En octubre de 2018 dimos a conocer que encontramos glifosato en las harinas para hacer tortillas de Maseca. Ante el comunicado, la empresa simplemente respondió que las concentraciones halladas están dentro de los límites permisibles. Y es cierto, pero eso no significa que la situación no sea preocupante o que no requiera ser diferente, ser mejor.

¿Qué es el glifosato y por qué tanto alboroto?

El glifosato es un agroquímico. Específicamente un herbicida, que destruye toda “hierba” alrededor del cultivo principal. Es un producto que va en contra de los métodos de cultivo agroecológicos.

Se trata del producto estrella de una compañía con mucho poder: Monsanto, recientemente adquirida por Bayer. Controla alrededor del 50% de mercado de suministro de semillas patentadas, más de 60% de los agroquímicos y la mayoría de los rasgos genéticos de cultivos OGM o genéticamente modificados.

El glifosato comenzó a comercializarse por 1970. Desde entonces ha contaminado ecosistemas, enfermado agricultores y comenzado a acumularse en los órganos y tejidos de quienes hemos consumido comida contaminada sin saberlo.

“Durante el Encuentro Maya Peninsular de Resistencias, celebrado en diciembre pasado en el ejido de Dziuche, en José María Morelos, Quintana Roo, informaron que análisis hechos por la Universidad de Campeche, arrojaron glifosato en sangre y orina de gente de la comunidad, así como en el agua potable.”

El glifosato no está solamente en el maíz con que Maseca elabora harina de tortilla, está en el cereal y las galletas de trigo, en los sobres de avena, etc. Prácticamente puede estar en cualquier alimento procesado que utiliza cultivos a los que se aplica este herbicida. Y se aplica ampliamente por agricultores de todos los tamaños y geografías.

La situación en relación a los agroquímicos debe evolucionar

El pasado 11 de enero de 2019, la CNDH señaló el incumplimiento del gobierno Mexicano, específicamente de Sader, Semarnat, Cofepris y Senasica, en garantizar un medio ambiente sano, al no restringir el uso de plaguicidas altamente peligrosos, pues en el país se continúa utilizando productos de esta índole que son prohibidos en otros lugares.

El que las autoridades no restrinjan la aplicación de agroquímicos viene resultando en daños a la salud de las personas y los ecosistemas, así como en grandes impactos económicos. Por ejemplo, la noticia de la recomendación divulgada por el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible expone:

“[…] los apicultores de la región sostuvieron una reunión con funcionarios tanto de las dependencias mencionadas en la recomendación de la CNDH y otras más para exponer las amenazas que enfrenta su actividad y para proponer una estrategia de protección y fomento a la apicultura maya en la Península de Yucatán, que incluye detener los programas gubernamentales que promueven el uso desmedido de agroquímicos dañinos para los polinizadores, la miel, las personas y los ecosistemas de la región.”

Así, la recomendación para las autoridades competentes fue el dar cumplimiento a tratados y convenios internaciones y emitir los lineamientos para regular y, en un momento dado, prohibir el uso de agroquímicos.

En el punto 221, la recomendación señala que “[…] es de importancia visibilizar el papel que juegan hoy en día las empresas de cara a los derechos humanos, pues la actividad empresarial puede provocar violaciones de derechos humanos”

En el punto 226 se explica que la situación actual en México, en el marco legal y reglamentario, permite a las empresas la comercialización y uso de sustancias de alta peligrosidad”, con potencial de dañar la salud de la población y de perjudicar al medio ambiente.

Recomendaciones puntuales de la CNDH para el gobierno Mexicano

A la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales se recomendó:

  • Conformar un Comité Especializado en la Identificación e Investigación sobre los efectos adversos de Plaguicidas Altamente Peligrosos; con el objetivo de garantizar la debida coordinación entre autoridades, el fortalecimiento de la regulación sobre la gestión de los plaguicidas y la identificación de las sustancias peligrosas con potencial de dañar a la población y los ecosistemas. En el comité se establecerían la distribución de responsabilidades y los procedimientos de coordinación. Debería haber coherencia entre los marcos legal, reglamentario y programático.
  • Elaborar un diagnóstico sobre el estado actual de contaminación de suelos y agua superficial y subterránea por plaguicidas, con énfasis en zonas predominantemente activas.
  • Incorporar la información del diagnóstico arriba mencionado al Sistema Nacional de Información Ambiental y de Recursos Naturales.
  • Incluir en la LGEEPA, la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, la definición de Plaguicida Altamente Peligroso, así como lo referente a su regulación en el ciclo de vida.
  • Revisión y actualización de las Normas Oficiales Mexicanas en materia de plaguicidas.
  • Proponer la inclusión en el Plan Nacional de Desarrollo, objetivos, metas, estrategias y prioridades, para reducir al mínimo los riesgos a la salud y el medio ambiente, derivados del manejo de plaguicidas.
  • Incluir en su programa sectorial, objetivos, metas, estrategias y prioridades, para la reducción y prohibición progresiva de plaguicidas altamente peligrosos, que sean medibles, evaluadas y monitoreadas.

