Por Carolina Gómez Mena, La Jornada, 8 de junio de 2019

El Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) llamó al gobierno a cambiar de manera sustantiva su política de impulso a la producción y que se opte por métodos agroecológicos, que son más amigables con la biodiversidad y no hay daño a la tierra.

En entrevista con La Jornada, Sergio Madrid Zubirán, director del CCMSS, detalló que es necesario modificar el actual modelo de producción agropecuaria, ya que en este se emplean gigantescas extensiones de tierra con un elevado uso de agua, fertilizantes químicos y plaguicidas.

Añadió que esto ha tenido enormes impactos en la contaminación de ríos, de lagunas, de mares y de las tierras, así como en el agotamiento del suelo, contaminación de los alimentos y muerte de polinizadores. Ha dañado toda la cadena alimenticia.

El investigador apuntó que si bien estos insumos agrícolas o agroquímicos logran aumentar la producción en el corto plazo, los impactos negativos en la salud de las personas y de los ecosistemas es muy grave.

Detalló que el CCMSS trabaja con comunidades campesinas y pequeños productores y nos damos cuenta que sí es posible la producción de alimentos sin esos insumos utilizando técnicas agroecológicas, que no tienen impactos negativos.

No obstante, lamentablemente, desde hace muchas décadas el modelo adoptado para la producción está basado en paquetes tecnológicos con uso intensivo de agroquímicos, que incluyen fertilizantes, herbicidas, insecticidas y fungicidas.

No usar esos productos “permitiría ahorrar millones de pesos a los productores e instituciones de gobierno, así como reducir considerablemente las afectaciones ambientales.

El titular del CCMSS precisó que con la incorporación de prácticas agroecológicas y el conocimiento tradicional de las comunidades locales y pueblos indígenas se puede reducir el consumo de agroquímicos, ya que con el manejo combinado de cultivos y el uso de soluciones orgánicas se puede lograr un control eficaz de plagas, la fertilización necesaria del suelo y los cultivos y la producción de alimentos de calidad para alimentar a la población.

Las prácticas de producción agropecuaria industrial y el uso indiscriminado de fertilizantes han propiciado severos problemas de contaminación y eutroficación de los cuerpos de agua que alteran las funciones de los ecosistemas. Asimismo, provocan la pérdida de suelos, que van a parar en las partes bajas de las cuencas hidrográficas.