Por Jesús Vergara-Huerta, Tercera Vía27 de octubre de 2017

Entre los principales objetivos de la maestría se encuentra detonar la investigación relacionada con plantas de uso medicinal y que ese trabajo derive en nuevos medicamentos —fitofármacos—, pero no solo eso sino que dichos trabajos de investigación y productos que de ellos se desprendan, terminen en la creación de nuevas empresas.

El costo estimado para la producción de un fármaco a través de medicina tradicional es de mil 200 millones de dólares, mientras que el costo estimado de la producción de un fitofármaco, es decir, medicamento con base en plantas medicinales, no está reportado

El doctor Rodolfo Quintero Ramírez, quien se desempeña como asesor del rector de la UAM Cuajimalpa y quien también es profesor de la maestría, explicó que “la finalidad no es solo la investigación sino la aplicación de esa investigación en el sector productivo”.

Además explicó que “en esta maestría lo que se aprenderá, lo que se estudiará, será desde cómo seleccionar una planta medicinal, estudiar los principios activos responsables del efecto terapéutico y cómo llevarla hasta un producto final que pueda ser de utilidad para la sociedad”.

Para lograr dichos objetivos, los módulos comprenderán desde la parte biotecnológica hasta la creación y aceleración de negocios, es decir, se ha concebido desde la prospección o búsqueda de las plantas que pudieran ser objeto de estudio porque la tradición las señala como curativas, pasando por la conservación del recurso genético, su reproducción en laboratorio y la identificación de las moléculas con propiedad medicinal, hasta la comercialización del producto farmacéutico.

En todos los casos de estudio que se formulen como parte de la maestría, la misión es que al final se concrete un producto derivado de una planta medicinal, un fitofármaco que apunte a ofertarse en el mercado nacional.

Sobre la importancia de crear una maestría de este tipo, el responsable de llevar a buen puerto su creación dijo que en la revisión de los programas existentes en el mundo solo se identificó un caso más, el cual arrancó hace un año en Brasil, es decir, sería el segundo esfuerzo que busca apuntalar la medicina basada en plantas como una alternativa ante los elevados costos de creación de nuevos medicamentos a través de la medicina tradicional.

“Fuera de Brasil y nosotros, nadie más tiene esta maestría en América Latina, en particular de plantas medicinales con un enfoque productivo. Aunado a ello, es de suma importancia considerar que las plantas medicinales son una alternativa en cuanto a fármacos se refiere; el desarrollo de un nuevo fármaco —moléculas de síntesis química o mediante técnicas biológicas— en términos generales tiene un costo de mil 200 millones de dólares, ese es su costo de desarrollo, por eso en países como México, debemos explorar nuevas alternativas”.

El docente explicó que la maestría buscará llegar al desarrollo de nuevos fitofármacos con el mismo nivel de rigor que ocurre en la medicina tradicional, es decir, a través de la identificación de las moléculas con efecto médico, su purificación y la formulación de la medicina.

Al respecto, precisó: “Los medicamentos derivados de las plantas medicinales existen en tres niveles; el primero es el popular, donde lo que se ofrece es la planta seca o fresca y las personas realizan una extracción de la molécula en agua caliente y las beben como té; el segundo es aquel donde la extracción es realizada por la empresa y se le da un nivel básico de purificación, donde las moléculas medicinales se combinan con otras”.

Y el último nivel, afirmó, es el más sofisticado, es decir, donde se identifican todas las moléculas existentes en la planta, además de las responsables del efecto médico, las cuales se separan totalmente del resto para la creación del fitofármaco. “En los tres casos, la molécula que causa el efecto médico es la misma, pero en el último, es una molécula pura, mientras que en los dos anteriores está semipurificada”.