Por Fernando Bejarano*, Rapam, 4 de diciembre de 2017

El 3 de diciembre es una conmemoración que fue establecida por las 400 organizaciones miembros de la Red de Acción internacional en Plaguicidas, (Pesticide Action Network ó PAN) en memoria de más de 500.000 personas intoxicadas y más de 16.000 personas fallecidas esa noche en Bophal, India, en 1984.

Esto debido al escape de 27 toneladas del  gas tóxico metil isocianato, utilizado por la transnacional agroquímica Union Carbide para fabricar plaguicidas. Actualmente, más de 100.000 personas sufren enfermedades crónicas producto de esta catástrofe. Los muertos llegan a más de 25.000.

Desde que se adoptó el paradigma capitalista de la agricultura de monocultivos  dependiente de insumos industriales con la “Revolución Verde”, impulsada por Estados Unidos en México y América Latina, el uso de plaguicidas han afectado la salud y el medio ambiente de nuestros pueblos,  con efectos a la salud a corto y largo plazo. Además se ha contaminado el aire, suelos, aguas y alimentos causando profundos desequilibrios en los ecosistemas, graves impactos en la biodiversidad, deforestación y pérdida de la fertilidad de los suelos. En toda América Latina, se reporta la muerte masiva de abejas y polinizadores por neonicotinoides y por el uso indiscriminado de plaguicidas en los diferentes cultivos.

Situación en México

De acuerdo al informe  “La situación de los plaguicidas altamente peligrosos en México” coordinado por RAPAM,  en México se  autorizan por la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS)  183 plaguicidas altamente peligrosos de acuerdo con las categorías propuestas por los expertos de la FAO y la OMS y las de la Red Internacional de Plaguicidas (PAN internacional).

De acuerdo al catálogo de plaguicidas de 2016 elaborado por COFEPRIS y comparando con la Lista de Plaguicidas Altamente Peligrosos de PAN Internacional en México cuentan con autorización 43 plaguicidas que son probables carcinógenos según la  Agencia e Protección Ambiental de los estados Unidos; 35 plaguicidas que pueden ser alteradores hormonales  según  clasificación provisional de la Unión Europea, y 82 plaguicidas que son muy tóxicos para las abejas

También están autorizados 140 plaguicidas que están prohibidos o no autorizados en otros países. Esto es consecuencia de las políticas neoliberales de apertura a los mercados internacionales y de apoyo a las industrias de plaguicidas por encima de la protección a la salud y el medio ambiente. Nuestra asociación comercial con Estados Unidos nos ha llevado a la armonización de un mercado de productos autorizados de compuestos prohibidos en la Unión Europea y otros países.

Las empresas con mayor número de registros de estos plaguicidas, son por orden de importancia  Bayer, Syngenta, FMC, Dow, BASF, Velsimex, Agricultura Nacional, entre otras. El mercado oligopólico de plaguicidas junto con el de semillas y el impulso a  los cultivos transgénicos resistentes a herbicidas como glifosato, son una amenaza para la  soberanía alimentaria y atentan contra el derecho a  producir y consumir alimentos sanos.

Reiteramos las recomendaciones de dicho informe sobre la necesidad de un cambio profundo de las políticas públicas en materia de plaguicidas y de control de plagas y enfermedades en México- Se requiere poner en el centro la protección a los derechos humanos, aplicar el principio precautorio e impulsar un programa nacional de prohibición creciente de plaguicidas altamente peligrosos: así como apoyar en un programa nacional las  alternativas agroecológicas, principalmente para la agricultura campesina e indígena  para fortalecer el mercado interno.

Renovamos nuestro compromiso para ir construyendo una alianza con otros grupos  no gubernamentales, organizaciones  sociales y científicos críticos para impulsar estos cambios en México.

* Fernando Bejarano. Director de la Red de Acción sobe Plaguicidas y sus Alternativas  en México (RAPAM) A.C.

Para mayor  información, comunicarse al cel.  55 41 92 64 83