Por Justus Wanzala, IPS Noticias, 20 de noviembre de 2018, Traducción de Verónica Firme 

Kisia, una maestra jubilada, hace seis años que cría peces. En 2016 se anotó en el Programa de Acuicultura orientada al Mercado de Kenia (KMAP, en inglés), de Farm Africa, el que concluye en 2019. La iniciativa se extiende por 14 condados de las regiones Central y Lago Victoria, de Kenia.

“KMAP ofrece capacitación especial en acuicultura, lo que me ha permitido aprovechar las oportunidades del sector”, dijo Kisia a IPS. Además de los valiosos vínculos con comerciantes que ofrece, acotó.

“Cuando el pez está maduro, los compradores están a una llamada de teléfono de distancia”, añadió.

En sus cinco estanques, tiene tilapia y algunos bagres, que pesca dos veces al año, y le dejan el equivalente a unos 1.500 a 2.000 dólares.

La demanda de pescado aumenta en Kenia debido al rápido crecimiento de la población, de tres por ciento, y a que hay mayor conciencia sobre el valor nutricional del pescado. Pero la producción depende mucho de la captura en lagos, lo que lleva al agotamiento del recurso.

La Oficina Nacional de Estadística informó en abril que la producción pesquera, procedente de lagos, del mar o de cultivo, había disminuido de unas 163.000 toneladas, en 2013, a unas 135.000, en 2017. La consiguiente escasez llevó al aumento de los precios.

Ese es el contexto actual a pesar de que este país tiene más de 1,14 millones de hectáreas de tierras ideales para practicar la acuicultura, según el informe del Instituto de Investigación Pesquera y Marina de Kenia (KMFRI), de 2017.

Ni siquiera el programa diseñado por el gobierno para impulsar la acuicultura, en el marco del cual se instalaron 48.000 estanques en todo el país hace una década, resolvió el problema de la disminución de la oferta de pescado.

En parte, eso se debe a que el programa solo formó a los beneficiarios en cómo hacer estanques y acopiar alevines. Hubo algunos talleres de capacitación, pero básicamente, los participantes tuvieron que arreglárselas solos.

El coordinador de Farm Africa, Teddy Nyanapa, explicó a IPS que su organización empodera a los agricultores monitoreando sus avances, ofreciendo asistencia técnica, asesoramiento comercial y para la preservación de recursos naturales. Además de promover un mejor marco legal para el sector.

El programa abarca a todos los actores de la cadena de valor, acuicultores, fabricantes de alimentos y comerciantes, precisó Nyanapa.

Además de las prácticas pecuarias, los agricultores también reciben capacitación para llevar las finanzas, acotó. El programa cuenta con 1.100 beneficiarios, apuntó Nyanapa.

Cada uno de los 14 condados incluidos en el programa, tienen agentes para asistir a los agricultores a emplear las mejores prácticas.

“Los agentes son funcionarios de extensión, la mayoría graduados de facultades, debido a la necesidad de personal para promover la acuicultura con celeridad”, añadió Nyanapa. Gracias a ese apoyo, el proyecto se considera un éxito.

Hay pocos alevines, observó, pues solo hay 12 criaderos oficiales en Kenia.

Nyanapa lamentó que no hubiera un tamaño estándar de juveniles definido para la venta a los agricultores, ya que algunos son tan pequeños que rara vez sobreviven, lo que deja pérdidas.

El costo de la alimentación es una carga pesada, que puede llegar a representar 70 por ciento del costo total, confirmó Nyanapa, coincidiendo con tres agricultores.

“Dependemos de alimentos industrializados que son costosos, que a veces son de mala calidad y el suministro inestable”, lamentó Kisia.

KMAP también colabora con el Centro para la Vida y el Hogar en Ebenezer, un internado con enseñanza primaria y secundaria, para su proyecto de acuicultura con fines nutritivos y comerciales.

La profesora Martha Achieng comentó que comenzaron con la cría de peces en 2012, en el condado de Kisumu.

“El objetivo inicial fue criar peces para su alimentación, dado que algunos menores viven con VIH/sida, pero tras la primera cosecha, vendimos el excedente y sacamos unos 2.000 dólares, y nos dimos cuenta de que era un emprendimiento lucrativo”, recordó Achieng.

El internado, con unos 1.000 alumnos, cuenta con seis estanques con tilapias y bagres. Como las reservas naturales disminuyen, el gobierno subsidia el costo que recae sobre los agricultores.

“Es necesario cambiar la política para reducir la importación de pescado de China y bajar el costo de los insumos a fin de aprovechar las posibilidades de la acuicultura”, subrayó Achieng.

Las importaciones de pescado chino en Kenia ascendieron a unos 21 millones de dólares en 2017, según datos de la Organización de las Naciones Unidas.

Pero en octubre de este año, el presidente Uhuru Kenyatta propuso prohibir las importaciones de pescado de China, aunque algunos pescadores locales, beneficiarios del KMAP, optaron por apuntar a un mercado a mayor escala, por lo cual apenas hubo un magro aumento del suministro local.

Stephen Lukorito, agente de Farm Africa, en el vecino condado de Vihiga, señaló que hay unos 100 pescadores en el condado, por lo que las posibilidades para la acuicultura son enormes.

La granja Beauty, en Vihiga, tiene cinco estanques que funcionan como centros de capacitación para jóvenes deseosos de dedicarse a la acuicultura.

El director de la granja, Wilson Ananda, dijo a IPS que la demanda de pescado en la zona es tan grande que cada vez que cosechan, la comunidad local compra toda la captura.

En el condado de Vihiga, la empresa Bunyore Riverside Development (BRAD) tiene una granja en la que cría unos 19.000 peces en seis estanques de unos 60 por 30 metros, con un sistema integrado de cría de peces y de pollos.

Las casas de los pollos están encima de los estanques, y los excrementos que caen generan algas en el agua, que sirven para alimentar a los peces.

Otras organizaciones se asociaron con el KMAP para apoyar la gestión de las crías, el monitoreo y la evaluación, mientras otras como el Centro Mundial de la Pesca ofrece asesoramiento sobre la conveniencia de varias especies en diferentes zonas ecológicas.

La capacitación también se extendió a los funcionarios gubernamentales, y ya se capacitaron 28 en tecnologías modernas de acuicultura en la región del lago Victoria.

También se capacitan agricultores para oficiar de mentores con sus colegas.

Nyanapa comentó que para terminar el proyecto, les gustaría ayudar a organizar a los agricultores en grupos de trabajo para comprar insumos y mejorar el acceso a los mercados y a los recursos financieros.