que dictamina la coagulación intravascular diseminada (DIC, por sus siglas en inglés). Las personas mayores tienen niveles más altos de dímero D, que parece “indicar la gravedad del COVID-19 en etapa avanzada”, afirma Sinclair.

En las personas mayores, se cree que estos niveles son causados por los altos niveles basales de inflamación vascular, que están relacionados con enfermedades cardiovasculares, y esto, dicen los autores, “podría aumentar la predisposición a casos graves de COVID-19”.

Del mismo modo, las personas mayores tienden a tener niveles más altos de inflamasomas NLRP3, que parecen causar las tormentas de citoquinas. De acuerdo con Sinclair:

“En individuos mayores, el NLRP3 podría predisponerse para la hiperactivación por antígenos SARS-CoV-2. La actividad del NLRP3 está bajo el control del sirtuin 2 (SIRT2), un miembro de la familia de las desacetilasas dependientes de NAD +.

Durante el envejecimiento, los niveles de NAD + disminuyen, por lo que reduce la actividad de las sirtuinas. Los ratones mayores muestran una menor tolerancia a la glucosa y mayor resistencia a la insulina. Esta disminución, agravada por el COVID-19, podría promover la hiperactivación de NLRP3 y desencadenar la tormenta de citoquinas en personas infectadas con COVID-19″.

Aumentar el NAD + podría ser beneficioso

Es importante señalar que mantener niveles adecuados de NAD + podría aliviar los síntomas de COVID-19. Esta teoría está respaldada por datos que demuestran que “las proteínas SARS-CoV-2 agotan el NAD +” y que se sabe que los precursores de NAD + inhiben la inflamación.

Las estrategias para lograrlo incluyen tomar precursores de NAD, como niacina, reducir el consumo de azúcar (ya que el exceso de glucosa en la sangre reduce el NAD +), la cetosis nutricional cíclica o consumir glicina o colágeno.

Otros factores determinantes

Otros factores que aumentan la predisposición de las personas mayores a un infección grave y muerte incluyen los cambios epigenéticos que ocurren con la edad, en especial:

  • Mala regulación del epigenoma
  • Consumo excesivo de calorías
  • Cambios en la glicosilación (el proceso enzimático por el que los galicanos, un tipo de carbohidrato, se unen a proteínas o grasas en la superficie celular o en el torrente sanguíneo)

Sinclair señala que la metformina, un medicamento que reduce la glucosa e inhibe la vía mTOR, “se ha recomendado para combatir los casos graves por SARS-CoV-2 en personas mayores”.

La metformina también tiene efectos antivirales y ayuda a mejorar el metabolismo mitocondrial, disminuir las citocinas inflamatorias, disminuir la senescencia celular y proteger contra la inestabilidad genómica, señala Sinclair.

Las siguientes ilustraciones resumen los mecanismos biológicos que determinan la susceptibilidad al COVID-19 y el riesgo de muerte.

La vitamina D es una estrategia simple pero efectiva

Las personas mayores son propensas a tener bajos niveles de vitamina D, mientras que los investigadores han identificado que la deficiencia de vitamina D es un factor que afecta la gravedad y mortalidad por COVID-19. Para mayor información consulte: “La vitamina D está directamente vinculada con los resultados de COVID-19“.

El siguiente gráfico es de una carta del 18 de mayo de 2020 dirigida a la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, de parte del bioquímico jubilado Bernd Glauner y Lorenz Borsche, en la que destacan estudios que demuestran una clara relación entre la mortalidad por COVID- 19 y los niveles de vitamina D.

Es importante comprender que los expertos advierten que el SARS-CoV-2 podría reaparecer en otoño cuando bajan las temperaturas y los niveles de humedad, lo que aumenta la transmisibilidad del virus.

Es necesario aumentar los niveles de vitamina D entre 60 ng/ml y 80 ng/ml, para mejorar la función inmunológica y reducir el riesgo de infecciones virales. En Europa, los niveles se posicionan entre los 150 nanomoles por litro (nmol/L) y 200 nmol / L. En el caso de las personas mayores o de piel más oscura es importante que optimicen sus niveles de vitamina D.

Una de las formas más sencillas y económicas de medir su nivel de vitamina D es con el kit de prueba de vitamina D de GrassrootsHealth, ya sea solo o con la prueba de omega-3. Esto se hace en la comodidad de su hogar.

Para optimizar su nivel de vitamina D y la función del sistema inmunológico, siga los siguientes pasos:

1.Mida su nivel de vitamina D: Una vez que conozca sus niveles, es posible evaluar la dosis que necesita para mantener o mejorar sus niveles. Exponerse al sol de manera regular y segura es la forma más fácil de elevar sus niveles, pero si es de piel oscura, es posible que deba exponerse al sol cerca de 1.5 horas al día para obtener un efecto notable.

Las personas con piel muy clara solo necesitan 15 minutos al día, lo cual es mucho más fácil de lograr. Aun así, también experimentaran dificultades para mantener los niveles necesarios durante el invierno. Dependiendo de su situación, es posible que deba incluir un suplemento oral de vitamina D3. Es necesario evaluar sus niveles.

2.Evalúe su dosis personal de vitamina D: Para hacerlo, es posible usar el siguiente cuadro o usar el Calculador de vitamina D * de GrassrootsHealth (disponible solo en inglés). Para convertir el ng/mL a la medición europea (nmol/L), solo multiplique la medida en ng/mL por 2.5. Para determinar la cantidad de vitamina D que podría obtener del sol y los suplementos, utilice la aplicación DMinder.

3.Hágase la prueba nuevamente en tres o seis meses: Tendrá que hacerse la prueba en tres o seis meses, para determinar si está funcionando la exposición al sol o los suplementos.

Además de ser una estrategia importante para usted y su familia, será muy útil pensar también en su comunidad. Estoy escribiendo un informe más completo y detallado sobre la vitamina D para prevenir el COVID-19 y espero que todos compartan esta información para que las personas optimicen sus niveles de vitaminas.

Además, si tiene un miembro de la familia o conoce a alguien que participe en un centro de asistencia, puede reunirse con el director del programa y alentarlo a que realice una prueba general o que aliente a las personas a aumentar sus niveles de vitamina D.

A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.