Por Susana González G., La Jornada, 18 de abril de 2018

Reunidos en Ciudad de México, expertos de la Federación Mundial de Obesidad (WOF) y del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) analizan los avances que ha tenido la instauración en México del impuesto de un peso por litro a las bebidas azucaradas, así como otras herramientas para combatir la obesidad entre la población, informó la organización El Poder del Consumidor (EPC).

La obesidad, dijo, sigue siendo una emergencia epidemiológica en México y se prevé que se duplique la prevalencia de diabetes entre la población de aquí a 2050 si no se toman medidas para frenarla. En todos los países se han incrementado tanto la obesidad como el sobrepeso en los 10 años recientes, lo que provoca también un aumento en las tasas de cánceres muy agresivos, diabetes y enfermedades cardiacas, alertó Luis Encarnación, de NCD Child. Consideró que el gobierno mexicano tomó medidas valientes al gravar los refrescos.

Donna Ryan, de la Federación Mundial de Obesidad, sostuvo que el liderazgo de México en la aplicación de un impuesto de un peso por litro ha conllevado una reducción en el consumo doméstico de refrescos, y ahora este impuesto se ha estado copiando en Sudáfrica, Reino Unido y Abu Dhabi. Otros países con impuestos a bebidas son India, Portugal, Cataluña y varias ciudades de Estados Unidos.

Sin embargo, Simón Barquera, especialista del INSP, remarcó que la epidemia de obesidad está haciendo estragos en México, y es el principal factor causante de enfermedades y muertes en el país. Además de mejorar las políticas de prevención existentes, es igualmente importante que proveamos tratamientos de calidad para quienes lo necesitan, para minimizar el impacto de la obesidad a largo plazo.

El impuesto a alimentos y bebidas azucaradas, no saludables o con alto contenido calórico, se puso en marcha con la reforma fiscal que entró en vigor en 2014, y se considera que ha resultado fundamental para enfrentar la crisis de obesidad, pero aunque los expertos consideran que se puede reproducir en otros países, también señalan que se requieren más esfuerzos para abatir la epidemia, sobre todo entre los niños, como exigir rendición de cuentas a la industria de alimentos y bebidas.

Es necesario restringir la publicidad dirigida a niños y mejorar el sistema de etiquetado frontal de alimentos, que actualmente no informa de manera correcta cuán poco saludables pueden ser algunos alimentos, dijo Johanna Ralston, de la Federación Mundial de Obesidad.

“La industria influye en políticas’

Alejandro Calvillo, director de EPC, indicó que la mayor resistencia a las políticas de prevención de la obesidad se da por el poder de la industria de alimentos y bebidas. Debe establecerse un protocolo para evitar que la gran industria intervenga en el diseño de estas políticas.

Los expertos abordan críticamente la percepción común de que la obesidad es resultado sólo de las elecciones personales y no del estilo de vida y las condiciones ambientales, pero también ponen énfasis en el impacto de la obesidad infantil, la rendición de cuentas de las empresas, la importancia de una formación adecuada en el sector médico para prevenir y tratar la obesidad con mejores herramientas y explorar la complejidad de las razones que influyen en la prevalencia de obesidad.