Por Ernesto Perea, Imagen Agropecuaria, 6 de marzo de 2018
Durante el foro EFE agro, frente al presidente y director general para Latinoamérica Norte de Monsanto, Manuel Bravo, el funcionario federal expuso que el tema no son los transgénicos, sino que tipo de tecnología queremos para México.
El tema de transgénicos ya está pasando como de moda…no es la solución para México; la biotecnología sí, pero eso va a depender qué zona, qué productos, qué características, con qué genética”, expresó.
No queremos que en 30 años –proyectó Jorge Narváez– se diga que cierta región tiene está situación por el uso de transgénicos. Añadió que hay países que los producían y ahora ya no lo hacen por temas de sustentabilidad o de salud.
En entrevista con www.imagenagropecuaria.com Manuel Bravo rechazó tajantemente que los transgénicos sean obsoletos, “por supuesto que no…“mi opinión es distinta a la del subsecretario. Creo que la biotecnología es la base de muchas tecnologías que vienen hacia el futuro y que va a generar cada vez más valor al agricultor y agricultura en general”.
Argumentó que se han desarrollado desde la segunda a cuarta generación de biotecnología para plagas abajo y arriba de suelo, para mejorar el uso de agua y que la planta sea capaz de mitigar riesgos de sequía y tener cultivos más sanos y asimilar mejor los nutrientes.
Estamos empezando –subrayó– con descubrimientos en base a tecnología que van a estar en el mercado en 10 o 15 años, “si fuera obsoleta no habría descubrimientos en biotecnología”; también esta la edición de genes, que es una forma más precisa de hacer mejoramiento genético.
Comentó que en el caso de maíz derivado de que México es centro de origen, hay más activismo de deferentes sectores de la sociedad, lo cual ha complicado el avance de la biotecnología en este cultivo; hay otros países como Colombia y Honduras, que han vivido por décadas los beneficios de la biotecnología en maíz, como una mayor producción, menor uso de insumos e incluso granos más limpios y saludables.
En México, explicó, estamos en un proceso legal que imposibilita al gobierno a otorgar cualquier tipo de permiso comercial para transgénicos, por lo que primero tenemos que ser capaces de destrabar esto, de generar suficiente información para que las personas que están encargadas de tomar esta decisión lo hagan a favor de la ciencia, de la tecnología y en beneficio del campo para después seguir con el proceso de aprobación.
Manuel Bravo añadió que como todo proceso legal pasa de un nivel a otro del sistema judicial, se tienen que presentar las pruebas de ambos lados. En los dos últimos años han sido cuestiones de forma de proceso, más que de fondo; esperemos que muy pronto podamos entrar al fondo del asunto, sobre la seguridad de los organismos genéticamente modificados, los beneficios para agricultores y la biodiversidad y así ”tiremos abajo con base a ciencia todos los mitos que se han hecho en torno a esta tecnología”.
