Por Iván Restrepo, La Jornada, 8 de enero de 2018

La megaurbe lleva meses cubierta con una densa capa de humo y partículas. Especialmente quienes viven o visitan las colonias Hipódromo-Condesa y Roma padecen por la pésima calidad del aire debido a las obras para rehacer calles, avenidas y banquetas, sin que las autoridades y las constructoras tomen las mínimas medidas que eviten daños a la salud. Montones de tierra al aire libre que el viento se encarga de esparcir por doquier. Si las autoridades realizaran un estudio sobre partículas en esta parte de la ciudad, encontrarían que rebasan, por mucho, las permitidas por la legislación vigente. Pero la prioridad son los negocios y el futuro político de la alta burocracia.

En tanto, por el crecimiento de la población y las actividades económicas, Baja California Sur tendrá en siete años más una mayor carencia de agua de la que hoy padece. Y en la parte sur del país, en Quintana Roo, el abasto del preciado líquido también estará en peligro los próximos años debido a la falta de planeación urbana y al aumento de la población local y visitante. En tanto, en Aguascalientes las autoridades advierten de la posible contaminación del agua que se extrae para abastecer a más de 200 mil habitantes; el motivo: se saca a más de 600 metros de profundidad, lo que ocasiona que contenga metales pesados que afectan la salud, y como el acuífero no se recarga suficientemente, el líquido cada día es menos.

No reciben el líquido suficiente miles de hogares en una vasta zona del estado de México: Naucalpan, Atizapán de Zaragoza, Ecatepec, Coacalco, Tlalnepantla, Tultitlán, Neza, Tecámac, Nicolás Romero y Huixquilucan. Los más afectados son quienes viven en las colonias pobres. Mientras, el gobierno estatal y los partidos políticos gastan millones en anunciar sus falsos logros y sus promesas electorales.

Juan Carlos Flores, corresponsal de La Jornada en Colima, reportó que la minería legal e ilegal ocasiona severos daños a las fuentes de agua de que se abastece la población de la entidad por la presencia de arsénico. Un estudio de la universidad estatal y la de Harvard así lo confirman. Destacan por su aporte contaminante la minera Peña Colorada, de la trasnacional italo-argentina Ternium y las siderúrgicas Hylsa. En la entidad hay 964 concesiones mineras y virtualmente nulo control sobre sus operaciones por parte de las instancias oficiales del medio ambiente y salud.

Peor la pasan por falta de agua en Ayutla, si nos atenemos al reportaje de nuestro corresponsal Sergio Ocampo. En este municipio de Guerrero los pobladores de la Libertad de la Unión tienen que escarbar en el lecho del río de la localidad para obtener agua contaminada. En esa misma entidad otro río, el Mezcala, y la presa El Caracol, se encuentran altamente deteriorados por los desechos químicos de la empresa canadiense Torex Gold Resources, la cual extrae oro y plata. Entre los afectados se encuentran los pobladores del municipio de Cocula. Agreguemos que más de una tercera parte de las 600 colonias de Chilpancingo no cuentan con agua potable ni drenaje, pese a la promesa del presidente Peña Nieto de resolver la falta de líquido en esa ciudad.

Desde hace décadas, los ríos y lagos de la cuenca Lerma-Chapala-Santiago están contaminados por los desechos peligrosos de la industria, la agricultura y las aguas negras de las ciudades. La zona de El Salto, en Jalisco, y la de Salamanca, en Guanuajuato, son ejemplos máximos. Ahora se informa que el agua que llega a los hogares y las actividades económicas de Guadalajara y su área metropolitana es de pésima calidad por contener nitrógeno amoniacal, manganeso, hierro, coliformeses en concentraciones que superan miles de veces la norma oficial mexicana. Loa datos provienen de la superintendencia de abastecimiento y control de calidad del agua del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado. Las concentraciones de aluminio, por ejemplo, superan en 3 mil 100 por ciento el límite que fija la norma oficial.

Último año del sexenio de Peña Nieto. Terminará sin cumplir su promesa de brindar agua potable a la población.