Por El Sol de Tlaxcala, 17 de diciembre del 2019.

En diciembre inicia la temporada de pizca de maíz, en su mayoría de colores (cremoso, azul, rojo y amarillo) en Tlaxcala.

Así, las familias se reúnen en los ejidos para recolectar la cosecha del ciclo primavera-verano 2019.

La actividad agrícola se observa en los 60 municipios, en la pizca de granos se generan miles de jornales diarios.

Y aunque los hombres del campo ya saben que el maíz de color no será incluido en el precio de garantía que ofreció el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, planean venderlo con las tortilleras artesanales.

A pesar de que se prolongó la sequía hasta los días de canícula durante el mes de agosto, los hombres del campo tienen cosecha y han comenzado la trilla.

Aquí se aprovecha todo lo que se obtiene de la planta: el zacate, el totomoxtle y el grano.

En Tlaxcala, el último reporte oficial de siembra de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural fue de casi 80 mil hectáreas de las 120 mil proyectadas para este año.

En el ejido de San Nicolás, en Panotla, la cosecha está amogotada, las lluvias que se ausentaron desde hace cuatro semanas han permitido el secado de la semilla.

La cosecha es la última etapa del proceso de la siembra para el autoconsumo de las familias tlaxcaltecas, unos 180 días desde el establecimiento de la semilla en la tierra.

DON JOEL RECIBE TRES PENSIONES

El decano maestro jubilado, Joel Santacruz Cervantes, de 75 años de edad, hereda el trabajo agrícola y pecuario de su padre, don Isabel Santacruz, quien sembraba maíz y producía leche de vaca y carne de cerdo, con lo que adquirió algunos terrenos agrícolas.

Este veterano relata que de joven sirvió al Colegio Militar, de donde alcanzó el grado de capitán, pero en la actividad que realizaba (instructor de paracaidismo).

Dice que primero lo nombraron subteniente del Colegio Militar, pues era un atleta sobresaliente, pero se lastimó de la cintura y se pensionó.

Rememora que después de cumplirle a México, se dio de alta en el magisterio y laboró hasta el año pasado como docente de educación física, en una escuela secundaria del Estado de México, hasta cumplir 30 años y obtener una segunda pensión.

Refiere que tras la muerte de su esposa –en mayo pasado- doña Martha Báez Mejía, quien fue enfermara, pasa los días trabajando la tierra y disfrutando de sus cuatro hijos a los que dio profesión.

Eso sí, admite que después de 60 años de trabajo, ahora tiene tres pensiones del Gobierno: la de militar, la de maestro y a la pensión que recibe del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador del Programa del Bienestar 68 y más.

“El campo es de todos, hubo sequía, pero regamos con agua de río y luego con el temporal de la lluvia, estamos sacando entre 4.5 y cinco toneladas por hectárea,” estima.

Ahí, don Joel Santacruz refiere que este año venderá el maíz a las mujeres que elaboran la tortilla artesanal en cinco pesos el kilo.

Estamos muy contentos porque el campo siempre da cosecha, se siembra una semilla para el ratón y otra para el patrón, puntualiza.

Joel Santacruz Cervantes, productor de maíz

He saltado más de cien veces como paracaidista y fui instructor durante 18 años, fui atleta, docente y campesino, ahora me estoy preparando para el gran salto de la vida al otro mundo, pero antes sigo trabajando la tierra y disfrutando a mis hijos que de pequeños no pude.

YENY ES ESTILISTA Y JORNALERA

Ahí, Yeny Lima Flores, mujer de unos 30 años, comenta que trabaja un jornal por 250 pesos en la trilla de maíz, dinero que ocupa para la manutención de su progenitora, Sofía Flores, quien tiene 60 años y sin subsidios del gobierno de la República.

Esta mujer, por la mañana trabaja en la cosecha de maíz, pero por la tarde atiende a la clientela pues aprendió el arte de cortar el cabello a las personas y tiene una estética en Panotla.

  • 80 mil hectáreas de maíz fueron sembradas en el ciclo primavera-verano 2019
  • 120 mil hectáreas era la proyección de siembra de maíz para este año

LA PIZCA

  • La cosecha es la última etapa del proceso de la siembra para el autoconsumo de las familias tlaxcaltecas, unos 180 días desde el establecimiento de la semilla en la tierra.

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