Por La Prensa, 23 de febrero de 2018

Según la Ley 765, Ley de Fomento a la Producción Agroecológica u Orgánica, la producción agroecológica es un sistema productivo donde se aprovechan al máximo los recursos locales y la sinergia de los procesos a nivel del agroecosistema, utiliza prácticas que favorecen su complejidad, adoptando el control biológico y la nutrición orgánica de manera óptima en el manejo del sistema de producción o la finca.

Estudios de casos realizados por el Programa de Campesino a Campesino (PCaC), como socio de la Alianza Semillas de Identidad, han demostrado que en fincas de 2.25 manzanas, las familias campesinas lograron establecer más de 14 cultivos lo que les ha permitido garantizar su seguridad alimentaria todo el año y vender excedentes, incrementando el ingreso familiar.

Productores asociados al Movimiento de Productoras y Productores Agroecológico y Orgánico de Nicaragua (MAONIC) han incrementado sus excedentes para el mercado a partir de la implementación de la Agroecología y han obtenido reconocimiento social en sus comunidades como líderes comunitarios.

“En términos sociales, estos productores y productoras se destacan por su rol como promotores agroecológicos, representan una referencia para su comunidad y territorio, compartiendo sus conocimientos con otros productores. De igual forma están jugando un papel muy importante como protagonistas de procesos de gestión y promoción de acciones de beneficio colectivo, como el establecimiento de mercados municipales en varios municipios”, explica Harold Calvo, coordinador de la Alianza Semillas de Identidad (ASI).

Según estudios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en Centroamérica la agricultura familiar campesina produce más del 70 por ciento del total de los alimentos.

“Por eso alzamos nuestra voz para que la población conozca que una agricultura con cultivos transgénicos pondría en peligro la producción de alimentos que producimos. Son un riesgo para los saberes y prácticas locales, para la diversidad genética, la economía campesina y la Seguridad Alimentaria y Nutricional. Además de hacer los sistemas de producción más vulnerables al cambio climático”, señala Edgar Cabrera, productor agroecológico de Nandaime, en Granada.