Por Ernesto Perea, Imagen Agropecuaria, 25 de julio de 2018

Se trata de un programa integral, que se aplicará en forma escalonada, entre las secretarías de Educación, del Medio Ambiente, de Salud y de Desarrollo Social y de Agricultura, promoviendo, además, la participación de padres y maestros.

El objetivo es fomentar la producción de alimentos en escuelas y parcelas comunitarias y ejidales, para la distribución de desayunos escolares y de productos agrícolas en casas de salud, hospitales o comedores de la localidad (región).

La propuesta busca disminuir el consumo de alimentos procesados de baja calidad, que han contribuido al aumento en el porcentaje de la obesidad infantil y las enfermedades cardiovasculares en la edad adulta. De igual forma, se pretende disminuir el alto nivel de dependencia de alimentos externos y modificar los hábitos de consumo en niños y niñas.

De acuerdo con la propuesta, “para la creación de las parcelas escolares comunitarias y ejidales se aplicará una estrategia que contempla financiamiento, asistencia técnica y capacitación, material didáctico, insumos y herramientas”.

El documento señala que en varias entidades del país se ha buscado, a través del DIF, mejorar la alimentación de niños y niñas de nivel escolar básico por medio de despensas. Sin embargo, se han generado “situaciones negativas que han contaminado la buena intención”, como favoritismo en la elección de los proveedores de alimentos; una alta dependencia del consumo sin alentar la producción interna; y dietas muy altas en carbohidratos por el consumo de alimentos altamente industrializados.

Señala que La Cruzada Nacional Contra el Hambre, programa implementado en este sexenio, “recurre a estrategias que, con el tiempo, han generado cambios en los patrones de producción y consumo en las zonas rurales más pobres del país, lo cual tendrá repercusiones negativas en el futuro”.