Por Stephanie Torres, Net Noticias Mx, 4 de diciembre de 2018

Aunado a esto, los laboratorios del Health Research Institute en Iowa, Estados Unidos encontraron residuos de dicha sustancia en muestras de harina del grupo Maseca en México, lo que puso en alerta a la población. Pues son las tortillas de harina de maíz más vendidas del país.

Para hablar del tema, NetNoticias consultó a Lorenzo Soberanes, médico general de la localidad, quien rectificó que efectivamente como fue clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es cancerígeno para los seres humanos.

“Esto es lo que sucede, lo están utilizando en cultivos transgénicos, la necesidad de la sobrepoblación y de un consumo de alimentación exagerada, ha llevado a muchos agricultores a rociar efervicida para matar la maleza y todo alrededor, lo usan mucho en cultivos transgénicos para soya, maíz y el algodón, y todo eso ha generado graves problemas”, explicó.

Recalcando que no bastaría sólo con dejar de comer tortillas o algún grano como puede ser la soya, “todo mundo tiende a irse por las cosas aparentemente orgánicas pero muchas veces no los son”.

“Yo no estoy seguro que solo sea la tortilla, la contaminación es solamente para las plagas, no puedo asegurar que se quede impregnado el maíz con eso. El producto se utiliza para matar las plagas que pueden perjudicar el cultivo del maíz, yo sería irresponsable de decir que el maíz viene contaminado, si existe la posibilidad, pero yo no puedo asegurar que determinada marca de maíz lo tenga”.

Más que el consumidor, de acuerdo a Soberanes los principalmente afectados son los agricultores y sus familiares, pues son loas que están en contacto directo con la sustancia.

“Los que están expuestos a más riesgo son los agricultores, familiares, fetos y bebés pequeños. No tanto el consumidor como tal. Hay que hacer más análisis e investigaciones por que quizás puede ser un factor que genera todo lo las deformidades congénitas que estamos teniendo, labio leporino, entre otros”, añadió.

En este sentido, agregó que la recomendación sería medirle los niveles de glifosato en los trabajadores del campo, como si fuese una vigilancia epidemiológica, revisar que no esté en su sangre la sustancia.

Por otra parte aseguró que la reacción a la sustancia va a depender de la variable humana, todos los organismos son diferentes, cada persona metaboliza y reacciona diferente.

“Entonces no podemos hablar de una cuestión generalizada, porque además es uno de los factores del cáncer habría que analizar otras situaciones”, concluyo.