Por Víctor Ballinas y Andrea Becerril, La Jornada, 16 de diciembre de 2017

Casi al cerrar el periodo de sesiones, el Senado aprobó ayer de forma acelerada la nueva Ley General de Biodiversidad, con cambios que responden algunas inquietudes de ambientalistas y académicos, pero sin la prohibición expresa a explotaciones mineras y de hidrocarburos en las áreas naturales protegidas (ANP).

Sin que los senadores, que llevaban casi 24 horas sesionando, conocieran el dictamen, lo aprobaron con 88 votos a favor, cuatro en contra y cinco abstenciones. Una mayoría rechazó también la reserva de la senadora Silvia Garza, secretaria de la Comisión de Medio Ambiente, para incluir el impedimento expreso de proyectos mineros en las ANP.

La panista explicó que el país cuenta con 182 ANP, que suman una superficie de 90 millones de hectáreas, es decir, 10.5 por ciento del territorio nacional.

En la actualidad, en todo el país las mineras se han posesionado de un millón 550 mil 704 hectáreas, gracias a mil 968 concesiones. Precisó que en las ANP se han otorgado 57 mil 255 hectáreas para proyectos mineros.

Afirmó que es fundamental que no haya más concesiones y presentó por ello una reserva para modificar el artículo 147 de esa ley, que indica la protección de las mencionadas áreas naturales.

Sacó a relucir que en la COP 13, realizada en Cancún en diciembre de 2016, el presidente Enrique Peña Nieto presumió ante los representantes del mundo lo que México tiene, pero lo que no dijo es cuántos permisos de explotación entregó y cómo están afectando a esas áreas.

La senadora Garza (oradora única) no contó siquiera con el apoyo de sus compañeros de bancada e incluso Héctor Larios se manifestó en contra de que se ponga un alto a la minería en esas áreas, que son vitales para el medio ambiente.

También se rechazó una reserva para suprimir de la Ley General de Biodiversidad los artículos transitorios del 20 al 24, que tienen que ver con disposiciones sobre los mamíferos marinos en cautiverio, lo que a su juicio pone en riesgo la vida de esas especies. Puede ocurrir lo mismo que con los animales de circo, que acabaron muertos luego de la ley que prohibió su utilización en espectáculos.

Pese a ello, Garza consideró que la legislación es importante, dado que incluye los conceptos de valor intrínseco de la biodiversidad y el principio de no regresión. Recalcó que es importante recordar que la pérdida de biodiversidad, junto con el cambio climático, son dos de las más grandes amenazas que tiene la humanidad. De la primera depende el sustento de la vida, dijo.

La nueva ley, impulsada por la senadora Ninfa Salinas, del PVEM, que ha motivado preocupación entre organizaciones ambientalistas, fue aprobada sin discusión.