Instan científicos a cambiar políticas ante emergencia ambiental

Por La Jornada, 14 de noviembre de 2017

Más de 15 mil investigadores de unos 180 países firmaron una advertencia urgente a la humanidad en defensa de la protección del medio ambiente, informó este lunes la revista BioScience.

Para mayores cambios en las políticas ambientales alrededor del mundo es preciso presionar desde la opinión pública y la política, señalaron los académicos.

La publicación refirió que es el segundo llamamiento de la comunidad científica tras el realizado hace 25 años.

Entonces, unos mil 700 expertos, varios premios Nobel, describieron nueve de los problemas más acuciantes, entre ellos, el cambio climático, el crecimiento poblacional, la tala de los bosques y la disminución de la biodiversidad.

Al respecto, el científico estadunidense William Ripple, de la Universidad Estatal de Oregon, admitió que desde entonces, salvo en la estabilización de la capa de ozono, la humanidad no ha avanzado mucho.

“Lo alarmante es que en la mayoría de casos, la situación incluso ha empeorado”, añadió.

Sin embargo, según el académico, hay algunos avances, pues muchos países han renunciado a los productos químicos que dañan la capa de ozono.

Además, las energías renovables están creciendo y en las regiones donde se invierte en la formación de niñas y mujeres disminuyen las tasas de nacimientos, destacó.

Los firmantes del documento apuestan por medidas como la ampliación de las áreas protegidas, más limitaciones al comercio de productos de animales salvajes, programas de planificación familiar y formación para mujeres, entre otras acciones.

El mundo aumentó en 2017 sus emisiones de gases de efecto invernadero, tras tres años de cierta estabilidad, lo que vuelve a inyectar urgencia en las negociaciones del clima (COP23) que retomaron este lunes en la ciudad alemana de Bonn.

Las emisiones de CO2 ligadas a la industria y la combustión de energías fósiles aumentarán 2 por ciento este año respecto de 2016 (entre 0.8 y 2.9 por ciento) y alcanzarán un récord de 36 mil 800 millones de toneladas, después de mantenerse prácticamente estables entre 2014 y 2016, subrayó el Global Carbon Project en su balance anual número 12, realizado por científicos de todo el mundo.

“Eso muestra que hay que actuar con más resolución. Hay que olvidar cualquier autocomplacencia”, explicaron los autores del estudio, publicado en las revistas Nature Climate Change, Environmental Research Letters y Earth System Science Data.

“Es una gran decepción”, subraya una de las autoras, Corinne Le Quéré, de la universidad británica de East Anglia. “Con 41 mil millones de toneladas de CO2 emitidas estimadas para 2017 (añadiendo la deforestación), podría faltar tiempo para mantener la temperatura por debajo de 2 ºC, y a fortiori, 1.5 ºC”, objetivo fijado por el acuerdo de París, aprobado a finales de 2015.

Para conseguirlo, “sería necesario que las emisiones lleguen a su pico en los próximos años y disminuyan rápidamente a continuación”, recordó.

Detrás de la degradación

China, responsable de 28 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero y que permitió mejorar la situación en los años pasados reduciendo el uso de carbón, está en gran medida detrás de la degradación de 2017, según los investigadores. La causa: auge de la producción industrial y declive en la hidroeléctrica por culpa de episodios de sequía.

También deberían bajar las emisiones en Estados Unidos, aunque más ligeramente (-0.4, frente a -1.2 por ciento de media anual anteriormente). Será la primera vez en cinco años que el consumo de carbón aumente (+0.5 por ciento) a causa de la carestía del gas natural.

En India, las emisiones crecieron un poco menos (+2 por ciento), pero debería ser temporal, advirtieron los investigadores. En cuanto a la Unión Europea (UE), bajan más lentamente que en la década pasada (-0.2 por ciento).

Los 10 principales emisores son, por orden, China, Estados Unidos, India, Rusia, Japón, Alemania, Irán, Arabia Saudita, Corea del Sur y Canadá (la UE, en conjunto, ocupa la tercera posición).

La comunidad internacional, reunida hasta el viernes, intenta ponerse de acuerdo sobre cómo echar andar el pacto de París, firmado en 2015.

En Bonn, las partes firmantes del acuerdo (excepto Estados Unidos, que lo abandonó) deben empezar a concretar el “reglamento” de ese complejo pacto, y abrir un “diálogo” de un año para preparar la revisión de los compromisos climáticos nacionales, presentados por cada país.

La responsable del clima de la ONU, la ex ministra mexicana Patricia Espinosa, consideró: “Del lado acción hay señales positivas, pero también somos conscientes de que hay que llenar vacíos. Hay margen para actuar, pero debemos hacerlo rápido”.

Para dar el impulso necesario, el miércoles y jueves tienen prevista su asistencia la canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Emmanuel Macron, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, entre otros.

Tras la salida de Estados Unidos del acuerdo, hay que acelerar el paso, señaló Teresa Ribera, del Instituto de Relaciones Internacionales.

“Hay que explicar cómo se transforman las cosas, decir por ejemplo ‘modificamos nuestro sistema eléctrico, nuevas formas de moverse en la ciudad’, etcétera. Hay muchas iniciativas locales, pero a los dirigentes no se les oye”, explicó Ribera.

Del lado estadunidense se pretende demostrar que la Casa Blanca está comprometida con el clima, pero de forma diferente.

“Queremos asegurarnos de que se hace todo lo posible para apoyar el despliegue de centrales de carbón ‘limpio’. Sino los chinos van a utilizar tecnologías no eficientes”, explicó un responsable de la Casa Blanca en una conferencia telefónica con periodistas.