A la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural se recomendó:

  • Conformar el Comité Especializado en la Identificación e Investigación sobre los Efectos Adversos de Plaguicidas Altamente Peligrosos, igual que a Semarnat.
  • Realizar un estudio sobre los riesgos asociados al uso y manejo de los plaguicidas incluidos en tratados internacionales, poniéndolo a disposición de Semarnat y del público en general.
  • Realizar las gestiones para incluir el término Plaguicida Altamente Peligroso, así como la regulación en su ciclo de vida, en la Ley Federal de Sanidad Vegetal.
  • Revisar y actualizar las Normas Oficiales Mexicanas en materia de plaguicidas.
  • Incluir en el Plan Nacional de Desarrollo y en su programa sectorial, la atención a la problemática de los plaguicidas, igual que a Semarnat.
  • Diseñar e implementar una campaña de orientación, educación y concientización sobre el uso responsable y seguro de los plaguicidas, dirigido al sector agrícola.
  • Formular e implementar un Programa Nacional de Monitoreo de Residuos de Plaguicidas en vegetales.
  • Diseñar, publicar y distribuir un procedimiento para la determinación de los límites máximos de residuos de plaguicidas en alimentos.

A la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios se recomendó:

  • Conformar el Comité Especializado en la Identificación e Investigación sobre los Efectos Adversos de Plaguicidas Altamente Peligrosos, igual que a Semarnat y a Sader.
  • Realizar los estudios de riesgos sanitarios y ambientales necesarios por el uso de plaguicidas de alta peligrosidad, que incluya por lo menos las sustancias restringidas o prohibidas conforme a los listados de los Convenios de Rotterdam y Estocolmo, poniéndolos a disposición de Semarnat, Sader y Senasica, así como de público en general.
  • Proponer al Secretario de Salud, modificaciones o adiciones a la Ley General de Salud para la inclusión del término Plaguicida Ampliamente Peligroso, incluyendo su regulación durante el ciclo de vida.
  • Revisar y actualizar las Normas Oficiales Mexicanas existentes, de su competencia, en materia de plaguicidas.
  • Identificar los permisos o registros sanitarios de plaguicidas vigentes que incluyan sustancias prohibidas conforme a tratados internacionales o sean catalogados como altamente peligrosos, de manera que se promueva con oportunidad la revocación de los mismos.
  • Emitir una circular a quien corresponda, para que se garantice la abstención de la emisión de autorización o permiso o registro de utilización, comercialización, importación y exportación de plaguicidas que contengan sustancias cuya inocuidad no haya sido demostrada.
  • Diseñar, publicar y distribuir un procedimiento para la determinación de los límites máximos de residuos de plaguicidas en alimentos, en colaboración con Sader y Senasica.
  • Brindar capacitación inmediata al personal de salud que labora en las clínicas de salud, en zonas primordialmente agrícolas, que sea efectiva para el conocimiento de los riesgos a la salud derivados de la intoxicación por la exposición a plaguicidas.
  • Diseñar y poner en marcha un programa de brigadas de salud periódicas calendarizado en las zonas agrícolas del país, para brindar servicios de atención médica a personas con intoxicaciones por el contacto con plaguicidas.
  • Realizar un estudio actualizado sobre salud ambiental, intoxicaciones y contaminación por el uso y manejo de plaguicidas, que sea difundido públicamente.
  • Celebrar convenios de colaboración y coordinación con gobiernos estatales para garantizar la difusión del estudio actualizado del punto anterior.
  • Diseñar e implementar, con Sader, la campaña de educación, orientación y concientización sobre el uso responsable y seguro de los plaguicidas, dirigido al sector agrícola.
  • Incluir en el Plan Nacional de desarrollo y en su programa sectorial la problemática de los plaguicidas, igual que Semarnat y Seder.

Al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria se recomendó:

  • Igual que al resto de las instituciones señaladas, conformar el Comité Especializado en la Identificación e Investigación sobre los efectos adversos de Plaguicidas Altamente Peligrosos.
  • Realizar un estudio sobre los riesgos asociados al uso y manejo de los plaguicidas de alta peligrosidad, que sea del conocimiento de Semarnat y Cofepris, y puesto a disposición del público en general.
  • Proponer a la Sader las acciones y estrategias necesarias para dar cumplimiento a la armonización y equivalencia internacional de las normas, leyes y reglamentos en materia de plaguicidas.
  • Diseñar, publicar y distribuir un procedimiento para la determinación de los límites máximos de residuos de plaguicidas en alimentos, en colaboración con Sader y Cofepris.
  • Publicar un manual interno que establezca un procedimiento único de carácter obligatorio para el monitoreo de la efectividad biológica de los plaguicidas, que garantice la homologación de los procesos y criterios acordes a la normatividad ambiental y sanitaria.

¿Qué sigue?

Hasta ahora las cuatro instancias de gobierno han aceptado las recomendaciones, afirmando que tienen el propósito de atender a las acciones de freno al daño supuesto por los plaguicidas.

Lo que sigue para los consumidores en la lucha por un sistema alimentario sano, es seguir la pista al proceso.

En relación a las agroindustrias, es exigirles que transparenten qué hay en sus productos. A Maseca le estamos pidiendo que diferencie sus harinas. Queremos saber cuándo es posible que contenga rastros de transgénicos y de glifosato.

Por favor, si estás de acuerdo, únete a la lucha y firma la carta. Tus datos personales están protegidos.