Por Diana Saavedra, Gaceta UNAM, 09 de diciembre del 2019.

La UNAM prepara una estrategia de acción para enfrentar de la mejor manera el cambio climático, afirmaron expertos del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de esta casa de estudios.

Con motivo de la conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 25), que se realiza en Madrid, España, del 2 al 13 de diciembre, Carlos Gay García y Clemente Rueda Abad subrayaron que el reto es para todos, e instituciones como la Universidad Nacional ya visualizan la mejor forma de contribuir desde sus propias instalaciones.

Gay García, coordinador del PINCC, destacó que históricamente la UNAM ha estado preocupada por el tema; se ha involucrado y ha asesorado a autoridades del gobierno federal y a diversos gobiernos estatales.

“Desde el PINCC preparamos una estrategia de acción climática, de la que se derivará un programa para esta Universidad. Se pretende que todos participen: institutos, centros y escuelas, para reducir las emisiones y la demanda de energía, y adaptar a la UNAM ante el eventual cambio climático”, detalló.

Se tiene que proyectar qué pasaría en los salones de clase y con las actividades si tenemos dos grados más de temperatura, ejemplificó. El objetivo es reducir las emisiones y, posiblemente, llegar a las cero emisiones para 2050, dijo.

Gay García recordó que la Universidad pertenece a la iniciativa internacional UC3 (University Climate Change Coalition), en la que instituciones de México, Canadá y Estados Unidos revisan acciones como dejar de emitir gases de efecto invernadero y ayudar a los actores fuera de las universidades a cumplir sus propios compromisos climáticos.

ESFUERZO INSTITUCIONAL

En la elaboración de esa estrategia trabajan expertos de diversas disciplinas, y posteriormente deberá ser consensuada para socializarla.

Entidades de la UNAM ya han hecho importantes esfuerzos para instalar celdas fotovoltaicas, y el propósito es hacerlo de forma sistemática; además, tener transporte universitario eléctrico y revisar las instalaciones, precisó.

Rueda Abad, quien es secretario técnico del PINCC, destacó que actualmente este programa financia proyectos para examinar los escenarios climáticos en Ciudad Universitaria, como prospectivas sobre el beneficio de tener techos verdes o techos blancos, reducir el consumo de agua, analizar los efectos de las islas de calor y desarrollar proyectos de movilidad y de uso de biocombustibles.

“Pensamos, incluso, verificar cómo enseñamos el cambio climático en la UNAM y quién lo hace, con qué materiales, si tenemos una materia transversal, porque la lógica es ser multidisciplinarios”, comentó el científico social.

La COP 25 tiene la misión de consolidar el Libro de Reglas del Acuerdo de París , que debe contener elementos metodológicos y mecanismos de ejecución, contabilidad de gases de efecto invernadero, mecanismos de transparencia, metodologías de revisión y evaluación de avance de las tareas de mitigación, y servir para todo el mundo.

Muchas de las consecuencias del cambio climático, como huracanes intensos, sequías o lluvias torrenciales, fueron predichas desde 1979.

“El clima lo vieron los científicos, pero lo van a arreglar los políticos; sin embargo, ellos hacen demasiada política y se tardan para tomar decisiones. Con lo que sabemos se puede actuar y no seguir con este discurso. Los científicos haremos ciencia, pero los políticos no deben esperar al último grito de la moda para hacer algo”, dijo Carlos Gay.

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