Por Mercedes López, Vía Orgánica AC, 6 de mayo de 2019
Del 29 de abril al 2 de mayo de 2019 se efectuó la Cumbre de Consumers International (CI) en Estoril, Portugal, reuniendo a integrantes de organizaciones de consumo de todo el mundo, empresas y gobiernos para intercambiar ideas, experiencias y articular estrategias, a fin de avanzar hacia prácticas de consumo sustentable y en la defensa de los derechos en el consumo.
CI es una red que reúne a 200 organizaciones de 100 países con una larga trayectoria de 59 años. En México cuenta con tres integrantes: el Colectivo Ecologista de Jalisco, El Poder del Consumidor y Vía Orgánica.
Entre las principales campañas de CI se encuentran los derechos digitales en el mundo, donde el poder de las grandes corporaciones es muy difícil de frenar individualmente.
Dentro del contexto de la Cumbre, la delegación latinoamericana de CI se reunió el día 30 con la directora , Helena Leurent, donde representantes de Argentina, El Salvador, México y República Dominicana le solicitaron realizar campañas centradas en la alimentación, desde la producción agroecológica hasta el procesamiento y venta, buscando que las empresas transparenten los contenidos, informando sobre los niveles de azucar, grasa, sodio y organismos genéticamente modificados que contienen. Todo a través de un mecanismo sencillo como el semáforo que se utiliza en Perú y en Chile.
Se habló de los daños que causa la agricultura industrial con el uso indiscriminado de agrotóxicos en todo el mundo, lo cual ha contribuido a dañar el suelo, el aire, los insectos polinizadores y la salud de quienes siembran y consumen esos alimentos, así como de la necesidad de impulsar procesos de producción de comida orgánicos o regenerativos para “secuestrar” el carbono del medioambiente y regresarlo a la tierra, proceso que aparte de enriquecerla y humedecerla, contribuye a enfriar el planeta.
Durante los tres primeros días de la Cumbre, se realizaron reuniones plenarias y eventos paralelos, donde se avanzó hacia un futuro posible situando a las y los consumidores en el centro de la innovación digital, para la incidencia en la defensa de sus derechos.
En las conferencias se destacó la falta de conocimiento de las personas sobre sus derechos en el consumo, con un porcentaje que va del 25 al 30% de quienes apenas los conocen. También se hizo hincapié en el poder de las empresas, que muchas ocasiones abusan y desinforman, al no existir legislación robusta en los países, sobre todo en las naciones en vías de desarrollo.
Se habló del analfabetismo digital en los países pobres y de la necesidad de pasar de la defensiva a la ofensiva. A nivel de alimentación, Danilo Pérez del Centro para la Defensa del Consumidor de El Salvador comentó que un gran reto en el mundo es atender y reducir la crisis de sobrepeso y obesidad que está afectando a la población por el consumo de comida industrializada.
Por su parte, Mercedes López de Vía Orgánica enfatizó la necesidad de transformar el actual modelo de consumo depredador por otro sustentable que promueva proyectos orgánicos que regeneren el medioambiente, la naturaleza, la tierra, el agua y los alimentos, esto a nivel de agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y aves de corral.
Se centró en siete principales estrategias que utiliza su organización, Vía Orgánica, como: crear conciencia en redes sociales, promover campañas informativas y de denuncia como la que impulsan contra Maseca, empresa transnacional mexicana para que no utilice maíces Genéticamente Modificados y nixtamalice sus harinas.
También se refirió a la acción legal como una demanda colectiva civil que llevan en México contra el maíz genéticamente modificado (GM), que gracias a una medida precautoria ha detenido su siembra comercial en el país, demanda contra las empresas Monsanto, Syngenta, Dow Agrosciences y las instancias de agricultura (Sader) y medioambiente (Semarnat) de México.
Otros mecanismos que resaltó Mercedes López son la educación a través de talleres, pláticas y conferencias sobre consumo sustentable, agricultura orgánica y defensa del maíz en el país y en el extranjero. Así como la creación de redes nacionales e internacionales de consumo, proyectos orgánicos, combate al cambio climático y soberanía alimentaria. También hizo énfasis en la necesidad de impulsar y aplicar en las naciones convenios internacionales como el Acuerdo 4X1000 de Paris y la propuesta de la FAO de escalar hacia agricultura ecológica.
Por su parte, Laura Best, profesora de la Universidad Nelson Mandela, comentó que es importante incluir la perspectiva de género en el tema del consumo, debido a que las mujeres, a pesar de ser las principales responsables de las compras en el hogar, están muy alejadas de las tecnologías digitales, por lo que hay que impulsar mecanismos formales e informarles para brindarles estrategias de conocimiento y defensa.
Durante los trabajos de la conferencia, diversos ponentes coincidieron en la necesidad de promover un consumo activo, buscando superar la discriminación y falta de educación, factores que inciden negativamente en un consumo sostenible.
También se habló de la necesidad de trabajar desde CI para exigir a las industrias mayor transparencia e información sobre los productos, a fin de que el público consumidor cuente con diversas opciones, lo cual solo se logrará con el apoyo del sistema de naciones unidas para, desde ahí, instituir políticas públicas a favor de la producción agroecológica de alimentos y su procesamiento sano.
Finalmente, las y los delegados coincidieron en un llamado conjunto para promover el cambio de modelo de consumo capitalista y trascender hacia otro sustentable que impida el incremento de la temperatura mundial en 3 o 4 grados, lo cual llevaría al caos.
“La última palabra está en manos de la población consumidora mundial, quien podrá cambiar el actual modelo de consumo depredador si ejerce su poder de compra de manera informada, decidida y ciudadana, para inclinar la balanza hacia el consumo sustentable”, comentó Mercedes López.