Por Angélica Enciso L., La Jornada, 13 de septiembre de 2018Tan sólo de manglares,

México ha perdido 10 por ciento de su cobertura en los últimos 25 años. Éste es uno de los ecosistemas que forman parte del carbono azul junto con los pastos marinos y marismas, una de cuyas funciones es captar y almacenar bióxido de carbono. Ante ello el próximo gobierno los debe tomar como parte estratégica de las acciones de la política nacional medioambiental para enfrentar los desafíos del cambio climático, planteó la Alianza de Carbono Azul de México.

Estos ecosistemas capturan carbono a una tasa anual de dos a cuatro veces más que la de los bosques tropicales maduros. Pese a cubrir menos de 0.5 por ciento de la superficie marina mundial, en un año secuestran la cantidad de carbono equivalente a casi la mitad de las emisiones generadas por el transporte a escala global.

A pesar de esta relevancia, las tasas de degradación de los ecosistemas de carbono azul están en aumento, indicó la alianza. Explicó que al mismo tiempo que se reduce la captación de bióxido de carbono se generan emisiones y crece la acidificación de las aguas litorales, lo cual afecta directamente a la biodiversidad y las poblaciones.

Detalló que la degradación de los ecosistemas de carbono azul es principalmente causada por la urbanización costera, la contaminación de los cuerpos de agua, los cambios en el uso de suelo, la acuacultura, la ganadería, la agricultura y el turismo.

Hay pocos instrumentos en la legislación que hacen referencia al carbono azul explícitamente, por lo que se desaprovecha el potencial de estos ecosistemas, señaló Juan Carlos Carrillo, coordinador del área de capacitación del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

Esos ecosistemas, además de capturar carbono, ofrecen múltiples servicios ambientales, como la protección de las costas frente a tormentas, huracanes y el aumento del nivel del mar; purificación de agua; son hábitat de numerosas especies de importancia económica; evitan la erosión de playas; apoyan el sustento de las pesquerías y forman parte de zonas que fungen como motores de la economía al ser destinos turísticos y áreas de recuperación pesquera.